Al mundo le sobra soja

El precio de la oleaginosa no despegará y será difícil sostener el área local próximo al millón de hectáreas, lo que genera una oportunidad para que avancen las pasturas y la ganadería y haya un alivio para los suelos

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28 de febrero de 2019 a las 05:00

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Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

En la misma semana en la que el lunes Estados Unidos y China anunciaron la cercanía de un acuerdo que ponga fin a su larga guerra comercial, los precios de la oleaginosa bajaron y confirmaron estar en un nivel por debajo que el del año pasado. A pesar de que los asiáticos anunciaron que volverán a comprar la oleaginosa desde Estados Unidos y mencionaron la cifra de 10 millones de toneladas, el escepticismo del mercado se mantuvo.

Cada vez más lejos en el tiempo quedan los US$ 500 que trajeron enjambres de argentinos a hacer agricultura en Uruguay. El mercado sojero parece haber cambiado en forma estructural tras la guerra comercial, porque se han acumulado stocks récord y el mercado está en una situación nueva: nunca tan abastecido y ofertado en relación a la demanda.

No se puede decir que sea un mercado que está saturado, pero sí que nunca estuvo tan bien abastecido. Para Uruguay la perspectiva puede ser más compleja: con estos precios solo en muy buenos años se conseguirá margen. Y justamente este verano de lluvias frecuentes generará casi seguro un buen año en productividad.

 

El precio de la soja se reclina sobre los US$ 300 por tonelada. Por primera vez la oleaginosa abunda. Las prolongadísimas negociaciones entre Estados Unidos y China parecen acercarse a un final favorable, pero luego de dos años de idas y vueltas las reservas estadounidenses se han multiplicado y aunque el área sembrada bajará en la próxima primavera no solucionará los fuertes excedentes y la actitud mucho más cauta de China para comprar.

Los chinos decidieron diversificar las compras y apelar a sustitutos de la soja. Además, con los frecuentes casos de enfermedades en los porcinos, el consumo interno de China se ha resentido.

La consecuencia es un cambio de tendencia que nadie hubiera imaginado: la baja en las importaciones de soja de China que llegaron a proyectar en 100 millones de toneladas para el período 2018/19, una cifra que no llegó a ser (quedaron en solo 88 millones de toneladas) y que posiblemente demore mucho en concretarse.

Mientras, la inercia de aumento de la producción de la oleaginosa ha seguido, lo que ha derivado en una importante acumulación de reservas (21,2 millones de toneladas). Por primera vez en este siglo, el mundo y China están bien abastecidos y los mercados con riesgo de saturarse.

Puesto en números, el stock de soja almacenada en Estados Unidos se ha multiplicado, los años de escasez han quedado atrás y es difícil saber cuándo podrá haber un rebote de precios, pero no hay razones para esperarlo en esta zafra ni en la del año que viene.

Las reservas de Estados Unidos, que se ubicaban en mínimos de 2,5 millones de toneladas en 2014, fueron gradualmente creciendo a fuerza de grandes cosechas hasta 12 millones en 2017, pero de ahí dieron un salto a 24 millones por la guerra comercial. Y el stock continuará por encima de 20 millones de toneladas por un buen tiempo. Aunque los farmers planten menos. 

 

Farmers plantarán menos

Los farmers van a plantar menos soja y los chinos han hecho una promesa de comprar 10 millones de toneladas de Estados Unidos. ¿Por qué no alcanza para que el mercado lo celebre con un repunte de precios? ¿Por qué después de saberse ese primer acuerdo, el mercado siguió en baja?

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) espera que por los bajos precios caiga el área de soja y por lo tanto se produzcan 10 millones de toneladas menos. Los privados esperan que la caída en la producción sea la mitad, entre 4 y 5 millones de toneladas, lo que generaría una cosecha de 117 millones de toneladas que sería de todos modos de las cuatro mayores de la historia en ese país.

En ese marco, los anuncios de los chinos de adquirir 10 millones de toneladas fueron sin una fecha de compra determinada. Pero se descuenta que será recién para la soja de la próxima cosecha.

La producción en Estados Unidos baja levemente y en realidad la oferta total de ese país es la mayor de la historia por el elevado stock de pasaje. De modo que hay oferta casi asegurada por 18 meses más.

Juan Samuelle

Juan Samuelle

 

 

Lo que pasa en la región

En el Mercosur, Brasil tendrá una cosecha menor por problemas climáticos, una caída de 5 millones de toneladas respecto al año pasado, de 121 a 116 millones de toneladas. Pero es la segunda mayor cosecha de la historia. Y la región va a seguir empujando a la oferta porque Argentina se encamina a levantar 55 millones de toneladas, 18 millones de toneladas más. Es decir, el aumento en la producción en Argentina y Uruguay duplican los recortes de Brasil y el previsto para Estados Unidos.

Uruguay aportaría según el USDA solo dos millones de toneladas, mejor que el año pasado (1,33 millones), pero lejos de la producción 2016, que fue 3,2 millones. Si no hay lluvias que alteren la cosecha, la producción uruguaya puede estar por encima de lo proyectado hasta ahora por el USDA. La soja entonces se recuesta sobre los US$ 315 Nueva Palmira y puede ser su nueva normalidad.

Hay stock récord en EEUU, muy alto en China y en el Mercosur. Por lo tanto el USDA proyecta que las reservas mundiales superen por primera vez las 100 millones de toneladas a mediados de 2019 para ubicarse en 107 millones de toneladas guardadas, 10 millones más que a mediados de 2018. 

La demanda por proteínas sigue muy firme en el mundo y eso sostiene, pero como un daño colateral de la guerra comercial la soja quedó acumulada y desvalorizada.

La fiebre porcina en China contribuyó  a un proceso fuerte de sustitución de carne de cerdo  tradicional por la novedosa carne de vacuno, importada entre otros países desde Uruguay.

Por ahí se da otra versión de “la vaca les gana”, una que en Uruguay le hace más espacio a praderas y verdeos y que sigue reduciendo gradualmente la superficie sembrada con la oleaginosa en el país.

En este año la soja parece encaminarse a un buen rendimiento, aunque dado que hay Niño instalado hay que esperar a los posibles problemas de cosecha por exceso de lluvias. Si los altos rendimientos se concretan, la superficie permanecerá estable en el próximo año. Pero en el mediano plazo estos precios son muy ajustados como para sostener a un cultivo de un millón de hectáreas en el país. 

Puede ser el regreso de las pasturas y un alivio para los suelos que sienten el trajín de varios años en los que la agricultura predominó sobre la ganadería.

Juan Samuelle

Juan Samuelle

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