Blade Runner se adelantó a su tiempo al hablar sobre identidad, filosofía e inteligencia artificial. ¿Es Rick Deckard un replicante? ¿Los androides tienen alma? ¿Qué nos hace humanos? Basada en una novela de Philip K. Dick llamada
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Ridley Scott dirigió, entre otros, a un mítico Harrison Ford en una película que impactó por lo que auguraba la tecnología del futuro.
Ahora llega la secuela
Blade Runner 2049 con Ryan Gosling como K, un nuevo agente, un replicante al servicio de los humanos. Estos se fabrican de forma controlada con materiales orgánicos, por lo que sangran –como los humanos– y cuentan con la capacidad de pensar por sí mismas.
En la historia, los replicantes son creados para realizar trabajos pesados y carecen de las habilidades sociales de los seres humanos. En la realidad, los avances en mecánica e inteligencia artificial están dando lugar a robots cada vez más sofisticados y especializados. Pepper, por ejemplo, atiende a los pasajeros de la terminal 4 del aeropuerto de Madrid; Sewbot es el robot costurero que fue contratado por Adidas para hacer 800 mil camisetas por día; Sota conversa con ancianos de una residencia japonesa para que no se sientan solos. Ya opera una generación de máquinas capaces de interactuar con los humanos.
Un elemento clave en la película es que los replicantes pueden ser detectados usando una prueba llamada
Voight-Kampff para medir las respuestas empáticas. Esto se basa en un examen ideado por el matemático
Alan Turing para determinar si las máquinas pueden pensar y usar el lenguaje natural. Por el momento, la máquina más avanzada en este sentido es Watson, la supercomputadora de
IBM.
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Por otra parte,
Blade Runner introdujo al espectador en el sueño del
auto volador. El
Spinner de Deckard podía rodar sobre la carretera y elevarse para viajar por el aire. Fue un precursor de lo que hoy prometen el Aeromobil 4.0, el TF-X ,de Terrafugia, o el Vahanna de Airbus; todos prototipos de vehículos VTOL (
Vertical Take off and Landing), igual que el
Spinner.
En la película original, los habitantes de la distópica Los Angeles de 2019 contaban con ESPER, una tecnología que permitía hacer zoom mediante un comando de voz para llegar a ver zonas ocultas de las imágenes. Algo de ello hay en las live photos de Apple y en el proyecto
Pixel Recursive Super Resolution, de Google, por el que se consiguen fotos nítidas a partir de contenidos de 64 píxeles.
En
Blade Runner 2049 no hay smartphones ni Google. Y eso es por una razón: "El mundo virtual es un universo muy poderoso pero no necesariamente muy cinematográfico", dijo el director Denis Villeneuve. Y añadió: "No hay nada más aburrido que un detective detrás del teclado mirando a Google".