Camilo dos Santos

Viento favorable desde fuera de la región y “negativo” desde Argentina

El economista Aldo Lema repasó la realidad mundial y habló de las perspectivas para Uruguay

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28 de agosto de 2021 a las 05:00

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El escenario extrarregional se presenta como un viento favorable para Uruguay, que  trae el impulso del crecimiento mundial que se afianza, los precios altos de los commodities y las condiciones financieras todavía expansivas.

Y la foto no es tan amigable al menos desde un sector del vecindario. Y eso es principalmente porque Argentina seguirá incidiendo “negativamente” debido a sus desequilibrios internos,  aunque quizás un poco menos en comparación con el pasado donde su peso era mucho mayor en el comercio de bienes y servicios (no turísticos).

Así lo expresó este jueves el economista de Vixion, Aldo Lema, en un webinar organizado por la firma Puente. En una charla de algo más de 40 minutos repasó distintos aspectos del escenario global y regional, así como las perspectivas para la economía uruguaya de cara al 2022.

El economista afirmó que si bien Uruguay recuperó capacidad de competencia en la exportación de bienes globales, sigue complicado en servicios regionales, como por ejemplo el turismo, “que tiene un escenario complejo”.

“Este empobrecimiento y declive de Argentina es probable que la siga dejando estructuralmente barata en dólares, y por ese lado con un impacto negativo sobre Uruguay. Eso no significa necesariamente que vayamos a tener un escenario crítico, pero sí es un menor impulso de este viento oeste”, afirmó.

Y con respecto a Brasil, recordó que la actividad rebotó rápido y regresó a niveles prepandemia, pero se acumulan grandes desequilibrios, como inflación y déficit fiscal que requieren ajustes. Según dijo, es de esperar que haya nuevas alzas de la tasa básica Selic, lo que sería consistente con una apreciación adicional del real, y un “aterrizaje” de Brasil que convergería a crecimientos más de entre 2% y 3% en 2022,  y no de 5,5% como este año.

La economía doméstica

En el plano local, Lema señaló que tras la leve caída que mostró la actividad en el primer cuarto de año, hoy hay indicadores que coinciden en que la economía quizás “haya crecido algo” en el segundo trimestre respecto al primero. Y probablemente también lo haga en el tercero donde se sumaría la recuperación del comercio y los servicios con impacto significativo en la actividad, que se podría sostener hacia el cuarto trimestre. “Un crecimiento a 3,5% no parece descartado ni descabellado”, afirmó. El Banco Central (BCU), publicará el próximo 22 de setiembre el informe de Cuentas Nacionales del segundo trimestre.

Además, recordó que si bien el número de ocupados habría vuelto a niveles observados a  fines de 2019 y principios de 2020, el desempleo y el nivel de capacidad ociosa “siguen altos”.

Camilo dos Santos
Las perspectivas del segundo semestre son de consolidación del crecimiento a nivel mundial, según dijo.

Inflación y déficit

Sobre otro gran foco de atención como la inflación, el economista consideró que “parece haber terminado la etapa fácil”, dado que factores desinflacionarios que estuvieron el año pasado empezaron a revertirse. En ese sentido, Lema indicó que las expectativas comenzaron a anclarse en 7% luego de caer significativamente. Eso puede tener que ver con la recuperación de la actividad, el mercado laboral  y el fin de la desaceleración salarial, por ejemplo. 

Sin embargo, consideró que todavía quedan dos factores que pueden ser favorables para alguna moderación adicional, como un dólar estable a la baja y el compromiso del BCU con una política monetaria que busca ir reduciendo las expectativas inflacionarias.

“Si esas menores expectativas inflacionarias logran consolidarse dentro de la negociación salarial que está en proceso, eventualmente el año que viene podríamos ir hacia una inflación más entorno a 6% que consolide la meta a la que el gobierno aspira. Es un escenario probable, pero mucho más desafiante de lo que fue en el último año, y que va a exigir una normalización en la tasa de política monetaria que ya empezó”, dijo. El BCU subió semanas atrás la tasa de interés en medio punto a 5%, como una primer señal de endurecimiento de su política monetaria. 

En otra parte de su presentación, Lema subrayó que en materia fiscal “hay una mejora”, tanto efectiva como estructural, pero menor a lo previsto inicialmente por el gobierno.

Según dijo, este año el déficit fiscal estructural (corregido por el ciclo)  se reduciría a cerca de 1%. “Eso equivale a un poco menos desde el punto de vista del déficit efectivo, que estaría más cerca de 5% al final de este año, porque todavía subsisten efectos de la pandemia relacionados con mayor gasto e ingresos inferiores a los potenciales”, explicó.  

De todas formas,  remarcó que “parecería haber comenzado una tendencia a la consolidación fiscal” (así lo reconocen las agencias calificadoras) que debería ratificarse. Eso permitiría mantener el grado inversor y empezar a estabilizar la deuda pública.

Dólar seguirá débil

Para el experto, cabe esperar que China salga de la crisis con menos desequilibrios de los que mostró en 2009 y 2010,  ya que en esta ocasión implementó menos estímulos y no usó políticas agresivas  de crédito e infraestructura.

“Ese permite ser algo más optimista y no pensar en que pasará por una crisis como 2015 donde devaluó su moneda, perdió reservas internacionales y eso ajustó los precios de los commodities”, explicó. Y EEUU se recuperó fuerte  desde mitad de 2020, por lo que se ve como probable que converja a tasas de crecimiento más bajas (entre 3% y 4%) y luego a un potencial más cercano a 2%.

“Eso es consistente con una tendencia global a que el dólar se mantenga débil. Y eso apoyaría a que  los precios de los commodities se mantenga altos por un tiempo, aunque sin ser necesariamente un superciclo”, dijo Lema.

Las bolsas están todavía “lejos de la euforia”

Con respecto a inversión en renta fija (en Uruguay), Lema sugirió mantener la cartera sesgada hacia moneda nacional (balanceada entre pesos y UI) en detrimento del dólar. Y en dólares se deberían seguir privilegiando bonos corporativos de EEUU y países emergentes con duración corta (menor o iguala 4 años).
Y sobre la renta variable global, el economista dijo que todavía es favorable en países desarrollados, con algo de rotación hacia países emergentes. Si bien las acciones de EEUU “no se ven baratas”, le ganarían a la renta fija.
 Lema explicó que en el mercado bursátil global se pasó del pánico y el escepticismo que dominó el 2020 al optimismo de 2021, pero que se “está todavía lejos de una euforia”.
“Vamos a tener un ciclo de normalización monetaria que es bienvenido y razonable, pero no va a generar necesariamente un ajuste abrupto en los precios de los activos. Uno esperaría que el sesgo positivo continúe”, dijo.
 Sobre la opción de apostar a países emergentes señaló que “se ven baratos, pero riesgosos”. En ese sentido apuntó a China como opción atractiva para el largo plazo, por ejemplo, según el socio de Vixion.
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