Y así fue cómo el diseño gráfico se apoderó del Uruguay

Las empresas, los productos y hasta los clubes de fútbol apuestan cada vez más por el diseño gráfico y eso le está dando forma a la identidad visual de Uruguay

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09 de marzo de 2019 a las 05:01

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En el paquete de café. En la ventana del café. En la cartelería del centro. En la cartelería de Pocitos. En esa feria gastronómica que vuelve de vez en cuando. Y en la que solo se hace una vez al año también. En la tribuna. En la cancha. En los discos. En los posters musicales. En los libros. En la caja de la pizza. En la cerveza. En la botella de aluminio. En el club canábico. En la mutualista. En la embajada. En las instituciones públicas. En las privadas. En mi remera. En tu remera. En la de ellos. En esa banda. Y en aquella también. Acá, allá, ahora, después. En todos lados, todo el tiempo. En todos lados, desde hace un tiempo.

El diseño en Uruguay se desató. Lo prueban los logotipos, las diferentes identidades visuales, los carteles, las publicidades y las etiquetas. También lo confirman quienes pertenecen –o gestan día a día– esta ebullición artística y profesional; hoy todos los diseñadores gráficos, sean independientes o trabajen en estudios que nuclean a varias cabezas pensantes, saben que se enfrentan a un ecosistema en crecimiento permanente, que de manera continua anexa corrientes, tendencias, modos de ver el diseño y, claro, fomenta una competencia cada vez mayor.

Estudio Blende

Según dicen los que saben, en el diseño uruguayo hoy predomina la ilustración. Así, a partir de los trazos de ilustradores con experiencia internacional (por citar dos casos entre tantos, Fran Cunha en el estudio Mundial o Dani Scharf que trabaja de forma independiente) varias marcas o empresas generaron a partir de esta corriente una identidad propia que se metió en la cabeza de los consumidores. Algunos ejemplos: las etiquetas de las cervezas Bizarra o Cabesas, las cajas de pizería Rosa o el logo de la feria gastronómica Degusto. 

¿Esto significa que existe un diseño gráfico uruguayo, una identidad visual local que se basa en la ilustración? No, pero la respuesta tiene varias capas y no es tan sencilla. Hay voces que coinciden y otras no; hay estilos que se asemejan y otros que no; hay rupturas y mancomuniones. Hay una olla, está puesta en el fuego y burbujea en un caldo de talento y creatividad. Y hay mucho más. 

De todas maneras, antes de seguir habría que hacer una breve historia del diseño uruguayo, de su génesis. Porque para entender el presente hay que ir, siempre, para atrás. 

Mundial

Comienzos

Uruguay vivió un período de “bonanza gráfica” en la década de 1950 y 1960, con estudios que proponían enfoques atractivos que hasta hoy siguen siguen influyendo. Así, al menos, lo recuerda Gustavo Wojciechowski, profesor de diseño gráfico en la ORT, creador del estudio Maca Diseño y conocido popularmente como “Maca”. Según explica, este buen pasar se cortó cuando llegó la dictadura y se retomó a fines de la década de 1990, cuando ORT lanzó la Licenciatura en Diseño Gráfico. 

“Todo comenzó a cambiar cuando aparecieron los centros de estudios. Eso hizo que en el imaginario colectivo la palabra diseño se impusiera. Había diseño muy bueno en la década del 50 y el 60, pero no era reconocido como tal. Las carreras, sobre todo la de ORT que fue la que comenzó, hicieron surgir muchos muchachos egresados. Eso obviamente va cambiando las cosas, desde la relación con las empresas, hasta la influencia en los clientes y demás”, explica.

Mundial

Hoy hay varias carreras en el circuito de diseño. Está la de  la ORT, la de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, la carrera de Artes Visuales en la Católica y varios cursos independientes más. 

Dos de los jóvenes que sin conocer mucho sobre diseño uruguayo se anotaron en los comienzos de la carrera de la ORT fueron Andrés Amodio y Martín Azambuja. De generaciones más o menos similares –ambos están en torno a los 30–, hoy encabezan junto a otros socios dos de los estudios que agitan el mercado del diseño nacional: Atolón de Mororoa y Mundial.

Atolón de Mororoa

Amodio, socio fundador de Atolón, cuenta que al momento de egresar había una única posibilidad profesional para los diseñadores, que era básicamente trabajar para una agencia de publicidad. Hoy, eso cambió. 

“Con las nuevas oportunidades para estudiar surgieron nuevos estudios y diseñadores independientes que le están dando una atención personalizada y bien enfocada al la disciplina. Se dejó de confiar en las agencias para cuestiones de diseño y se empezó a trabajar con estudios más especializados en la identidad visual”, dice.

Atolón de Mororoa

Azambuja (Mundial), en tanto, asegura que hoy se vive un momento pico en el diseño gráfico que, entre otras cosas, hace que todos los días aparezcan nuevos talentos que presentan sus creaciones en distintas plataformas digitales. La más popular es, sí, Instagram.

“Hoy la profesión es más conocida, sabés de qué trata y no te anotás a la carrera solo porque te gusta dibujar, como hice yo en su momento. Hoy podés ser mucho más visible, es más fácil mostrarte; en Instagram veo un estudio nuevo cada dos días. Podés trabajar solo o tener tu emprendimiento de manera relativamente sencilla”.

Seis Montes

Los dos coinciden en que la profesión también se potenció en el último tiempo por el acceso que los clientes tienen a los diseños que llegan del exterior. Así, las exigencias subieron y hoy sus necesidades elevaron la vara y el nivel de lo que se pide. Eso, a su vez, incrementó el compromiso de los diseños uruguayos. “En función de lo que se ve afuera, los clientes esperan tener un resultado cercano en cuanto a la calidad del trabajo”, dice Azambuja.

Mundial

Identidad uruguaya

“No hay, y no debería haber”. Maca lo sentencia con esa frase y queda bastante claro. No se puede hablar de un diseño particularmente uruguayo porque el medio es muy ecléctico. Y esto, asegura, es bueno; permite que no todo se uniformice bajo los mismos estilos y estándares. “Sería equiparar o trabajar dentro de un rango, lo cual no parece muy aconsejable”.

Al inicio de esta nota se dijo que la ilustración es, a grandes rasgos, una de las tendencias más populares en el diseño local, y es cierto. La técnica ha ganado mucho terreno y  es atractiva para clientes que buscan darle un toque personalizado a su marca o producto. Eso sucede en, por ejemplo, el estudio Mundial que apela de manera frecuente a ella.

Estudio Blende

“Tenemos a la ilustración bastante presente. De hecho, está en cada proyecto del estudio. Creemos que es algo que está asociado a la identidad nacional del diseño. A nosotros siempre nos gustó Imprenta AS, un colectivo de diseñadores e ilustradores uruguayos de los 60, y quisimos retomar algo de eso de una manera moderna, con las herramientas y el contexto de hoy, teniendo como base el diseño ilustrado”, comenta Azambuja.

Sin embargo hay otros estudios que prefieren trabajar con conceptos más minimalistas, experimentar con diversas tipografías y distintos tipos de papel. Eso es lo que hace Atolón. Y en eso también están, desede 2017, Juan Fielitz y Erika Bernhardt, socios del estudio de diseño Blende. 

Estudio Blende

“No creo que haya una identidad que pueda definir al diseño uruguayo. Por suerte, porque está bueno que exista una diversidad. En ese sentido, desde el estudio tratamos de diferenciarnos. Tratamos de tener un perfil cuidado, muy detallista, bastante minimal, le damos mucha importancia a la tipografía, no trabajamos tanto con la ilustración”, cuenta Bernhardt.

“En los últimos diez años se ve a la ilustración como una constante en el diseño gráfico uruguayo, pero para nosotros no es una opción”, acota por su parte Fielitz. Blende se ha encargado, entre otros proyectos, del disco Pactos de la cantante uruguaya Alfonsina y realizaron trabajos para el Centro de Fotografía de Montevideo y la embajada de Suiza.

Atolón de Mororoa

Y que aparezca una mención a Suiza resulta, al menos, curioso –aunque nada casual–, ya que según varios diseñadores esta es una de las escuelas de diseño más reconocibles. En eso Amodio está de acuerdo. “No hay una estética puramente gráfica local como pasa en Suiza, por ejemplo. O como en otros lugares de Latinoamérica, donde hay una cultura visual que toma elementos indígenas o cosas similares. Eso acá no lo tenemos. Cada uno se especializa en algo o tiene un estilo propio. Eso está bueno. Se está buscando la profesionalización de la disciplina y se le está dando el valor que necesita. Se entiende que el diseño gráfico puede darle un valor agregado a cualquier proyecto”.

Para él, además, la ebullición del diseño gráfico cuidado y artesanal tiene mucho que ver con un estilo de vida slow que hoy se busca ponderar. En ese sentido, el diseño entraría en la misma categoría que la cerveza artesanal, el café de especialidad, la utilización de la bicicleta como medio de transporte habitual y el pan de masa madre.

Atolón de Mororoa

“Acompaña un estilo de vida. Hay una relación entre tomarse el tiempo en diseñar algo para un producto que también se toman el tiempo en preparar. Es tener el lujo del tiempo y de hacer algo bueno con él. Un café de especialidad no se hace en un minuto, sino que lleva toda una preparación. El diseño también lo hace para estar en sintonía, hacer las cosas bien y tener un mejor producto global al final”.

Identidad aurinegra
Si el diseño gráfico “invade” Uruguay, invade cada una de sus aristas. Eso incluye, obviamente, al fútbol. Desde hace algunos años algunos clubes de fútbol han apostado a renovar su marca a través de una nueva identidad visual, y entre ellos estuvo Peñarol, que contrató a los diseñadores Fabián Bicco, Gabriel Benderski y Nicolás de Almeida para que se pusieran al hombre el proyecto. A partir de allí surgieron las marcas 1891 y los diversos logos y escudos que hoy ostenta el club. 
Güin
Sin embargo, el desafío más complicado y temerario para ellos –que hoy conforman el estudio Güin– fue la creación de la identidad visual del hogar que Peñarol esperó durante tanto tiempo: el estadio Campeón del Siglo. Bicco y sus colegas se encargaron, entre otras cosas, de su logo y de la impresión que tiene la tribuna Henderson.
“Teníamos que tomar decisiones más allá del logotipo. Tenía que ver con la identidad de un espacio y un lugar que no existía cuando empezamos a trabajar, que no tenía nombre y que, si bien sabíamos qué forma iba a tener, no lo teníamos a la vista”, cuenta Bicco.
Güin
“Hoy el hincha de Peñarol pone atención a estas cosas. Como en todos lados, hay un ojo atento al diseño. Eso antes no pasaba, esa preocupación no estaba”.
La cámara de diseño
La mayoría de los consultados para esta nota mencionó, también, a la Cámara de Diseño de Uruguay como otra de las instituciones que impulsan el boom del diseño nacional. La cámara se creó en 2009 y funciona como una asociación civil sin fines de lucro, cuyo cometido es fortalecer la competitividad y el posicionamiento internacional del sector.
Diseñar un paseo 
Andrés Amodio tiene varios diseños que considera sus favoritos, y entre ellos se encuentra el trabajo para el café La farmacia y un proyecto de tipografías para la veredas de Montevideo. Otro de sus preferidos es el diseño de la identidad de la feria gastronómica Degusto. Fue un caso especial, porque además de toda la iconografía, Atolón participó en la creación de la propia marca y su nombre.
Atolón de Mororoa
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