Camilo dos Santos

Bienvenidos a la política: la semana en que Manini dejó de ser un outsider

Esta fue la semana en la que Manini dejó de ser un outsider: bienvenido a esa política, la más tradicional y criticada desde afuera, pero la que casi todos tarde o temprano practican desde adentro si se quedan

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11 de septiembre de 2020 a las 13:30

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Casi toda esta semana tuve un pensamiento que los hechos no paraban de confirmarme: muchísimas veces los periodistas que seguimos la política desde un lugar independiente nos sentimos parados fijos en un lugar por el que transitan, intercambiándose, los actores de oficialismo y oposición. Cada uno de ellos mutan y adoptan posiciones en función del rol que cumplen. Lo que antes hacían siendo gobierno hoy lo critican siendo oposición. Lo que antes criticaban siendo oposición, hoy lo hacen siendo gobierno. Y así...

De eso, y del tramo final de la carrera electoral en Montevideo te voy a escribir hoy en la Semana Traducida, un espacio de picoteo que pone el foco en los temas de los últimos siete días de la agenda política.

Camilo dos Santos

El fin del factor diferenciador

→ Era su principal bandera. Gran parte de su éxito electoral lo constituyó esa figura que logró instalar y que tal vez se resume, como siempre, en una buena frase: “Se acabó el recreo”. El general Guido Manini Ríos representó para muchos votantes decepcionados con algunas actitudes del Frente Amplio una figura ética que iba a poner el listón de la moral bien alto y que iba a enfrentar desvíos con dureza. La frase, que ya la había dicho antes Luis Lacalle Pou, no había pegado tanto en boca del nacionalista. Es que encajaba mucho más con la figura de Manini y su gesto adusto.

Venir de afuera de la política partidaria le permitía no jugar con las mismas reglas que el resto.

Esta semana, con la decisión sobre el desafuero, Manini rompió esos esquemas que tenía construidos. En primer lugar incumplió una promesa de campaña con la que había jugado duro. Cuando se le preguntaba por su actitud respecto a la causa en la que se lo investiga por el caso GavazzoManini no solo respondía que él concurriría sin fueros a la Justicia sino que además levantaba el dedo acusador y cuestionaba “a los tergiversadores” y  “a los que mienten una y otra vez” que sostenían lo contrario. Su discurso era desde el valor de la palabra. Todo lo que tiró a la basura esta semana.

Además, la forma en que resolvió que procederá el 29 de setiembre cuando se vote el asunto en el Senado va totalmente en contra de esa figura de un líder valiente que se la juega. Manini hará lo que en la jerga parlamentaria llaman “votar con los pies”. Es decir, irse de sala al momento de la votación.

Su perfil político -e incluso su admiración en algún aspecto, aunque salvando las distancias- tenía algún punto de contacto con Eleuterio Fernández Huidobro. Cuando el Ñato tuvo que enfrentarse a un dilema de qué votar por asuntos relacionados con el pasado asumió una posición, también polémica, de hacerlo en contra de sus convicciones por “disciplina partidaria”. Pero inmediatamente renunció a su banca. Manini lejos de dar una señal de este estilo decide irse de sala para poder seguir en el Senado. No pondrá su cara para ello, como tampoco lo hizo esta semana cuando lo anunció a través de un video sin la posibilidad de que ningún periodista le pregunte.

Esta fue la semana en la que Manini dejó de ser un outsider: bienvenido a esa política, la más tradicional y criticada desde afuera, pero la que casi todos tarde o temprano practican desde adentro si se quedan.

Diego Battiste

→ Manini no quería llegar a esta situación. La estrategia de Cabildo Abierto incluía no pagar prácticamente ningún costo político. Pero el Partido Nacional no aceptó que fuesen ellos y Sanguinetti los únicos en cargar con casi toda la responsabilidad de blindar al general de responder ante la Justicia en una causa en la que esta semana, además, se conocieron más contradicciones del excomandante del Ejército. Los senadores blancos le exigieron a Manini que también pusiera en juego su capital. ¿Qué pretendía Cabildo Abierto? Le había pedido de todas las maneras a los legisladores blancos que no votaran el desafuero. Pero Manini lo iba a votar. La decisión del general de irse de sala es por esa presión blanca. Todo política, poco de jurídico.

¿Esto quiere decir que los blancos no pagarán también costos políticos? Sí, los pagan y el Frente Amplio los está cobrando al contadoAquí también esta semana nos mostró cómo rápidamente los cambios de roles en la política se hacen sin mucho drama.

Por más que se quieran vestir de argumentos jurídicos (que se caen cuando uno lee las declaraciones de los integrantes Tribunal de Honor ante el fiscal Rodrigo Morosoli), lo que hay detrás de esto es una decisión política: cuidar la coalición. No solo por el presupuesto, en general. Y está bien. Pero es lo que ellos mismos desde la oposición criticaban furibundamente del Frente Amplio. “Mano de yeso”, “blindaje”, entre otras. Todo eso, además, sin olvidar la postura firme de Lacalle Pou sobre los desafueros.

 

Del otro lado, amnesia

→ Como en un juego de roles en el que el pasado no pesa nada, el Frente Amplio también salió a juzgar al oficialismo por posturas muy similares a las que ellos hacían desde el gobierno. Que hacían y justificaban. Tal vez el colmo fue José Mujica, que en declaraciones realizadas al portal de estudiantes de periodismo Mejor Dicho, criticó esta semana que los blancos pusieron “lo político por encima de lo jurídico”. Es el ejemplo típico del roto riéndose del descosido. Mujica, creador de esa frase y ese accionar cuando permitió el ingreso de Venezuela al Mercosur, ahora critica a los blancos por una práctica en el mismo sentido.

El presidente del FA, Javier Miranda, fue un tono mucho más arriba y los trató de tener una actitud de “mercenarios” al rechazar el desafuero porque “necesitan los votos de Manini para el presupuesto”.

La lista con la cantidad de sapos que diferentes sectores del FA tuvieron que tragarse durante 15 años para mantener la unidad en el Parlamento es enorme como para que hoy desde otro rol el FA asuma una posición tan crítica, olvidando todo lo que pasó antes de ayer.

Camilo dos Santos

Los líos de la granja

→ En una doble acción entre el sector privado y el público por la que blancos y colorados hubiesen puesto el grito en el cielo si estaban en la oposición, el director general de la Granja del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Nicolás Chiesa, firmó el 4 de setiembre un contrato con la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) en representación de la empresa Mi Granja S.A. para vender sus productos en un espacio del viejo Mercado Modelo. La reacción inmediata del ministro de Ganadería, una vez que la periodista María Eugenia Fernández publicó esa información en El Observador, fue la de darle el “total apoyo a Chiesa por su capacidad y hombría de bien para desempeñar su función”. ¿Les suena? Es lo mismo que hizo el FA en varios casos de los últimos 15 años. La actitud de Lacalle fue un poco diferente. El presidente dijo que “es una situación lamentable" y dijo que no se podía estar “de los dos lados del mostrador". Sin embargo, todo terminó con un chas chas. Chiesa renunció al cargo en la empresa privada, pero seguirá en la dirección de la Granja, una actitud ahí sí diferente a la que había mostrado Lacalle en los primeros días del gobierno cuando no dudaba en cortarle la cabeza a quien mostraba actitudes “lamentables”. Del lado del Partido Colorado todo lo que vino fue justificación: “Esta campaña de enchastre del Frente Amplio no se puede disociar de las denuncias que Chiesa formuló sobre el desfalco al Fondo de la Granja en el anterior período de gobierno y las auditorías que al respecto se han iniciado”, dice una declaración de la bancada de legisladores de Ciudadanos de esta semana. “Campaña”. ¿Les suena?

 

Campaña en Montevideo, con eje en el gobierno nacional

→ Se aproxima el final de la campaña departamental. En dos semanas, el domingo 27, los uruguayos estamos obligados a votar (salvo los que sean población riesgo al covid-19 que podrán justificar su ausencia con certificado médico) en las elecciones municipales. Por eso los candidatos entran ya en la recta final de la campaña. En Montevideo lo más atractivo está en la interna frenteamplista. Y allí, pese al cabeza a cabeza entre los tres candidatos, en las últimas semanas según las encuestas Carolina Cosse pareció diferenciarse un poco.

¿Cuál ha sido la estrategia de la expresidenta de Antel? Cosse no ha presentado grandes propuestas para la intendencia. Su foco principal ha sido tratar de consolidarse como la crítica número 1 del gobierno nacional. Y si uno ve sus propuestas, parecen más para un mini gobierno nacional desde Montevideo (habla mucho del empleo, por ejemplo).

Daniel Martínez en cambio apuesta a mostrarse como el gestor municipal. Sin embargo, en esta última semana Martínez encontró aspectos para meterse en la conversación, algo que no estaba logrando. ¿Y cómo lo hizo? Con asuntos desde la gestión departamental, pero que involucran al gobierno nacional. El flanco que abrió el gobierno con su propuesta del presupuesto para la Unidad Agroalimentaria le permitió confrontar mucho con el Ejecutivo en esta semana y empezar a aparecer más. También se metió en otros temas nacionales como el desafuero de Manini.  A Álvaro Villar, por su parte, que venía con muy buenos números en algunas encuestas, pareció golpearlo un tanto su afección cardíaca

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