Inés Guimaraens

¿Será un buen momento para comprar un auto?

Pistas para saber con qué te vas a encontrar en el mercado automotor, además de la columna de Barbara Mainzer sobre ahorro y algunos datos sobre la importación de vino en el mundo

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03 de octubre de 2019 a las 16:43

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Si estás entre los que piensan cambiar el auto, comprar por primera vez, o no saben con qué se van a encontrar en el mercado de 0 km, te tiro algunas pistas para que no te lleves sorpresas. Además, Barbara Mainzer seguirá dándote en su columna elementos básicos que tenés que tener en cuenta para administrar tus finanzas personales, y si como yo sos de los que disfrutan de una buena copa de vino, te muestro con una gráfica de Statista quiénes son los países que más importan ese fermento espirituoso y cómo está la producción uruguaya en comparación.

¿Querés cambiar el auto y no sabés si es un buen momento? Te tiro algunos piques

Cambiar el auto. O llegar al 0 km. Ese objetivo que para unos es utópico, para otros un sueño a cumplir y para algunos parte de una rutina que se realiza con mayor o menor frecuencia.

Pero es una decisión que, como todas las que dependen del bolsillo de una familia, están pendientes de los ciclos de la economía y de la evolución de algunas variables claves, que en mayor o menor medida condicionan esos deseos.

El mercado automotor no está en su mejor momento por varios motivos, luego de una seguidilla de años en los que, hasta 2013, logró mantener el crecimiento. Luego ingresó en una meseta con tendencia a la baja, solo interrumpida por un pico en 2017 que se sustentó exclusivamente por una modificación en la carga tributaria (la tasa consular a la importación de vehículos pasó de 2% a 5% a partir del 1 de enero de 2018). Eso generó que se concretara un pico de negocios en diciembre de 2017, que luego faltarían en 2018 como se ve en la siguiente gráfica.

(La diferencia en la presentación de los datos anuales se explica por la forma en como ACAU llevó las estadísticas por segmento de vehículo cada año. El dato de 2019 es para el periodo enero-agosto)

La menor demanda de automotores fue notoria el año pasado de la mano de un menor dinamismo económico y el efecto tributario que mencioné. De hecho, la venta de autos fue la menor en 8 años en 2018 y desde el sector no esperaban cambios significativos como ya se anticipaba en esta nota de enero.

El año pasado la categoría aduanera de importación que incluye a los vehículos registró una caída en dólares de 12% interanual, para un total de algo menos de US$ 800 millones en el período, de acuerdo a información del instituto Uruguay XXI.
 
Pero, ¿qué incide para que este sea un año malo para la venta de autos?
 
Vamos por partes.

Como lector asiduo de Rincón y Misiones ya tenés claras las señales negativas de la economía de las que te hablé en semanas pasadas y que llevan a los consumidores a ser más cautos. Un mercado laboral complicado, una economía que dejó de crecer hace tiempocrisis económica y recesión en nuestros vecinos mayores, sumadas a las incertidumbres de un año electoral no son el mejor entorno para entrar en gastos que pueden ser postergables, y mucho menos si hacerlo implica asumir un endeudamiento a largo plazo.

Eso se viene reflejando en el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Católica y Equipos Consultores que después de un brevísimo pasaje en julio por la zona de moderado optimismo, retornó en agosto a la zona de moderado pesimismo en la que se empecina en mantenerse casi sin interrupciones desde comienzos de 2015.

Tanto es así que el subíndice que mide la predisposición de los hogares a comprar bienes durables, como son los automóviles, que había explicado en julio el repunte del indicador, fue uno de los que contribuyó con fuerza en agosto a retomar la senda pesimista.
 
¿Pero, qué pasó en agosto para que eso fuera así?
Si sos de los que miran la pizarra del dólar cuando pasa por la puerta de una casa de cambio ya sabés de lo que te hablo, y si no mirá la siguiente gráfica.

El dólar es esa variable omnipresente en la economía uruguaya que todo lo ve y todo lo toca.Y así como en julio, donde se ve esa caída a pique de la cotización de ese billete verde que impulsó la confianza del consumidor uruguayo al sentirse un poco más rico en dólares, generó el efecto contrario a partir de agosto cuando empezó un raíd imparable que lo deja cada vez cerca de los $ 38.

Como afirma Ignacio Paz, gerente general de ACAU, la gremial que reúne a los importadores de vehículos, en una economía 100% dolarizada como la del mercado automotor la divisa manda. Si se le suma a eso una menor confianza del consumidor en la economía y en su situación personal, y un año electoral con eventual cambio de signo en el gobierno para que la tormenta perfecta nuble el cielo de las cuatro ruedas.

Ahora, que la coyuntura no sea la mejor para vender autos no significa que los que viven de eso se queden de brazos cruzados. De hecho, y si bien en lo que va del año las ventas están cerca de 15% por debajo de los ya magros niveles del año pasado, hay algunas movidas comerciales que intentan imprimirle signos vitales a un mercado adormilado.

Algunas cartas ya fueron jugadas en años anteriores y hoy no tienen demasiado margen para ser usadas. Por ejemplo, la guerra comercial por el lado del precio.
A partir de 2008 y en los años siguientes, la irrupción en el mercado de los autos chinos en un segmento inexistente a nivel local de vehículos 0 km en la gama de los US$ 6.000 a US$ 10.000 generó un cimbronazo que llevó a las marcas establecidas a reacomodar su estrategia comercial. Ni te cuento del mercado de usados, aunque si intentaste vender un auto en esos años sabrás de lo que te hablo.

Paz de ACAU explicó que luego de ese golpe inicial, los principales proveedores de vehículos para el mercado uruguayo, como lo es Brasil, fueron adaptando su oferta hasta conseguir introducir modelos que comenzaron a competir con los chinos -que al mismo tiempo se fueron encareciendo- en el rango de los US$ 9.000 y US$ 10.000.
Eso le permitió a Brasil recuperarse como proveedor y ostentar un posicionamiento de mercado en Uruguay que determina que de cada 10 autos que se venden en el país, seis vienen con acento portugués.

No obstante, al llegar al país autos de 21 orígenes diferentes, existen situaciones puntuales dentro de esa diversidad que pueden hacer que en algún momento puntual uno de esos mercados tenga una ventaja competitiva que permita hacer llegar más barato alguna marca o modelo. Pero no es una generalidad. 

Además, en un país donde la carga impositiva puede llegar a superar el costo del vehículo, las variaciones en los valores de origen pueden llegar a incidir mínimamente en el precio final al consumidor. Para tener una referencia, sobre el valor de un auto desde que llega a la Aduana y hasta que el comprador le introduce la llave para llevárselo a su casa, se le carga una tasa consular del 5%, un arancel de importación del 23% (a menos que sea de origen Mercosur o de México, con quien existe un acuerdo automotor), un Imesi que va del 23% al 43% según la cilindrada, y un IVA del 22% (no hagas la cuenta para no amargarte).

Pero ya que la carta del precio como estrategia de amplia escala no corre más, ¿qué opciones sí juegan para los importadores y concesionarios?
El fi-nan-cia-mien-to, y algunas promociones que hacen a las estrategias comerciales y de marketing de cada importador.

¿No tenés toda la plata? No importa, te ofrezco un banco amigo que te presta lo que te falta. ¿No querés endeudarte en dólares? Bueno, puedo tener una oferta para vos en pesos o en unidades indexadas. Ah, ¿pero no tenés nada ahorrado tampoco? No hay problema, se puede conseguir un crédito por el 100% del valor del vehículo.

Cualquiera que recorra concesionarios de vehículos se va a encontrar con el cartel de algún banco privado –el BROU no participa en este segmento de crédito– ofreciendo sus opciones. También en las páginas web las ofertas están a la orden del día, incluso con simuladores de cuánto necesitás tener, qué ingreso debés percibir y en cuánto te queda la cuota.

Como contrapartida a una menor demanda, “los importadores y los bancos se están moviendo para adaptarse a esta nueva realidad e intentar incentivar la demanda”, explica Santiago Martínez, director de Autodata, que se especializa en relevar el mercado automotor.

Martínez señala que de parte de los importadores existen promociones como bajas de precios puntuales, bonos de descuento, aumentos de test drives o beneficios adicionales al momento de la compra, que se complementan, desde los bancos, con opciones que hasta hace poco tiempo no existían, como el financiamiento del 100% del valor de la unidad.

Comprar un auto sin plata, el sueño del pibe (o al menos el mío hace algunos años).

 

Bienestar financiero

 

Finanzas personales: los principios a seguir

Por Barbara Mainzer
 
Tenemos tantas necesidades, desafíos y deseos. Con frecuencia únicos y diferentes como lo somos las personas. Pero hay ciertos principios que, salvo que se encuentre en el 0,5% de la población que tiene su situación financiera totalmente resuelta, si se siguen, mejora nuestra nuestro bienestar financiero. 
 
Las acciones se pueden resumir en los cuatro principios que se detallan a continuación en esta nota, cada uno acompañado de tres acciones concretas.

Hacé clic acá para leer la nota completa.

 

Además...

 

Los que más disfrutan de una buena cepa extranjera

Statista

Con el otoño boreal también comienza la recolección de uvas en las zonas agrícolas del hemisferio norte, ingrediente fundamental para elaborar el vino. En cuanto a la bebida alcohólica, en todo 2018 se produjeron 292,3 millones de hectolitros en todo el mundo, 44,4 millones procedentes de España, tercer mayor productor a nivel mundial tras Italia y Francia.
Con sus 74,5 millones de litros producidos en 2018 –equivalentes a 745.000 hectolitros–, Uruguay realiza su pequeño aporte a esa producción global aunque no figura entre las grandes potencias vitivinícolas.
En 2018, Uruguay exportó 18,3 millones de litros de vino entre envasados y a granel, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi).
 
Este año la vendimia en el hemisferio norte también estará acompañada en Europa por el miedo en el sector a que el vino sea objeto de los aranceles de Donald Trump, amenaza expresada en varias ocasiones por el magnate, específicamente en referencia a las denominaciones francesas. Este gráfico de Statista muestra cómo aunque Alemania es el Estado que más volumen importa de esta bebida fermentada, con 14,5 millones de hectolitros el año pasado, los consumidores estadounidenses son los que mayor desembolso total realizan, con € 5.245 millones en ese período. Esto se explica por el alto precio al que compran cada litro: € 4,6  frente a los € 1,8 de media de los alemanes, según datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino.

Soy Álvaro Irigoitía, subeditor jefe de El Observador. Hasta aquí, esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.

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