2020 fue un mal año para el Frente Amplio. Si tuviera que resumir al máximo diría que le costó demasiado aceptar que el nuevo gobierno estaba teniendo muchos más aciertos que errores. Contra lo que esperaban líderes y militantes frenteamplistas, la coalición liderada por Luis Lacalle Pou obtuvo un éxito rotundo en el control de la pandemia y se mostró sensible ante el agravamiento de problemas como el desempleo y la pobreza. Además, la combinación de la restricción de la movilidad con el giro hacia la “mano dura” en el Ministerio del Interior, hizo posible un mayor control de la criminalidad. El nuevo gobierno no solo demostró tener un buen capitán. En general, todo el equipo funcionó bien, a pesar de la salida sorpresiva de Ernesto Talvi de la Cancillería. El resultado de las elecciones departamentales confirmó el retroceso que ya había experimentado el FA en octubre 2019. Sobre fin de año, para colmo de males, los frenteamplistas sufrieron la pérdida de quien fuera durante las últimas dos décadas su principal referente: Tabaré Vázquez.
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