22 de noviembre 2025 - 10:15hs

Hay que entender que el vino español viene de padecer como pocos la ciclotimia arancelaria de Donald Trump.

Pequeño repaso. Del 20% inicial de las tarifas recíprocas que estableció el presidente de los Estados Unidos se pasó al 50% a raíz de un rapto de ira hacia el mandatario español Pedro Sánchez y su negativa a gastar más en defensa.

La furia estalló después con una amenaza de penalizar al vino con un 200% ante la reticencia europea de eliminar aranceles al whisky para aplacarse más tarde y fijar un 10% que, ya casi cerrado, se convirtió en un 30% notificado unilateralmente por “carta”.

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Cuesta imaginar el nivel de desgaste -la presión- para los bodegueros españoles que durante todos esos meses tuvieron que seguir tomando decisiones de negocio a diario. Sobre todo en una España en la que el 90% de los emprendimientos son Pymes.

Para agosto, en todo caso, después de sellado finalmente el acuerdo comercial, al menos ya sabían dónde estaban parados. El arancel sería del 15%.

Eso no quita que haya sido un golpe para la industria española. Estados Unidos es su segundo mercado de exportación después de Reino Unido.

El acuerdo Mercosur-Unión Europea aparece como una oportunidad de diversificación justo cuando el arancel del 15% en EE.UU., el segundo destino de exportación, obliga a muchos bodegueros a abrir el juego. Y Brasil es la gran promesa, un mercado en el que el vino español apenas tiene presencia con una barrera del 27%. El acuerdo Mercosur-Unión Europea aparece como una oportunidad de diversificación justo cuando el arancel del 15% en EE.UU., el segundo destino de exportación, obliga a muchos bodegueros a abrir el juego. Y Brasil es la gran promesa, un mercado en el que el vino español apenas tiene presencia con una barrera del 27%.

En 2024, España alcanzó un total de u$s 400 millones en ventas y 67,3 millones de litros exportados, lo que la posiciona como el cuarto proveedor en valor y el séptimo en volumen.

Además, EE.UU. es el principal destino de sus espumosos.

Es en este entorno de reacomodamiento y revisión de la estrategia, cuando no de pura supervivencia, que el acuerdo Mercosur-Unión Europea aparece como una gran salida para diversificarse.

Y en especial, hacerse un lugar en el casi impenetrable mercado brasileño, donde España apenas logró poner un pie hasta ahora.

Algo que debería cambiar con la eliminación progresiva del arancel del 27% en el plazo previsto de ocho años.

vino

Por eso la industria insiste. Y no se cansa.

Ya pidieron que se acelere la ratificación. Y solicitaron que se aplique provisionalmente la parte comercial de los acuerdos (también la modernización del Acuerdo Global con México) a través de pactos interinos.

Es factible hacerlo ya que luego esos pactos son sustituidos por los acuerdos generales con contenido también político cuando lo aprueben individualmente los Veintisiete.

Pero en principio, esperan que la ratificación ocurra antes del 20 de diciembre (en el Consejo Europeo del 18 y 19). Si bien todavía faltaría el guiño del Parlamento, ya podría entrar en vigor.

Pero los productores vitivinícolas, quizás por tanta paliza en este último tiempo, concuerdan en que ni México -el caso de éxito a replicar- ni Brasil podrán compensar las pérdidas por el mercado estadounidense a raíz de los aranceles.

Replicar el caso de México: España lidera el mercado

Entre 2015 y 2024, las exportaciones mundiales a Mercosur aumentaron un 86% en valor y volumen. En contraste, el comercio mundial creció un 26% en valor pero cayó un 4,4% en volumen durante ese mismo período.

Para España, México es un mercado donde consolidarse y un caso a replicar en Mercosur, específicamente en Brasil.

Si bien es el duodécimo destino de exportación, es el cuarto con mayor precio medio. El país se posicionó con vinos premium de alta calidad.

España tiene casi 30% del mercado mexicano por facturación, lo que la posiciona como líder. Se trata de su cuarto destino de exportación por precio medio, ya que se concentró en vinos de alta gama. España tiene casi 30% del mercado mexicano por facturación, lo que la posiciona como líder. Se trata de su cuarto destino de exportación por precio medio, ya que se concentró en vinos de alta gama.

En 2024, España exportó a México vinos por valor de 88,7 millones de euros (2,9% del total nacional) y un volumen de 24,7 millones de litros (1,2%). El precio medio fue elevado: 3,60 euros por litro.

El contraste con el Mercosur es esperable dadas las barreras arancelarias.

En 2024, las ventas españolas al bloque sudamericano fueron por valor de 33,6 millones de euros (1,1%) y alcanzaron un volumen de 10,6 millones de litros (0,5%), con un precio medio de 3,19 euros por litro.

Así y todo, en los últimos diez años las exportaciones al Mercosur más que se duplicaron (+112% en valor y +132% en volumen).

Hoy en México, España lidera el mercado con una cuota del 28,6%, si bien Chile vende más litros (35,8% del total) gracias a precios medios más bajos (2,02 €/l frente a los 3,60 €/l españoles).

Italia es el otro jugador de peso por volumen y Francia, sólo por precio, con una estrategia que apunta a sectores de alto poder adquisitivo (más de 15 €/l).

El desembarco en Brasil: un terreno donde manda Chile

En el Mercosur el reparto de la torta es muy diferente.

Son los propios jugadores latinoamericanos los que manejan el mercado. Chile y Argentina dominan la cancha con cerca del 65% del volumen importado.

vino mercosur

Brasil es el principal destino dentro del Mercosur: concentra el 86% del valor y el 87% del volumen importado por el bloque.

España queda relegada incluso respecto de los proveedores europeos. Portugal toma la delantera gracias a sus lazos históricos y comerciales con Brasil. Y le siguen Francia e Italia.

Para afinar la comparación, Chile lidera las ventas en Brasil con más de 74 millones de litros anuales. Portugal y Argentina están cabeza a cabeza con casi 29 y 28 millones, respectivamente.

Ahora España, con 10 millones, exporta a Brasil un 13,5% de lo que le venden los chilenos y un 33% de lo que comercializan sus vecinos portugueses.

Y eso que, aún con los aranceles vigentes, las ventas vienen creciendo con mucho impulso. Hace diez años sólo exportaba cuatro millones.

Las bodegas españolas tendrán pronto la oportunidad de salir a probarse en un mercado de 220 millones de consumidores. Con la eliminación progresiva del arancel, mejorarán su competitividad frente a los vinos sudamericanos.

Pero deberán encontrar la alquimia justa de calidad, precio y preferencia local que les permita dejar atrás al resto de los ávidos productores europeos.

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