Miguel Arregui

Una admirable versión de nuestro Himno Nacional

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02 de octubre de 2020 a las 05:04

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No me referiré hoy a los orígenes de nuestro Himno Nacional. Está no obstante en la memoria y en el corazón de todos los orientales. De niños aprendimos que la letra es del poeta Francisco Acuña de Figueroa. En tanto la música es del maestro húngaro Francisco José Debali.

Deseo detenerme en el llamado “solo”. No ha pasado mucho tiempo desde la aparición en nuestro “El Observador” de una grabación del “solo”. Es evidente que cuando en música se indica en la partitura la palabra “Solo”, corresponde que un solista ejecute o cante como solista. El público conoce entonces el deseo del compositor. Un instrumento o la voz humana deben seguir la indicación.

Pero en nuestro Himno Nacional aunque está indicado musicalmente como “solo”, un grupo de cantantes del coro del SODRE realizan un prodigio que no pasa inadvertido. Las voces humanas poseen nombre en música. Así tenemos “soprano”, “mezzo soprano”, “contralto”, “tenor”, “barítono” y “bajo”. Para ellos los compositores les dedicaron la interpretación de personajes. Si escuchamos por ejemplo, un fragmento de una ópera de Puccini, descubriremos a los cantantes. Antiguamente -y no fue después del Diluvio Universal- existieron mujeres y hombres que sobrepasaron con sus voces la división académica actual.

Vuelvo a nuestro Himno Nacional y todavía sigo admirado cuando escucho a los solistas del coro del SODRE que cantan el “solo” de acuerdo a su registro vocal. Lo hacen con plena conciencia y se observa la mano del director que con la mirada parece decir: “ahora sigue tú”.

Hace unas horas he vuelto a escuchar la versión grabada de nuestro Himno Nacional. Es “antológica”. Nuestro poeta Francisco Acuña de Figueroa dejó servida la letra -los versos-, y Francisco José Debali los vertió en la partitura. El maestro Esteban Louise acompañó en piano las voces y así es posible apreciarlas en una versión musicalmente memorable.

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