Hace unos meses nació el primer bebé del mundo engendrado con la técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas. El niño tiene el ADN de su padre y de su madre, más una pequeña cantidad de código genético de una donante.
Los médicos querían asegurar que el niño naciera libre de una enfermedad genética de su madre, de origen jordano. La madre del pequeño había perdido a sus dos primeros hijos por culpa de una enfermedad rara, el síndrome de Leigh. Los genes de la enfermedad están presentes en el ADN de la madre aunque ella esta sana, y por eso la pareja recurrió a esta técnica pionera para tener a su hijo.
Gracias al nuevo procedimiento, desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), reuniendo material genético de los óvulos de dos mujeres con el espermatozoide de un hombre, se consigue una versión modificada de la conocida fertilización in vitro. Lo que se consigue con este método es añadir mitocondrias con un ADN normal (el de la segunda madre aportando un 0,1% del ADN al futuro bebé), por lo que el cambio genético tras fecundar el óvulo con el 99% de la madre biológica es permanente y pasará también a sus descendientes, asegurando que los bebés nazcan sanos, sin la pesada carga de una enfermedad genética rara.
Reino Unido fue el primer país que da luz verde que admite legalmente bebés de tres padres, lo que se espera que ayude a cerca de 150 parejas que cada año pierden a sus bebés por enfermedades raras mitocondriales.
En el campo de la investigación se ha recibido la noticia como un logro revolucionario, aunque también se pide cautela porque se podría incentivar la búsqueda de tratamientos pioneros en lugares donde la regulación es menos estricta. Desde ámbitos científicos aseguran que esta técnica es la única manera de que una madre con una mutación en el ADN mitocondrial pueda tener un hijo sano y se evalúa como un gran adelanto.
Por su parte, el profesor Alison Murdoch, director del Centro de Fertilidad de Newcastle, , explica que si este bebé ha nacido como se sugiere "entonces sí sería una gran noticia. La traducción de la donación mitocondrial a un procedimiento clínico no es una carrera sino un objetivo que debe alcanzarse con precaución para garantizar la seguridad y la reproducibilidad".
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