En la apertura del Congreso del Partido Comunista, Xi dijo que China presionará en favor de reformas promercado de su tipo cambiario y su sistema financiero, al tiempo que dejará que el mercado juegue un papel decisivo en la asignación de recursos.
El gobierno "acabará con las reglas y prácticas que obstaculizan un mercado unificado y una competencia justa, respaldará el desarrollo de firmas privadas y estimulará la vitalidad de todo tipo de entidades mercantiles", dijo Xi, que prometió igualmente abrir más el sector servicios chino a los inversores foráneos.
El gobierno "promoverá el fortalecimiento, mejora y expansión del capital estatal, (y) evitará de forma efectiva la pérdida de activos estatales, profundizará la reforma de empresas de propiedad estatal, desarrollará una economía de propiedad mixta y cultivará firmas de clase mundial globalmente competitivas", señaló Xi.
Los comentarios de Xi reiteraron una antigua promesa de los líderes del partido de conceder un mayor papel a las fuerzas del libre mercado para mejorar la eficiencia y colocar a la economía en un ritmo de crecimiento más sostenible.
No obstante, ejecutivos extranjeros y analistas están cada vez más convencidos de que la liberalización del mercado es vista como secundaria frente a su enfoque estatal de la política económica y su foco en la estabilidad. Asimismo, bajo el gobierno de Xi tampoco avanzaron mucho varias reformas dolorosas que muchos analistas aseguran que son necesarias.