Un 2021 en que el FA "revirtió la caída libre" y tuvo un "mejor" año que en 2020

La coalición de izquierda culmina su 50° aniversario con más logros en su haber que en su camino inicial como voz contraria al oficialismo, cuando filas adentro se reconocía "desperdigado, con idas y venidas, sin una voz unitaria o un mensaje claro" –tal como se criticó el Partido Socialista–, y a quien el mandatario blanco achacaba estar “como bola sin manija” al buscar "entrarle" a la coalición gobernante. 

Arranque incierto

"Le costó demasiado aceptar que el nuevo gobierno estaba teniendo muchos más aciertos que errores", resumió el politólogo Adolfo Garcé en su columna semanal de El Observador. "Un año después, el panorama es otro. Termina el año 2021 mucho mejor que el 2020", indicó. "Durante el primer semestre logró poner en apuros al gobierno con varios temas", sintetizó ahora.

"Tuvo la tarea dificultada por carecer de un liderazgo definitivo, porque Daniel Martínez no transformó su candidatura presidencial en liderazgo", explicó a El Observador el politólogo Antonio Cardarello, respecto a liderazgos salientes en la coalición de izquierdas, como el del exministro Danilo Astori y el expresidente José Mujica. 

Tras 15 años de gobierno, debió ser oposición de una administración que enseguida enfrentó un desafío inusitado: la pandemia. Por un largo período el FA machacó en establecer una mesa de diálogo y otras propuestas para los sectores más afectados a los que el gobierno nunca accedió. 

Por primera vez desde el retorno a la democracia, la oposición no interpeló jerarcas en su primer año de gobierno. Por otro lado, el FA sufrió un duro revés al perder tres intendencias y debilitarse en varios departamentos

El cambio

"El FA logró ubicarse mejor en su rol de oposición y generó hechos políticos que lo llevaron a ese lugar", interpretó el sociólogo Agustín Canzani, referente de la Fundación Líber Seregni que funciona en la órbita de la coalición de izquierdas. Hay uno indiscutible para cada consultado, y fue que en julio se alcanzaran casi 800 mil firmas para derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, contra todo pronóstico. 

El “camino largo” adoptado – que exigía en el entorno de 700 mil rúbricas para convocar al referéndum– tardó en ser resuelto, y en el momento más agudo de los contagios de covid-19 la Comisión Nacional por el Sí debió pedir que se suspendiera el cómputo de los días para que no venciera el plazo de la recolección. El oficialismo no cedió, y la discusión se cobró la salida del entonces secretario político del FA, Rafael Michelini, luego de que dijera a Caras y Caretas: “Si no hay ampliación del plazo, vamos a ir a juntar las firmas y nos aglomeraremos”.

Fuerza política y organizaciones sociales quedaron contra las cuerdas, pero en una demostración de su capacidad de movilización lograron recolectar 140 mil rúbricas en los últimos tres días, y llegaron victoriosos a la Corte Electoral con un cómodo colchón para el conteo: habría referéndum. 

Por primera vez en un año de pandemia, la primera ola en Uruguay llevó a que las críticas opositoras a la gestión sanitaria “cobraran verosimilitud y tuvieran impacto mediático”, escribió Garcé. “Durante dos o tres meses, los voceros frenteamplistas lograron que se debatiera públicamente el concepto de ‘muertes evitables’”, planteó. El reclamo que venía de marzo de 2020 “ganó audiencia y credibilidad”, añadió, a lo que el gobierno, “fiel a su estilo, prefirió ‘hacerse cargo’ y aguantar el chaparrón de los cuestionamientos”.

La coalición de izquierda puso el grito en el cielo ante el acuerdo con la belga Katoen Natie para extenderle la concesión de la Terminal Cuenca del Plata hasta 2081. Los legisladores frenteamplistas interpelaron por el caso al exministro de Transporte, Luis Alberto Heber, y la bancada de senadores presentó una denuncia penal contra los cuatro principales jerarcas de las negociaciones ante “hechos de apariencia delictiva” en el contrato.

El socialista Gonzalo Civila rompió la racha de interpelaciones y convocó a la ministra de Economía, Azucena Arbeleche. La jerarca retornó al Parlamento en julio, esta vez junto al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, pero la instancia quedó desacoplada de una ola de contagios que para esa fecha ya había cedido.

Por otro lado, la fuerza política encontró en Luis Alberto Heber un flanco débil del gobierno por su gestión al frente del Ministerio del Interior, en el que tomó la posta tras el fallecimiento de Jorge Larrañaga. La interpelación se centró en las confusas explicaciones brindadas en torno a la fuga de un recluso del exComcar y –paradójicamente, luego de que la seguridad fuera uno de sus puntos flacos en la campaña electoral– estuvo a cargo de la diputada Lucía Etcheverry, del mismo sector que el exministro Eduardo Bonomi. 

El Frente Amplio acabó por quitarle la confianza y pedirle la renuncia a Heber, a pocos meses de asunción. La fuerza política también buscó desde la cámara baja horadar la gestión del exministro de Turismo, Germán Cardoso, quien debiórenunciar al cargo –bajo el atento seguimiento del mandatario–luego de supuestas irregularidades en contratos y vínculos ministeriales. 

El referéndum puso en pausa políticas centrales de la actual administración, como la reforma de la seguridad social. El presidente electo del FA, Fernando Pereira, pone en duda que se vaya a aplicar: “Con este proyecto no tienen ninguna chance de disputar 2024”, había dicho a El Observador, a lo que añadió que un La oposición recompuso el diálogo con Lacalle Pou, “revirtió la caída libre” y tuvo un “mejor” año que en 2020 triunfo del Sí conduciría a que no puedan “apretar el acelerador” en esa política. 

Frentistas y sindicalistas niegan que una derrota el 27 de marzo frene el envión opositor, aunque el politólogo Garcé discrepa: “Si no logra derogar los 135 artículos recibirá un balde de agua fría y retrocederá varios casilleros”, redactó, y agregó: “Si la coalición sigue firme y unida, si el presidente logra seguir sosteniendo niveles altos de aprobación, el Frente puede volver a empantanarse”. 

Conducción

El FA pudo pasar la página al desgastado liderazgo de Miranda y varios de sus sectores concentran la apuesta en Pereira, quien tiene el viento en la camiseta de ser uno de los mayores protagonistas del referéndum. Sus seguidores destacan su proyección política, en tanto lo equipara con la interna frenteamplista que antecedió al logro del gobierno y que sus principales cuadros se disociaran de la estructura partidaria.

“Desde la época de Tabaré Vázquez es el presidente que exhibe más respaldo político”, remarcó Canzani en ese sentido. Los tres principales bloques –comunistas, emepepistas y seregnistas– están alineados detrás de su figura. La fuerza política pudo pasar la raya, aunque Garcé arremetió en su columna contra la autocrítica procesada en el Congreso por no “ir demasiado a fondo”. 

La cabeza levantada va estrechamente ligada al referéndum de marzo, al punto que Pereira asegura: “El Frente Amplio empezó a volver el día que revirtió un proceso de caída libre”.