Acción sustentable

Son necesarias acciones concretas como lo ha hecho Chile y como propone Uruguay

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13 de octubre de 2022 a las 05:01

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Por Carlos Saccone*

Recientemente, y casi en simultáneo con un emotivo y polémico discurso en la Asamblea de Naciones Unidas por parte del presidente de Colombia, el gobierno de Uruguay hizo público el “Nuevo Marco para potenciales emisiones de bonos sostenibles”. Dicho marco, indica la nota emitida por el Ministerio de Economía y Finanzas, “describe las prioridades estratégicas de sostenibilidad de Uruguay y establece metas respecto a dos indicadores de desempeño, vinculados a mitigación del cambio climático y la conservación de la naturaleza…”. Uruguay busca implementar –continúa el comunicado– una estructura de tasas que incorpora un potencial ajuste del cupón dependiendo si el país no alcanza, alcanza o sobre-cumple sus metas de desempeño climático”. Este relativamente nuevo mercado de deuda ya cuenta con más de 600 emisiones corporativas, y colocaría a Uruguay a la vanguardia de la innovación entre emisores soberanos de deuda global vinculada a metas de sustentabilidad.

Estos pequeños pasos, lentos pero firmes son los que empiezan a sumar al combate al calentamiento global provocado por la acción humana, y no cruzadas retóricas nostálgicas. Al ser Uruguay un país ya reconocido internacionalmente por su política de estado pro medio ambiente, no imagino que sea difícil convencer a potenciales inversores del compromiso del país para cumplir sus objetivos de sustentabilidad. Digamos que el desafío está hoy por la situación del mercado en general. El mercado de bonos vinculados a metas de sustentabilidad ha crecido los últimos años, y en este momento se enfrenta a un contexto donde la tasa libre de riesgo en dólares a 2 años es más de 4% (más de 10 veces su valor de un año  atrás). Podemos decir entonces que es uno de esos momentos de la verdad, donde se verá cuan genuino es el compromiso de inversores y emisores.

El primer indicador mencionado en el marco es la “reducción en el total de emisiones brutas de gases de efecto invernadero (en CO2 equivalente) por unidad de PIB real, respecto al año de referencia (en %). El segundo indicador es el mantenimiento del área de bosque nativo (en hectáreas) respecto del año de referencia (en %).

De nuevo, objetivos y propuesta de compromiso concretos que buscan captar inversores que compartan la preocupación del gobierno uruguayo por el cambio climático y la conservación de nuestros bosques. Chile fue quien recientemente se convirtió en el primer emisor soberano de bonos relacionados a metas de sustentabilidad. En su caso, el bono, con vencimiento en 2042, está vinculado a metas específicas para emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar la mitad de la generación la energía eléctrica que consume de fuentes renovables en los próximos 6 años, aumentando hasta el 60% en 2032. En la medida que Chile no alcance estas metas, el bono aumentará su tasa a inversores en 12,5 o 25 puntos básicos. Esto resulta un atractivo adicional para inversores, y termina configurándose una situación de ganar-ganar, inversores beneficiados y metas de sustentabilidad cumplidas. El diseño apunta entonces a premiar la situación en la que el emisor alcanza sus objetivos.

Uruguay también está dando los pasos en la dirección correcta, donde esperamos que el mercado global confirme su compromiso con la sustentabilidad del planeta, en este delicado momento donde la evolución –imprevista– de tasas de interés juega un rol clave en volatilidad de mercados y expectativas de operadores. Para destacar, y como informa el comunicado mencionado al inicio, es el esfuerzo coordinado entre los Ministerios de Economía y Finanzas, Ambiente, Agricultura Ganadería y Pesca; Industria, Energía y Minería, Relaciones Exteriores.

La amenaza existente a la sustentabilidad de largo plazo del planeta como lo conocemos, provocada por el calentamiento global, es ya demasiado grave como para dejar todo librado a discursos voluntaristas y nostálgicos. Son necesarias acciones concretas como lo ha hecho Chile y como propone Uruguay. Esperemos que más estados soberanos compartan y sigan esta línea de acción, utilizando una gran herramienta disponible como los mercados globales de bonos.

*Saccone es director de la Academia Nacional de Economía
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