En su última presentación en el foro Económico de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) como ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori aclaró desde el inicio que su disertación estaría enfocada en las fortalezas que se han construido en Uruguay “entre todos”, aunque reconoció que durante los próximos años habrá muchas dificultades que encarar.
Después de destacar fortalezas en lo patrimonial y financiero durante una exposición de algo más de media hora, el ministro fue consultado por la reforma en la seguridad social que tiene que encarar el país a futuro.
Sobre este punto, Astori dijo que las reformas no se procesaron durante este período de gobierno e incluso agregó que no solo no se llevaron adelante, “sino que se agudizaron no hace mucho tiempo atrás algunas de las cosas que se tienen que transformar” y “con el apoyo de todo el sistema político”.
“En 2008 se profundizaron algunas características que hacen que el sistema de seguridad social necesite de una transformación. Fue a contrapelo de la transformación que a mi juicio necesita el sistema de seguridad social”, consideró.
Astori se refirió a “medidas que ampliaron las coberturas, las transferencias y las clases de transferencias”, aunque aclaró que no estaba planteando que esas conquistas tengan que dar marcha atrás o tuviesen un signo negativo.
En 2008, como resultado del Diálogo Social sobre Seguridad Social iniciado en 2005 –que involucró al gobierno, trabajadores y empresarios–, se aprobó por unanimidad de todos los partidos la ley de flexibilización del acceso a las jubilaciones. La reforma buscaba subsanar ciertos escollos que había fijado la reforma de 1995 para poder acceder a una jubilación.
Las condiciones de jubilación en Uruguay se habían endurecido cuando se pasó de 30 a 35 años de aportes requeridos para llegar a la jubilación y estudios comprobaron que a trabajadores de bajos ingresos se les hacía bastante difícil configurar causal jubilatoria y la crisis del 2002 había agravado la situación.
Por eso, se volvió a bajar a 30 los años de servicio mínimos y se flexibilizaron otras formas de acceso como la jubilación por edad avanzada, por incapacidad o por subsidios al desempleo.
“Lo que estoy planteando es que tenemos el enorme desafío y la enorme responsabilidad de hacerlas compatibles con las restricciones fiscales que tiene el país. Y cuando se tomaron esas decisiones no se pensó prioritariamente en esas restricciones. Ahora ha llegado el momento en que todos, partidos políticos y colectivos sociales, tengamos consciencia de que el sistema planteado como está planteado no es sostenible”, dijo.
Prosiguió señalando que el sistema de seguridad social uruguayo es objeto de admiración en el mundo, y que por eso “hay que cuidarlo”.
“Para cuidarlo hay que tomar medidas que impidan perderlo y esas medidas tienen que abarcar la transformación de todo el sistema. La tarea es gigante pero tiene que ser posible”, señaló en referencia al Banco de Previsión Social y a las cajas policial, militar y la de los profesionales.