"No es una lista, pero creo que habrá otros", dijo Donald Trump, después de que el Departamento de Justicia imputara al ex director del FBI James Comey, que investigó los supuestos vínculos del mandatario con Rusia por las elecciones de 2016. Desde que volvió a la Casa Blanca, el republicano ha avanzado contra varios de sus antiguos adversarios. En ese marco, pidió a Microsoft que despida a su presidenta de asuntos globales, Lisa Monaco, una ex fiscal de la administración Biden a la que responsabiliza por investigaciones en su contra.
"Sorprendentemente, Monaco ha sido contratada como presidenta de Asuntos Globales de Microsoft, un cargo de alto nivel con acceso a información altamente sensible. Que Monaco tenga ese tipo de acceso es inaceptable y no se puede permitir", escribió Trump el viernes en su red Truth Social.
"Es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, especialmente teniendo en cuenta los importantes contratos que Microsoft tiene con el gobierno de Estados Unidos", añadió en su mensaje, en el que calificó a Monaco de "corrupta".
Monaco fue fiscal general adjunta durante el gobierno de Joe Biden y, como tal, supervisó junto al fiscal general de entonces, Merrick Garland, la investigación del Departamento de Justicia sobre los esfuerzos de Trump para revocar los resultados de las elecciones de 2020, en las que perdió ante el demócrata, y el ataque contra el Capitolio del 6 de enero de 2021.
"En mi opinión, Microsoft debería despedir inmediatamente a Lisa Monaco", escribió el presidente, que en marzo, había firmado una orden ejecutiva para revocarle los permisos de seguridad a la ex fiscal, junto con los de Biden, Kamala Harris, Hillary Clinton, Liz Cheney y otros.
La avanzada de Trump contra sus adversarios
Desde su regreso a la presidencia en enero, el presidente republicano tomó una serie de acciones contra figuras a las que percibe como opositores o enemigos políticos. Despidió a un grupo de fiscales involucrados en los casos por el ataque al Capitolio, así como a algunos los agentes del FBI que participaron de la investigación, y abrió investigaciones sobre la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que había presentado una demanda civil por fraude contra Trump.
Trump ante la Asamblea de la ONU -23-9-25 - AFP
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La última fue la imputación contra Comey, quien fue acusado el jueves de presuntamente mentir bajo juramento durante su testimonio en septiembre de 2020 frente al Congreso y de obstrucción de la justicia. El ex director del FBI publicó un video en Instagram en el que dijo ser inocente y comparó a Trump con un "tirano".
La semana pasada, Trump había despedido al fiscal de Virginia Erik Siebert, después de que este asegurara que no había suficiente evidencia para ir contra Comey y James, ambos presuntos adversarios del presidente. Para reemplazarlo en el caso designó a Lindsey Halligan, quien fue su abogada personal y sin experiencia como fiscal.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, declaró que la imputación de Comey "refleja el compromiso de este Departamento de Justicia de responsabilizar a quienes abusan de posiciones de poder por engañar al pueblo estadounidense".
James Comey - AP
James Comey, ex director del FBI
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Trump, que considera que hubo una "caza de brujas" en su contra, aseguró el viernes que "no es venganza". "Fueron tras de mí durante cuatro años", dijo en declaraciones a CNN. "En realidad se trata de justicia. No es venganza. También se trata del hecho de que no puedes dejar que esto continúe. Son personas enfermas, radicales de izquierda, y no pueden salirse con la suya", aseguró.
El presidente había aumentado recientemente la presión sobre Bondi para que investigara de forma más agresiva a sus adversarios políticos. En una extensa publicación en redes sociales el fin de semana pasado dirigida directamente a la fiscal general, Trump escribió: "No podemos demorarnos más, está dañando nuestra reputación y credibilidad".
Las avanzadas judiciales se dan además en medio de las presiones del mandatario contra otras figuras críticas, como ocurrió la semana pasada con Jimmy Kimmel, cuyo late show fue suspendido por unos días después de que el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, advirtiera sobre posibles sanciones por los comentarios del conductor sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.