Hubo un tiempo en que el ideal de belleza femenino estaba vinculado a la voluptuosidad del cuerpo. Lo que hoy, para muchos, sería considerado o valorado como “tener algunos kilos de más” fue, durante varias generaciones, sinónimo de estatus; la moda, entonces, acompañaba esa tendencia. A fines del siglo XIX, en tiempos en que una tuberculosis podía ser mortal, verse saludable, alimentarse con suculencia y contar con una buena masa corporal implicaba estar a salvo de la enfermedad. Un ejemplo de aquel canon de belleza es la poeta Delmira Agustini (1886 - 1914).
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