La nueva entrega de MP Talks narra una historia conmovedora, íntima y profundamente humana: la de Emma, una niña que de un momento a otro pasó de estar sana a enfrentar una miocarditis fulminante que la llevó al borde de la muerte.
En este noveno episodio, titulado Un día como cualquier otro, El Observador y Medicina Personalizada (MP) dan voz a su padre, Martín Montenegro, y al Prof. Dr. Walter Pérez, coordinador del área de pediatría en MP, quienes reconstruyen los hechos de esa jornada en la que todo cambió.
“Cuando llegamos a la emergencia y hacen las evaluaciones, era claro que la situación era grave. Empezaron con el tratamiento estándar, pero no funcionó. Ahí es cuando las cosas se pusieron feas de verdad”, recordó Montenegro, psicoterapeuta de profesión, en un testimonio donde el dolor y el amor por su hija atravesaron cada palabra.
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La madrugada que describió fue eterna. Junto a su esposa, vio cómo Emma luchaba por su vida mientras el equipo médico se esforzaba por mantener estables sus signos vitales.
“Cada segundo que pasaba, donde nuestros ojos estaban en nuestra hija, y por otro lado en el monitor donde los números subían y bajaban frenéticamente... uno hacía fuerza para que no salieran del margen", relató.
Desde el punto de vista clínico, el caso de Emma fue inusual. Según el Médico Consultante de Pediatría de MP, a las seis de la mañana la niña ya había atravesado todos los pasos habituales en cuadros graves: intubación, sedación, drogas inotrópicas para estimular la función cardíaca. Nada de eso funcionó.
“Ya estábamos en una situación más que crítica. La doctora me llama y me dice: ‘Walter, estamos pensando en ECMO’”, explicó.
El ECMO (Oxigenación por Membrana Extracorpórea) es un soporte vital avanzado que reemplaza la función del corazón y los pulmones. Se trata de una tecnología compleja y extraordinaria, generalmente usada como último recurso.
La causa fue una miocarditis viral fulminante, una enfermedad rara pero conocida que produce un colapso súbito del corazón a causa de una infección viral.
“Un corazón que era sano 48 o 72 horas antes había perdido su función en un tiempo rapidísimo”, explicó el médico.
Un día como cualquier otro es un episodio que recuerda que la vida puede cambiar en un instante, y que detrás de cada intervención médica hay personas y decisiones urgentes.
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