Elecciones en Extremadura: Guardiola apuesta a todo o nada, Vox busca crecer y el PSOE corre de atrás
María Guardiola quiere alcanzar una mayoría absoluta que le permita prescindir de Vox para gobernar la región, pero las encuestas indican que la fuerza de ultraderecha puede duplicar sus escaños. El candidato socialista debilitado por una causa judicial y la crisis del Gobierno de Pedro Sánchez.
La Comunidad de Extremadura votará este domingo en elecciones cuyos resultados configurarán el nuevo mapa territorial pero también tendrán impacto en la política nacional, con PSOE, PP y Vox en el centro del escenario.
La presidenta de la región María Guardiola, del Partido Popular (PP), pateó el tablero hace unos meses y convocó a unos comicios no exentos de riesgo con los que busca aumentar su poder político luego de los desaires de Vox, que bloquearon sus iniciativas en la Legislatura.
Las últimas encuestas la ubican con 40 por ciento de los votos, muy cerca de alcanzar la mayoría absoluta, lo que de plasmarse en el conteo de votos le redundaría en un triunfo que la colocaría en la galería de caciques del partido junto a la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el presidente de Andalucía Juanma Moreno, entre otros.
Competirá con Óscar Fernandez, el candidato de la formación de ultraderecha, que podría duplicar su representación con respecto a 2023 cuando obtuvo cinco diputados, lo que auguraría un envalentonamiento de la fuerza de Santiago Abascal y obligaría al PP a sentarse nuevamente a una desventajosa mesa de negociaciones para gobernar la región.
Con respecto al PSOE, apuesta más a un escenario de confrontación entre PP y Vox, ya que las urnas no le auguran un buen resultado y según los sondeo obtendría siete escaños menos que hace dos años con un desplome de nueve puntos. En una tierra tradicionalmente socialista, arañaría un 31% de los votos.
Eso se explica porque el candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, está investigado en la causa que tiene como acusado a David Sánchez, hermano del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y los escándalos de corrupción y acoso machista que tienen como protagonistas a dirigentes y exdirigentes socialistas cercanos al jefe del Ejecutivo debilitan aún más su postulación.
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Para Feijóo sacar diez puntos de ventaja "sería un mensaje clarísimo para Sánchez"
En ese escenario, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le dijo este viernes a periodistas que si Guardiola le saca diez puntos de ventaja al PSOE el domingo, eso significará un "mensaje clarísimo" a "Sánchez y el sanchismo", aprovechando la elección regional para tener un rebote nacional y horadar la credibilidad del Gobierno, en su intento por forzas elecciones anticipadas en España.
Por su parte, el presidente de Vox, Santiago Abascal, insistió en que espera que el resultado no le permita a Guardiola ser "la presidenta absoluta de Extremadura" llamando a los electores a evitar que se conforme un gobierno solo del PP, al que acusa de defender las mismas políticas del PSOE.
En 2023, a pesar de su resistencia inicial a firmar un pacto con Vox por sus políticas hacia las mujeres y la inmigración, Guardiola cedió a formar gobierno con su apoyo, un acuedo que se rompió un año después, y ahora podría presentársele una situación similar.
La otra candidata en juego es Irene de Miguel, de Unidas por Extremadura, una coalición formada por Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde, que según las encuestas conquistaría cinco escaños, uno más que en 2023 con poco más de 8% de los votos. De Miguel ya adelantó que rechazaría un pacto con el candidato del PSOE porque "tiene una mochila enorme" en alusión a la situación judicial de Gallardo.
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Extremadura: despoblamiento rural y fuga de jóvenes
Los votantes extremeños elegirán el domingo un nuevo parlamento regional, del que saldrá un gobierno autonómico que deberá aplicar políticas socioeconómicas para fomentar los nacimientos, retener a los jóvenes autóctonos y facilitar que otros se instalen en este territorio del oeste español lindero con Portugal de 41.635 kilómetros cuadrados y dos provincias: Cáceres y Badajoz.
Extremadura es un ejemplo del despoblamiento de la España rural y del envejecimiento progresivos por factores como la emigración y la baja natalidad, y entre sus desafíos figuran los salarios bajos y la falta de oportunidades laborales sobre todo en el campo que obligan a los jóvenes a buscarse la vida en localidades más grandes, muchas veces fuera de la región.
Los residentes totales de Extremadura eran poco más de 1.053.000 al comenzar 2025, un 3,56 % menos que diez años antes, pero la estadística es mucho más alarmante si se la analiza por edades. Los habitantes de 30 años, por ejemplo, se redujeron un 20,6 % en ese periodo; por el contrario, los de 75 años aumentaron un 34,2 %.
Un dato curioso es que mientras que los extranjeros configuran el 14 % de la población total de España (más de 49 millones de habitantes), en Extremadura alcanzan apenas el 4,4 % con algo más de 46.000 personas, una circunstancia que no modificó el discurso de Vox. Su candidato a presidente regional insistió en la campaña en poner a la migración ilegal en el ojo de las preocupaciones.
