La administración republicana asegura que el despliegue militar es para combatir al narcotráfico e impedir que la droga llegue a EEUU. Pero la maniobra es vista a la vez como una forma de presión sobre el régimen de Maduro, a quien EEUU considera como líder del Cártel de los Soles, grupo al que catalogó como organización terrorista. En ese marco, recientemente aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por datos que lleven a la captura del mandatario venezolano. Ni siquiera por Osama Bin Laden Washington ofreció esa cifra.
"Ellos han querido avanzar hacia lo que llaman la máxima presión, en este caso es militar, y ante la máxima presión militar, nosotros hemos declarado la máxima preparación para la defensa de Venezuela", añadió Maduro.
Las reacciones al despliegue de EEUU
El despliegue militar estadounidense, así como el ataque a una embarcación con supuestos miembros del Tren de Aragua en el Caribe, generaron rechazo entre varios de los aliados de Maduro en la región, que tildaron a la operación como un intento por derrocar al régimen venezolano.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, consideró que la destrucción de la lancha fue un "asesinato" y aseguró que en su país desde hace décadas se captura a "los civiles que transportan drogas sin matarlos". "Los que transportan drogas no son los grandes narcos, sino los jóvenes muy pobres del Caribe y el Pacífico", agregó.
Petro con Maduro - EFE
Gustavo Petro y Nicolás Maduro.
EFE
El mandatario avanzó en el último tiempo en un acercamiento con el régimen de Maduro, tras algunos cortocircuitos en el vínculo, con coordinación militar en la frontera para la lucha contra el narcotráfico y el impulso de una zona económica binacional. "Cualquier operación militar que no tenga aprobación de los países hermanos es una agresión contra Latinoamérica y el Caribe", aseguró Petro hace unas semanas.
Su gobierno, que ostenta la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), convocó el lunes pasado a un encuentro de cancilleres para debatir el despliegue militar del gobierno de Trump. La canciller colombiana, Rosa Villavicencio, aseguró que el organismo aboga por "la necesidad de mantener a América Latina como una tierra de paz, fuera de cualquier intervención y en el estricto respeto a las declaraciones de Naciones Unidas y al mantenimiento de la paz y de la soberanía de los países".
Maduro también recibió el respaldo de su aliado nicaragüense Daniel Ortega, que consideró que el despliegue militar estadounidense "no va a ningún lado" y es una "payasada". "Lo hacen para amedrentar a los gobiernos latinoamericanos" y "derrocar gobiernos", sostuvo el mandatario sandinista.
Maduro con Ortega y Díaz-Canel durante su asunción
Díaz-Canel y Ortega con Maduro en su asunción en enero
El gobierno de Cuba, en tanto, tildó el despliegue de EEUU en el sur del mar Caribe de "irracional y agresiva arremetida", y dijo que lo considera "una grave amenaza a la paz y a la seguridad regionales". El presidente boliviano, Luis Arce, también condenó el despliegue de los barcos de guerra estadounidenses y calificó de "infamia" las acusaciones del gobierno de Trump contra Maduro.
"Vincular a la Revolución Bolivariana y al hermano presidente Nicolás Maduro con el narcotráfico es una de las mayores infamias de la administración Trump en los últimos tiempos, así como el recurrente uso de la lucha contra las drogas como instrumento de intervención imperialista a países que no se alinean a sus intereses geopolíticos", afirmó, según recogió la agencia EFE.
Esta defensa del régimen venezolanp fue cuestionada por Víctor Smolansky, ex alcalde de El Hatillo, que fue destituido y perseguido por el gobierno de Maduro, lo que lo llevó al exilio. "Muchos de los actores que hoy cuestionan la legalidad de la operación que cerca a Maduro guardaron silencio cuando ganamos el año pasado el 28 de julio", aseguró a El Observador USA el representante de los opositores María Corina Machado y Edmundo González en Washington.
"O peor aún, guardaban silencio cuando Diosdado Cabello lideraba la operación Tum Tum y se llama Tum Tum porque te tocan la puerta y te llevan, te secuestran. Y no solamente secuestraban a venezolanos inocentes, también se están llevando los familiares, como se acaban de llevar a Julio Velasco, padre de un colega de nuestro equipo, Marco Velasco. Entonces, los dobles estándares, la verdad, no van con nosotros. Me refiero a Gustavo Petro, entre otros", señaló Smolansky, que fue comisionado de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de la mano del uruguayo Luis Almagro.
El alineamiento con el EEUU
Trump marcó como una prioridad de su mandato la lucha contra el narcotráfico y, en una de sus primeras órdenes ejecutivas tras asumir en enero, designó a varias bandas criminales de la región como organizaciones terroristas. "Las actividades de los carteles amenazan la seguridad del pueblo estadounidense, la seguridad de EEUU y la estabilidad del orden internacional en el hemisferio occidental", indicó en el decreto.
En julio firmó una directiva secreta para que los militares de EEUU puedan atacar a cárteles de drogas latinoamericanos que defina como grupos "terroristas". Ese mismo mes, Washington designó al Cartel de los Soles como organización terrorista y acusó a Maduro de liderar su estructura.
Varios países latinoamericanos mostraron su alineamiento con el Estados Unidos de Trump y también catalogaron al Cartel de los Soles como terrorista. Uno de los primeros fue el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien esta semana recibió al secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, en su país. En el marco de la visita, Rubio anunció una ayuda de casi 20 millones de dólares a Ecuador para enfrentar la violencia de numerosas bandas narcotraficantes y designó a dos de ellas como organizaciones terroristas.
Un importante aliado de la administración Trump en la región, el presidente argentino Javier Milei, también incorporó al Cartel de los Soles al registro de personas y entidades vinculadas al terrorismo. Algo similar ocurrió con Paraguay y más recientemente con República Dominicana.
El Congreso de Perú, por su parte, aprobó esta semana una moción en el mismo sentido. En un comunicado, señaló que el Cartel de los Soles es una "estructura criminal directamente vinculada al régimen de Nicolás Maduro" que "mantiene probados nexos con el narcotráfico y el terrorismo internacional", y, por ese motivo, constituye "una grave amenaza externa que pone en riesgo la estabilidad democrática y la paz" de Perú.
"Del lado de la paz"
Pese a haber sido un aliado cercano de Maduro hace unos años, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los que no reconoció la victoria del venezolano el año pasado y expresó su preocupación por las denuncias de violaciones a los derechos humanos en ese país.
Consultado esta semana sobre la tensión entre Estados Unidos y Venezuela, Lula dijo que Brasil "estará del lado que siempre estuvo, del lado de la paz". "Si hay divergencia entre dos naciones, no hay nada mejor y más barato que sentarse en una mesa de negociación y hablar", agregó y reafirmó que Brasil no tiene ni quiere ningún conflicto internacional.
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Otro de los gobernantes de izquierda de la región que también se ha sumado a las críticas contra el régimen de Maduro fue el presidente de Chile, Gabriel Boric. "Desde la izquierda política les digo que el gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura", manifestó en enero, al condenar la detención de opositores políticos en Venezuela.
Boric, que finaliza su mandato en unos meses, había sido también el primero en pedir transparencia en los resultados de las elecciones de julio de 2024. "El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados", señaló en su momento la red social X.
Por el momento, pese a la presión de la oposición, el gobierno chileno se abstuvo de sumarse a otros de la región en la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista. "Somos respetuosos de nuestra política internacional y de los estándares internacionales que se fijan en esta materia y, por lo tanto, las calificaciones de ese tipo no son establecidas unilateralmente", indicó la vocera del gobierno, Camila Vallejo.
Uruguay es otro de los países con gobierno progresista que no se manifestaron por el momento sobre la tensión. De todas formas, el canciller Mario Lubetkin aseguró en marzo, poco después de la asunción de Yamandú Orsi, que el gobierno no reconoce a Nicolás Maduro "ni a quien dijo haber triunfado" en las elecciones en Venezuela.
"Nosotros tenemos un diálogo también con la oposición, no reconocemos a nadie en este momento: ni a Maduro, ni al presidente que señaló haber triunfado, según las actas que mostró por internet", dijo Lubetkin en referencia al candidato opositor Edmundo González. "Es una situación ambigua, pero no somos el único país que tiene esa posición", sostuvo.