Un Barcelona discreto consigue un triunfo agónico

Un final infartante el que se vivió en Balaídos. Cuando todo parecía que finalizaba en empate, el árbitro sancionó un claro penal sobre Lamine Yamal que, en primera instancia, Lewandowski fallaría, pero el arquero Guaita se adelantó y el lanzamiento se repitió, y ahi el polaco no falló y le dió el triunfo al equipo culé.

El primer tiempo del encuentro fue poco vistozo. Ninguno de los dos equipos encontraba claridad en las transiciones ofensivas ni tampoco tenían verticalidad, lo que produjo un desarrollo muy estancado y sin velocidad. 

El Barça sigue sufriendo los mismos problemas defensivos que arrastra desde el inicio de la temporada. El gran problema es que en esta oportunidad el Celta no hizo un deslumbrante partido, pero con muy poco complica al elenco catalán. El conjunto de Xavi tuvo dificultades para romper la defensa local en espacios reducidos, con Chistensen ubicado en el eje, De Jong a un costado y Pedri al otro, aunque siendo el centrocampista más adelantado.

No obstante, la única situación en la que el Barça logró romper líneas fue cuando llegó el primer tanto del encuentro: en esa oportunidad fue Lamine quién filtró el pase para Lewandowski que recibió en su hábitat natural, en la puerta del área y el arco de frente, y con un furiso remate puso en ventaja al Barcelona.

Sin embargo, nada más empezar la segunda parte, una jugada sorprendente del Celta que salió decidido a por el empate, acabó con disparo de Iago Aspas en la puerta de área, el cual se desvió en Jules Koundé, influyó en la trayectoria del balón e ingresó en el arco para estampar el 1-1 en un momento clave.

El gol de Aspas hizo crecer en confianza al Celta. Xavi reaccionó con la salida de Christensen y Vitor Roque por Raphinha y Gündogan, quién tuvo un impacto inmediato al adueñarse de la pelota en el centro del campo y activar las transiciones con velocidad y sentido a la posesión culé. 

El partido enloqueció y se tornó mucho más atractivo, con un Barcelona muy frágil en defensa y pero con llegadas a ambas áreas. Xavi continúo moviendo el banco de suplentes e introdujo a Fermín López por Pedri, cuando el canario ya estaba desaparecido y visiblemente cansado. El Barça comenzó a atacar más, con balones largos y la pérdida del control del partido.

El Barça no encontraba la manera de abrir el campo y romper el muro defensivo impusto por el Celta de Vigo, pero en el minuto 92, un penal infantil de Fran Beltrán sobre Yamal al intentar despejar la pelota, terminó impactando de lleno en su cuerpo. Lewandowski lo lanzó y Guaita adivinó el lanzamiento de la pelota, pero el árbitro lo mandó repetir porque el arquero estaba claramente adelantado y esta vez el polaco sí lo convirtió y estampó su doblete.

Triunfo necesario para el Barcelona de cara a lo que viene, aunque no da certezas en su juego, pero es mejor corregir si los resultados también acompañan. Inyección anímica y de confianza de cara al encuentro de ida por los octavos de final de la UEFA Champions League y para intentar clasificar a la siguiente edición de la Liga de Campeones.