"El Ineed precisa mucho más transparencia y academia", dice delegado de la Udelar

Sentado en una oficina de la Facultad de Psicología, Maiche habló con El Observador todo lo que se había guardado durante estos años. Contó que el Informe sobre el estado de la educación presentado en julio fue aprobado por unanimidad pero no pudo ser discutido por la comisión directiva —a pesar de que le veían problemas al documento— porque con "cada cosa que se planteaba (...) se armaba un revuelo que terminaba a los gritos". 

Además, sostuvo que no sintió apoyo de la presidenta del Ineed, Alex Mazzei, ni del exdirectivo Pablo Cayota, para generar las condiciones que –a su criterio- garantizan la independencia que el instituto necesita, y advirtió que también existe un conflicto entre diferentes estamentos del cuerpo técnico. 

A continuación, un resumen de la entrevista que mantuvo con El Observador.

¿Qué evaluación hace de estos tres años y medio que estuvo en el Ineed?

Han sido intensos y un poco desgastantes, fundamentalmente en los últimos dos años. Yo me tomé el primer año como para entender la situación, porque para mí era una experiencia nueva. El primer año fue de mucha escucha y poca incidencia. Pero después fueron pasando cosas que me fueron obligando a tener cada vez más incidencia. Las primeras cosas que me empezaron a hacer ruido fue ver que el Ineed no era una institución con criterios académicos claros y mecanismos de toma de decisión transparentes. El Ineed precisa mucha más transparencia y academia.

¿Un ejemplo? 

Una de las primeras cosas que me pasó fue cuando se cambió un porcentaje de aumento de salario a los funcionarios. Y ahí me di cuenta que no había más registro que la palabra para lo que nosotros resolvíamos en la sesiones. No había grabación de las sesiones, no había toma de actas taquigráficas y además, en aquel momento, la secretaria de la comisión directiva era la secretaria personal de Mazzei. En ese momento, planteé que o empezábamos a grabar las sesiones o yo tenía que renunciar. Y eso permitió que se empezaran a grabar las sesiones pero aclarando que las grabaciones eran un material ultra reservado, porque tanto el delegado de los privados (Pablo Cayota) como la presidenta (Alex Mazzei) no estaban convencidos de las ventajas de grabar las sesiones. Ellos aducían que si salían al aire las cosas que se discutían ahí, podía ser muy peligroso. Sin embargo, tanto Óscar Ventura, que aún estaba en ese momento, como yo pensábamos que las grabaciones deberían ser públicas para que todo el mundo supiera lo que se discutía. En ese momento tampoco lo veía claro Marcelo Ubal de ANEP, aunque eso luego fue cambiando y fue lo que permitió que, desde hace medio año, las sesiones de la directiva sean abiertas aunque las grabaciones siguen sin ser públicas. Es más, hay un reglamento con asesoramiento de abogado que solicitaron Cayota y Mazzei que establece que de ninguna manera esas grabaciones pueden hacerse públicas. Yo no estoy de acuerdo con eso. Estoy acostumbrado a funcionar en organizaciones públicas que toman sus decisiones en ámbitos abiertos, donde cualquiera puede ir, tomar nota, grabar, publicar. Y me parece que eso es lo mejor para garantizar, justamente, independencia técnica. 

¿Y cuál es la otra clave?

La otra clave, en la que lamentablemente tampoco he contado con el apoyo de Mazzei ni el de Cayota muchas veces, es apostar fuertemente por la formación académica de los investigadores. El Ineed tiene un gran problema en cuanto a que no tiene políticas de carrera académica. No fomenta que sus cuadros hagan doctorados, maestrías, publiquen artículos en revistas ni trabajen en investigación. La mayor garantía de independencia que puede tener una institución como el Ineed es que sus cuadros sean académicos.

En el último tiempo el Ineed ha generado polémica por la demora en la aprobación del informe Aristas sobre educación media. El cronograma de trabajo planificaba su aprobación para octubre, el compromiso con el Poder Ejecutivo era hasta noviembre y ahora se pidió un prórroga hasta enero. ¿Cuál es su lectura del retraso?

Siempre nuestra intención fue que saliera después de la primera vuelta de las elecciones nacionales (27 de octubre) y antes del balotaje (24 de noviembre). Y eso tenía que ver, no con incidir políticamente, sino con que ese era el único espacio en el año que iba a haber cierta capacidad de escucha en la ciudadanía para abordar un informe de este tipo. Entendimos que el único momento en el que capaz había un pequeño descenso del ruido mediático, era en la primera semana después de las elecciones de octubre. Y ese fue el calendario que fijamos el año pasado. Eso es tal cual lo que dice Cayota (en las entrevistas que ha dado).

Nosotros ya veníamos del informe bianual (Informe sobre el estado de la educación en Uruguay) que no habíamos podido discutirlo. El informe, como bien dice Cayota, se aprobó por unanimidad. Lo que no dice es que fue sin discusión.

¿Cómo sin discusión?

Sí, en ese momento ya no se podía discutir en la directiva. Porque con cada cosa que alguien planteaba, no importaba quién, se armaba un revuelo que terminaba a los gritos en las propias sesiones del Ineed. Esa dinámica hizo que yo mismo, diciendo todas las cosas que me parecía que había que no estaban bien en el informe de la educación, planteara en la sesión que si discutir sobre estas cosas nos iba a llevar a trenzarnos en discusiones que terminaban en los medios, yo iba a mocionar que se aprobara el informe tal cual venía y pasara a imprenta. Cayota dijo que estaba de acuerdo, el resto dijo que estaba de acuerdo, y votamos en esa sesión por unanimidad, para que pasara a imprenta. Y así salió el informe, con esos problemas.

Esos errores en el informe de la educación son responsabilidad de la directiva. Yo me hago cargo de esas responsabilidades, quiero ser claro. Yo fui el que propuse la opción, que para mí era el mal menor. Quizás haya sido un error. Lo que no sabemos es qué hubiera pasado si realmente hubiéramos discutido, porque, de verdad, la situación era como la de ahora: todo el mundo gritando y a ver quién grita más fuerte.

"Los equipos técnicos no validan completamente el contenido de las últimas versiones del informe Aristas que llegaron a la directiva. Entonces el conflicto ahora ya no está sólo en la directiva"

Volvamos a Aristas. ¿A qué se debe la demora?

Cuando empiezan a venir las versiones del informe de Aristas a la comisión directiva, esta vez nos dimos cuenta todos de que no podíamos aprobarlo sin discutirlo antes. Entonces fijamos un cronograma de discusión. Llegamos a discutir hasta el capítulo 2. En esas discusiones empezaron a aparecer tensiones por varios lados. Una tensión que apareció fue lo relativo a los liceos privados gratuitos (como Impulso, por ejemplo). Para el informe tenemos censado a todos los estudiantes de tercero de liceo de estos centros educativos. El tema es cómo metes toda esa información en el informe Aristas, porque, por un lado, esto es un censo y lo otro es una muestra, entonces hay problemas para hacer la comparación. Y, por otro lado, ¿con qué lo comparas? ¿Con los privados? ¿Con los públicos? ¿Con qué modalidades son comparables los privados gratuitos? Este tipo de discusiones eran las que teníamos en la directiva en esa época.

Esas discusiones provocaron que, por ejemplo, le pidiéramos al equipo técnico que reportara cómo eran los criterios de selección de cada uno de los privados gratuitos para que esa información estuviera en el informe también y cosas de ese estilo que se fueron solicitando y fueron demorando la producción.

Pero mientras que eso pasaba, nos enteramos que los equipos técnicos no validan completamente el contenido de las últimas versiones del informe Aristas que llegaron a la directiva. Entonces el conflicto ahora ya no está sólo en la directiva.

 "La autonomía de un instituto de evaluación no se logra –a mi criterio- reclamando independencia en la prensa. La autonomía es función de la formación y de la transparencia. Y muchas veces no he encontrado el apoyo decidido de Cayota ni de Mazzei para promover estos dos vectores en la gestión del Ineed en estos últimos años"

¿Cómo se soluciona eso? 

Esa realidad te hace ver la necesidad de una dirección política. Pero una dirección política, en una institución técnica, tiene que tener liderazgo académico. Eso falta en el Ineed, por lo menos desde que yo estoy. Ojalá el próximo presidente pueda ejercer un fuerte liderazgo académico; que no es sólo ejercer autoridad. Liderar académicos y lograr que trabajen para un objetivo común no se arregla con autoridad como sí se pueden arreglar las cosas en Secundaria o en Primaria. Son otras las herramientas que están en juego. Eso ha sido muy difícil que se entienda en esta gestión del Ineed.

"Una de las cosas que le falta a Uruguay es que la gente que dirige sus instituciones sea reconocida académicamente afuera. Y hoy por hoy, no es tan difícil eso"

Pablo Cayota dice que la gobernanza del Ineed tiene problemas. ¿Usted está de acuerdo?

Yo comparto lo que dice Cayota que el diseño institucional del Ineed tiene problemas. Ahora, en el diseño actual, tres de los seis miembros de la directiva representan a los evaluados: dos de ANEP y uno de los privados, porque el delegado de los privados también tiene implicancias. Entonces, insisto, la autonomía de un instituto de evaluación no se logra –a mi criterio- reclamando independencia en la prensa. La autonomía es función de la formación y de la transparencia. Y muchas veces no he encontrado el apoyo decidido de Cayota ni de Mazzei para promover estos dos vectores en la gestión del Ineed en estos últimos años. 

El próximo gobierno buscará cambiar ese diseño institucional. ¿Cómo debería ser esa transformación?

Creo que se necesita un organismo colegiado, de tres o cuatro personas, con venia parlamentaria y que sean personas independientes en el sentido político. Deberían, como hacen en la Corte, declarar su afiliación política. Y por otro lado, deben ser personas incuestionables desde el punto de vista académico. Que tengan un respaldo amplio y no solo de algunos grupos de injerencia en la educación. Y que los tres o cuatro, sean contratados para trabajar a tiempo completo, esto es fundamental. Sería muy bueno también que tuvieran reconocimiento internacional. Una de las cosas que le falta a Uruguay es que la gente que dirige sus instituciones sea reconocida académicamente afuera. Y hoy por hoy, no es tan difícil eso.

En ese contexto, ¿qué personas integrarían su equipo ideal del Ineed para el próximo período?

Ahhh no, me agarrás desprevenido.Podría ser Denisse Vaillant, Ana Balsa, Ester Mancebo, Fernando Filgueira, Renato Opertti, Pablo Martinis. Me estoy olvidando de gente porque me agarras desprevenido. Pero hay más gente. En educación, por suerte, hay bastantes personas que podrían hacer eso muy bien.