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26 de septiembre 2024 - 5:05hs

Desde su rol crucial como nexo entre seis refugiados de Guantánamo y el Estado uruguayo, hasta las experiencias que marcaron su vida, Mirza estuvo en Diálogos en Montevideo con Alejandro Fantino y reflexionó sobre los desafíos, los estigmas y las complejidades de su identidad árabe en un contexto global.

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Alejandro Fantino: Esta es una historia en sí misma. Alguien que vino a los seis años de Egipto, del Cairo, en trasatlántico con sus padres, se instala en Uruguay. Es egipcio, es árabe, por supuesto es uruguayo, es asistente social, es profesor y además es diputado. Muchos lo habrán conocido cuando Uruguay le dio asilo a los seis refugiados de Guantánamo que habían sido encarcelados durante un buen tiempo. Eso pasó ya hace muchos años, pero esa historia queda y lo que lo que vale son las historias, son las historias humanas, no son los temas, son las historias humanas. Históricamente lo que vale, lo que funciona, lo que atrapa es la historia humana. Así que aquí hay varias historias humanas que se entrelazan, la de él y la de los refugiados e historias de vida. Te tuteo, ¿cómo estás?

Christian Mirza: Muy bien, un gusto estar contigo.

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AF: ¿Sos diputado, asistente social y profesor?

CM: Sí todo eso y soy profesor en Universidad de la República, en la Facultad de Ciencias y soy asistente social desde los 80. Ingresé muy tardíamente a la facultad, pero después este siguió un recorrido por la ciencia política básicamente.

AF: Ahora me voy a meter con el tema de los refugiados que ya pasó hace tiempo.

CM: Hace 10 años. Fue en diciembre del 2014 que ellos llegaron al Uruguay provenientes de la cárcel de Guantánamo.

AF: Ahora, vos no tenés una vida común, sos egipcio, naciste en el Cairo, vivís en Uruguay y un día te tocó intentar insertar seis refugiados de Guantánamo.

CM: Pero además no conoces la historia de cómo termino yo siendo un nexo entre el Estado y los seis refugiados, te la cuento. Rodolfo Nin Novoa entonces era el Canciller de la República y teníamos un vínculo de amistad y además de ser parte de una de un sector del Frente Amplio que se llamó entonces Alianza Progresista. Cuando llegan al Uruguay los refugiados de Guantánamo me llama, me dice: “Christian vos que sos egipcio, venite a mi despacho y dame una impresión de esta situación que nosotros heredamos porque la decisión fue del presidente Mujica, no del presidente Vázquez".

AF: Vos no fuiste a que te dieran esa inserción, vos fuiste porque te pidió el tipo.

CM: Porque me pidió una opinión, pero me pareció natural. “Cualquier cosa yo te doy una mano”, le dije. A la semana me llama y me dice: “Christian, pasá por la secretaría de Derechos Humanos para concretar algo”. Y cuando llego me muestra un papel y me dice esta es la resolución por la cual se te designa oficialmente como el nexo entre los refugiados de Guantánamo y el estado uruguayo. Le pregunto qué quiere decir ser nexo y me responde que todo lo que acontezca y todos los problemas que ellos tengan que resolver pasan por vos y el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Salud, en fin. En ese momento estaban acampando en protesta, fue la primera protesta frente a la embajada norteamericana.

AF: Disculpame, ¿vos lo fuiste a ver y estaban en carpa los tipos?

CM: Sí, claro. Ahí los conocí. Todo en carácter honorario.

AF: Antes de meterme en la historia en sí, un poco en la tuya también. El mundo se maneja por impresiones, por semiótica y por estigmas. Lamentablemente no tiene tiempo la gente para analizar mucho, son símbolos, vos no te parás en un semáforo porque está la luz roja o pasás porque está en verde y los medios de comunicación funcionan a través de comunicación de símbolos, estigmas y referencias. Entonces, árabe, egipcio, defensor de la causa palestina, defendiendo a seis tipos que venían de ser encarcelados en Guantánamo. Hacía poco había pasado la invasión norteamericana o la llegada norteamericana a Afganistán, etcétera, etcétera. No lo pensaste y dijiste “no salgo más de acá”.

CM: Lo pensé y luego tomé la decisión de enfrentar la situación y de poner lo mejor de mí a sabiendas pero no completamente de lo que iba a suceder después. Como tú decías hay una dimensión humana que es el vínculo que logramos construir con los seis y una dimensión política y mediática. Yo iba al supermercado y me decían “usted es el nexo”, no tenía nombre y apellido. Y eso es una carga. Porque ser el nexo ¿no?, porque ser el nexo quiere decir ser un puente de comunicación entre una estructura institucional como lo es un estado o el conjunto de las organizaciones sociales o la sociedad civil y seis jóvenes. Estamos hablando de diciembre de 2014 y seis que no hablaban español , que fueron transferidos a una cultura, a un contexto totalmente distinto.

AF: Déjame entrar ahí porque son historias, de nuevo lo cuento, son historias humanas. Mirza que está con nosotros acá tiene su propia historia y la vida lo lleva a de pronto por un papel, por una firma, por un decreto, tener que ser el nexo entre seis refugiados de Guantánamo y el Estado Uruguayo. Yo diría más que del Estado, el pueblo Uruguayo. ¿Vos hablas árabe?

CM: Muy poco. Durante la pandemia tomé clases para recuperar mi árabe con uno de los que vino de Guantánamo.

AF: ¿A qué se denomina nación árabe y quiénes hablan árabe? Tírame países donde se habla árabe.

CM: Marruecos, Egipto, el Líbano, Siria, Palestina, Arabia Saudita. Los árabes estamos desparramados por toda esa zona medio oriental y obviamente todos los inmigrantes. Compartimos idioma pero después el idioma puede tener y tiene matices, diferencias. Ahora, ¿todos los árabes son musulmanes? No. Yo soy árabe, nací en Egipto, en El Cairo, mis padres nacieron en El Cairo y tenemos toda una familia que tiene raíz árabe. Ahora, ¿somos musulmanes? No. ¿Qué somos? Cristianos maronitas de la iglesia San Marón, que quiere decir que somos árabes no musulmanes, árabes cristianos. Hay iglesias cristianas coptas, ortodoxas.

AF: Voy otra vez al hecho, al hecho casi de película, ¿cómo llegan los refugiados? Pues ya pasaron 10 años y hay cosas que está bueno contarlas. Los tipos llegan, los trae un avión de la Fuerza Aérea norteamericana, vienen encapuchados.

CM: Exacto, vienen encapuchados, encadenados y con el mameluco naranja típico de los presos que están allí en Guantánamo.

AF: ¿Sigue abierto Guantánamo?

CM: Sí, lamentablemente. La idea original de Barack Obama de cerrar la cárcel de Guantánamo no pudo efectivamente concluir.

AF: La cárcel de Guantánamo se abre en la base de Guantánamo en la isla de Cuba cuando suceden los ataques a las Torres Gemelas y Estados Unidos llega a Medio Oriente.

CM: Claro, entonces la idea era ¿cómo justificar la existencia de una cárcel tan aberrante como lo es la cárcel de Guantánamo? Bueno, porque ahí vamos a encerrar a los peores terroristas del planeta. Es un poco la ficción inventada. Con certeza, la mayoría no tiene nada que ver, nada que ver con organizaciones terroristas.

AF: ¿Cómo es el régimen de Guantánamo?

CM: No responde a ninguna jurisdicción internacional. Tiene un estatuto jurídico absolutamente autónomo, independiente. Los presos no están sujetos a una defensa como cualquiera en cualquier país con regulaciones jurídicas. No existe ningún tipo de garantía.

AF: Pero ¿qué tipo de cosas pasan ahí?, ¿torturas?

CM: Por supuesto que pasan torturas físicas y psicológicas. Cosa que yo siempre he insistido porque dije en más de una vez que se ha criticado la actitud de los refugiados que vinieron a Uruguay, yo digo tratamos de entender lo que han pasado estos muchachos.

AF: ¿Qué tipo de torturas puedes pasar?

CM: Aislarte durante una semana sin comunicación humana alguna. Controlarte absolutamente todos tus movimientos. Tú pierdes capacidad de decisión, pierdes autonomía para decidir cuándo dormir, cuándo despertarte, cuándo comer, cuándo ir al baño.

AF:¿No decidís cuándo ir al baño?

CM: No, el carcelero decide cuándo vas. Las decisiones no son tuyas. Estás en Guantánamo y tú eres un terrorista que atentaste contra la vida de otra gente inocente. Ahora, ¿qué clase de proceso y de defensa tuvieron estos seis?

AF: ¿Cuánto estuvieron?

CM: Entre 10 y 12 años más o menos. Algunos entraron muy jóvenes y te digo algunos entraron porque me lo confesaron y lo puedo decir ahora públicamente, porque los vendieron.

Porque Estados Unidos lo que hacía en los países vecinos cercanos a Afganistán, Irak, toda esa zona, necesitaban llenar esa cárcel de presos. Entonces daban recompensas por capturar sospechosos de ser terroristas o terroristas. Uno de ellos me dijo: “a mí me vendieron por 5 mil dólares porque alguien dijo que yo era vecino de un amigo que era conocido de un miembro de Al- Qaeda”. ¿Se entiende? Y termina más de 10 años en la cárcel de Guantánamo sin responsabilidad alguna. Ni siquiera con capacidad de defenderse y constituirse en un proceso mínimamente legitimado.

Guantánamo es eso: un mundo aparte que no obedece a ninguna ley. Ellos vinieron con el mameluco y esposados hasta que atravesaron el espacio aéreo uruguayo y la delegación uruguaya le pidió a los oficiales norteamericanos que le sacaran las cadenas y las capuchas.

AF: ¿Venían en el avión encapuchado encadenados y esposados y los uruguayos pidieron que le sacaran las capuchas? Qué bárbaro, cómo son ustedes los uruguayos con los derechos humanos, con la sensibilidad.

CM: Cuando lleguen al aeropuerto de Carrasco van directamente al hospital militar para diagnosticar.

AF: A todo esto, vos sos asistente social, yo soy licenciado en filosofía, viste que a veces acercarse a un fenómeno es a veces más fácil cuando venís de afuera. Entenderlo es más fácil si estás dentro de ese lugar o estás cerca, pero para una primera impresión, para practicar lo que decía Husserl, la fenomenología de Husserl, practicar la suspensión de juicio. Husserl decía que para entender algo, primero tenías que practicar el pojé, suspender tu juicio. No tenés que pensar nada previo. Entonces yo vengo de afuera, de Argentina y trato de practicar la suspensión de juicio incluso sobre esto, no con todo lo que tiene estigmatizante alrededor. Mi consulta es, ¿el pueblo uruguayo practicó suspensión de juicio con esto? ¿O vos eras el nexo y decían que hay seis terroristas caminando por Montevideo?

CM: Creo que lamentablemente pesó al principio mucho de esto último que tú decías, la idea de que primero son sospechosos y no sabemos si efectivamente tiraron bombas o no. Segundo son inmigrantes y vienen a competir por fuentes de trabajo y tercero vienen acá y nosotros tenemos que ofrecerles todo y solucionarles la vida. Este es un poco el hilo conductor de un razonamiento que de a poco se fue deconstruyendo, por lo menos yo intenté desmontar esa narrativa que los ubicaba como terroristas o en el mejor de los casos como unos avivados que vienen a aprovecharse de la generosidad del pueblo uruguayo esto. Esto fue cambiando fue cambiando. lógicamente, y tengo anécdotas que son extraordinarias.

AF: ¿Me compartís alguna?

CM: Bueno, esta persona que me decía que yo era el nexo en un supermercado, cuando me detiene y me empieza a hablar en malos modos, por decirlo de alguna manera, y me dice: “¿qué es lo que está haciendo? ¿Por qué tomó esta decisión? ¿Por qué trajeron a estos tipos aquí a Uruguay, qué necesidad, etcétera?”, todo con un tono muy crítico. Entonces le dije que si tenía 10 minutos yo le explicaba. Y le empecé a explicar por qué habían venido a Uruguay, en qué condiciones, en qué condiciones habían ellos padecido su existencia durante 10 años y al final, esta misma persona que me había criticado, que se había puesto muy en tono negativo a reprocharme mi función, me termina felicitando.

AF: Te hago una pregunta, ¿lo volverías a hacer?

CM: Por supuesto. Porque además para mí fue una riquísima experiencia, yo crecí profesionalmente, humanamente. No puedo decir que fue todo negativo, al contrario, me parece que fue una experiencia formidable, al punto que estoy escribiendo un libro que justamente se refiere a mis memorias con los refugiados de Guantánamo.

AF: Claro, es que es una historia. Contame: llegás a las carpas. O sea, los tipos se instalaron en carpas frente a la embajada norteamericana. Mirá la reacción: fueron presos en Guantánamo, vivieron todo lo que vivieron 13 años y lo primero que hacen van frente a la embajada corriendo incluso el riesgo de que pasara algo y los tipos se instalan en carpas frente a la embajada y ¿vos llegaste a la carpas?

CM: Sí, porque cuando me designan como anexos ellos estaban ahí. Llevamos un traductor.

AF: Contame el micro detalle que es lo que hace grande a una historia. Te bajaste de ahí con el traductor y estaban los tipos dentro de la carpa ¿le corriste la cortina a la carpa?

CM: No, ellos ya estaban afuera en la esquina, me ven llegar, el traductor les dice: “este es Mirza que quiere reunirse con ustedes”.

AF:¿Cómo te miraban los tipos? ¿Te dieron la mano? ¿Cómo te saludaron?

CM: Sí, sí, me dieron la mano. Claro, después gané en confianza porque yo saludo como suelo saludar y digo ”salamu aleikum”, claro digo: “mi corazón, mi palabra y mi mente te saludan”. Entonces nos vamos a una canchita de fútbol que está frente, cruzando, en la calle de la embajada, y les pido a los medios de prensa que nos dejen un poco. Nos sentamos en el pasto y les conté que me designaron el nexo y les explico. Además les digo que lo quiero es colaborar para que puedan encontrar su lugar en el mundo acá en Uruguay.

AF: ¿Ellos no eligieron Uruguay?

CM: Por supuesto. Lo único que conocían era el nombre Uruguay y nada más.

AF: ¿De dónde eran?

CM. Cuatro sirios, un tunecino y un palestino.

AF: Bueno, o sea, los tipos salieron de un avión, ojos tapados en Guantánamo y ojos tapados en la rambla de Montevideo.

CM: Ahí lo crucial era ganar la confianza. La empatía genera confianza. Si tú tienes empatía podes generar confianza, porque si no tenés confianza no hay posibilidades de ser nexo de nada.

AF: ¿Qué te dijeron?

CM: No entendían muy bien. Había una ONG que también había sido contratada por Cancillería, para proveer las cuestiones muy básicas. Y les comenté que la ONG les propone firmar una carta compromiso de aprender el español para que de ese modo que le puedan suministrar un ingreso mínimo hasta encontrar el trabajo.

AF: ¿Todos pensaban lo mismo o pensaban diferente?

CM: Los seis no eran un grupo propiamente. Porque algunos se conocían entre sí pero no era un grupo que ya venía constituido de la cárcel. Había visiones diferentes, incluso con uno de ellos fue un poco más complicado en el diálogo.

AF: De los seis hay uno que puso una panadería y otro que se escapa a Venezuela al tiempo.

CM: Este es el que yo me refiero, que además hizo una huelga seca una huelga seca significa huelga total, no sólidos ni líquidos y él estuvo en Venezuela después intentó ir a Sudáfrica y después intentó ir a Turquía y luego en la cuarta o quinta intento logró finalmente irse a Turquía. Los otros cinco lograron, con muchas dificultades naturalmente, pero lograron una mínima inserción laboral.

AF: ¿Quién fue el último que se quedó?

CM: De los seis, hay cuatro acá.

AF: ¿Y dónde viven los cuatro? ¿Acá en Montevideo? ¿Se insertaron?

CM: Hay dos que tienen un emprendimiento gastronómico en el centro de Montevideo, otro que es un excelente docente de idiomas. Habla perfecto el español, está en pareja, y el otro estuvo en un parking y ahora le perdí un poco la pista. No te voy a decir que están de maravillas, pero están como yo siempre digo, encontraron su lugar en el mundo, después de todo lo que pasaron.

AF: ¿No se pueden ir?

CM: Del Uruguay se pueden ir, el problema es conseguir una visa de entrada. A mí me piden visa también. A Suiza no me puedo ir sin visa. Algunos países europeos les piden visa a los egipcios. Hoy tengo un pasaporte uruguayo, pero dice nacionalidad egipcia. Mi documento dice nacido en El Cairo, nacionalidad egipcia y carta de ciudadanía legal del año 1992.

AF: Justo este medio, que tiene entre sus dueños a gente que trabaja y se dedica incluso a filmar y a grabar historias ligadas a los derechos humanos hace poco se filmó Vuelos, son los Vuelos de la muerte. Entonces me permito hablar aquí en esta charla y preguntártelo, el estigma por ser árabe, ¿es duro?

CM: Yo creo que sí, y hay una islamofobia creciente en Estados Unidos, en Europa. Hay decisiones de los gobiernos que me parecen espantosas, como esto de poner un barco cárcel en Gran Bretaña, firmar acuerdos para volver a expulsar a los inmigrantes.

AF: Me imagino que debes haber sufrido, que hasta te tiene que molestarlo, te debes haber dicho alguna que otra vez seguramente, “Mirza sos un antisemita”, y vos sos semita.

CM: Si, tal cual.

AF: ¿Mirza es persa?

CM: Si.

AF: Pero no te podés llamar Christian si naciste en El Cairo.

CM: Bueno, pero eso es otra anécdota interesante, porque yo me llamo Christian Adel Mirza. Adel es el nombre árabe que pusieron en la partida de nacimiento oficial. Christian en la partida de bautismo. Cuando nos vamos de Egipto, nos vamos con un pasaporte familiar que registra los nombres de los bautizados entonces ponen Christian Adel. Cuando hago la traducción de la partida de nacimiento oficial no está el Christian está Adel que significa en la traducción “el justo”. Para la cámara de diputados cuando aparece en la pantalla dice representante nacional Adel Mirza. Más de una vez me ha ocurrido que llaman a mi secretario y dice este no porque queremos saber qué vinculo tiene Adel Mirza con Christian Mirza.

AF: ¿Naciste en El Cairo?

CM: Si, en Heliópolis. Ahora es un barrio del conurbano de El Cairo con 4 millones de habitantes.

AF: ¿A los seis años te viniste? Saco una idea, ¿si no te hubiese venido te tendrías que haber enrolado en Yom Kippur, batalla de los Saidíes?

CM: Esa fue la respuesta precisa que me dio mi madre. Cuando yo insistentemente preguntaba a mis padres: “¿por qué nos vinimos al Uruguay?”. Me decían que la situación era muy difícil yo pregunta porque el Gamal Abdel Nasser no persiguió a los cristianos , fue mucho más duro con la hermandad musulmana porque Nasser tenía un pensamiento de fuerte influencia marxista. Entonces los cristianos ningún problema. Un día mi madre me explica lo que me acabas de decir. Guerra de los seis días, guerra Yom Kippur, único hijo varón, ibas al frente, quien sabe en qué desierto ibas a terminar. Pensamiento estratégico.

AF: ¿Barco trasatlántico y llegaste a Montevideo?

CM: Federico C, de la línea C italiana. El Federico C, desguasado en el 67.

AF: ¿A qué barrio llegaste?

CM: Llegamos al barrio Cordón en una pensión. En la pensión muy curioso porque todos los que compartíamos intentaban siempre ayudarnos a hablar español. Tengo muchos recuerdos. Tengo un triángulo metido en el cerebro, porque nosotros íbamos a las pirámides de Guisé, como quien iba acá al Parque Rodó, porque estábamos a media hora. A mi edad no me dejaban entrar, entonces la vista a esa gigantesca mole es un triángulo. Otra anécdota te voy a contar. Estuve con una de mis hermanas y mi cuñado, volvimos después de 50 años porque tenemos familia. Viaje mágico de reencuentro con nosotros mismos. Entonces un día una de mis primas nos invita a comer y comemos y es el momento de los postres y entonces dice mi prima: “¿qué vas a pedir?”. Los postres en el Medio Oriente, todos una maravilla y yo pido arroz con leche. A los meses mi hermana mayor me pregunta cuál es el postre preferido de los egipcios y les digo: “arroz con leche”. Y no sabía, recuperé la memoria gustativa. Entonces es brutal como recuperamos la memoria olfativa, la visual, el gusto, todo, es una reconstrucción del origen.

AF: Me interesa esto, cuando llegaste acá, chiquito, ¿jugabas fútbol?

CM: No y tengo una anécdota también con el fútbol. Estaba en un colegio y me invitan a jugar y me explican cómo se juega. Entonces me ponen de defensa y el golero de mi equipo saca, yo me di vuelta para mirar y tiró con tanto desatino, que entre la torpeza de él y la mía, él tiró con tanto desatino que pegó en mi cabeza y la pelota entró al arco. El primer gol que hice en Uruguay fue un gol en contra. Nunca más entré a jugar un partido. Yo me siento completamente uruguayo como egipcio, creo que las fronteras son todas artificiales, que hay que romper las fronteras. Me siento muy cómodo, siempre. Tuve muchos amigos, uno en particular, un amigo que es un hermano a esta altura porque iba conmigo a la escuela y vivíamos en el mismo edificio y fue en rigor el que me enseñó a hablar español. A mí me hacían bullying, ahora se dice bullying, a mí se me burlaban porque pronunciaba mal, pero Héctor Sequeira es un hermano del alma me acompañó y me sigue acompañando y fue una pieza clave en mi integración al Uruguay. Y yo adoro el Uruguay, amo el Uruguay. Me siento uruguayo, soy manya, carbonero, me gusta el tango, el folclore, el rock argentino, el rock uruguayo y nací en El Cairo.

AF: ¿Con el mate también?

CM: Mirá, fuimos a acampar con unos gurises, unos boy scout, en la laguna Negra yo tenía 12, 13 años y insisten con tomar mate. Me preparan uno, empiezo a tomar y era imposible. Me dice, “dale tiene que hacer el ruidito”. Terminé de tomar y escupí. Estaban todos los gurises muertos de risa. Entonces me muestran la mezcla y le pusieron yerba y bosta de vaca seca. Después me convidaron mate de verdad y me encantó.

AF: Gracias, Christian, encantado. Diálogos en Montevideo. De esto se trata.

Mirá la entrevista completa acá:

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