Los restos encontrados el pasado 6 de junio

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Cómo es el arduo trabajo científico que queda por delante para identificar los restos del Batallón 14

No se descarta pedir la exhumación de los familiares de las desaparecidas que hayan muerto y de cuyo perfil genético no se tengan datos completos
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22 de julio de 2023 a las 16:34

La falta de coincidencias –hasta el momento– entre los restos óseos encontrados en el Batallón 14 y la base de datos de las mujeres detenidas y desaparecidas en Uruguay a causa del terrorismo de Estado abrió un nuevo escenario para los investigadores que trabajan en la identificación del cuerpo. 

Un primer examen en un laboratorio argentino ubicado en Córdoba, donde está alojada la base de datos de los familiares de detenidos y desaparecidos durante la dictadura uruguaya, no arrojó resultados concluyentes y, por ende, no permitió determinar de quién son los restos encontrados el pasado 6 de junio en el predio militar cerca de Toledo. 

Sin embargo, sí permitió confirmar que se trata de una mujer. Y también sirvió para descartar que se trate de María Claudia García de Gelman o Elena Quinteros, dos mujeres que estaban dentro de las posibilidades por la información que señalaba que podían estar enterradas en el Batallón 14. 

Con la falta de conclusiones de este primer examen, ¿cómo sigue ahora el trabajo de los investigadores? ¿Qué más datos se pueden obtener para identificar los restos? 

Aunque el resultado no fue el esperado, del análisis en Argentina se pudo extraer un "perfil genético completo", según informó el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) en un comunicado divulgado en las últimas horas. Esto también había sido resaltado por la antropóloga de ese grupo, Alicia Lusiardo, en la conferencia de prensa brindada el viernes en conjunto con la Fiscalía General de la Nación. 

Lo primero que se hará entonces será formar un grupo de trabajo integrado por el GIAF, la organización Madres y Familiares de Detenidos y Desaparecidos, la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad (encabezada por Ricardo Perciballe), el laboratorio argentino que trabajó en el tema y la Institución Nacional de Derechos Humanos

Uno de los escollos a resolver, con el perfil genético completo de la mujer desaparecida a identificar, es mejorar la base de datos que se tiene para contrastar. Esto último está relacionado con el hecho de que hay algunas mujeres desaparecidas de las cuales no se tienen datos completos respecto a su perfil genético.

La falta de información genética se da, por ejemplo, en el caso de Amelia Sanjurjo, secuestrada en Uruguay en 1977 a los 41 años. Es, además, una de las mujeres que estuvieron secuestradas y fueron vistas por última vez en Uruguay (las otras eran María Claudia García de Gelman y Elena Quinteros, descartadas en el caso de los últimos restos encontrados).

La antropóloga forense Alicia Lusiardo

La falta de información hace que no se descarte, como sucedió en el caso de la maestra Elena Quinteros, que la Fiscalía pida la exhumación de cuerpos de familiares para poder obtener más información y así contrastarla con la de los restos encontrados. Así lo informó Brecha este sábado y lo señalaron a El Observador fuentes del equipo de trabajo. 

En enero de 2006, por ejemplo, extrajeron ADN de los restos de la madre de Quinteros, Carmen Almeida, conocida como "Tota", quien había muerto en 2001 a los 82 años, sin conocer el paradero de su hija. 

La decisión de exhumar el cadáver se tomó luego de que en diciembre de 2005 en el Batallón 13 se encontraran restos humanos y que, por información aportada por militares, se sospechara que se podía tratar de Quinteros. Sin embargo, tras el análisis se pudo determinar que los huesos pertenecían al escribano Fernando Miranda, padre de Javier Miranda, expresidente del Frente Amplio. 

El hecho de que no se pudieran identificar los restos también hace posible pensar que puedan corresponder a desaparecidos de otros países, en el marco del Plan Cóndor, que incluyó a las dictaduras de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. 

Por otra parte, los investigadores apelarán a otro tipo de datos, además del perfil genético, que puedan arrojar luz sobre la identidad de la persona. Por ejemplo, cuestiones vinculadas a la estatura, la edad, los rasgos. 

Desde el grupo de investigación explicaron a El Observador que todos los familiares de desaparecidos en Uruguay elaboraron fichas "pre mórtem" con datos sobre la persona. Esto incluye cómo era la persona, sus características y a qué se dedicaba. 

La base de esos datos también está alojada en Argentina y ahora empezará la tarea de chequear con qué información cuentan caso a caso y cuál puede ser ampliada con información de familiares. 

Esto último fue importante, por ejemplo, en el caso de Eduardo Bleier, cuyos restos fueron encontrados en 2019 en el Batallón 13. Los antropólogos descubrieron, examinando el cuerpo, una anomalía en la clavícula izquierda. Según contaba entonces Lusiardo al semanario Brecha, la clavícula de Bleier tenía "inserciones musculares muy marcadas" y una "depositación de hueso en una vértebra cervical" que daba cuenta de una "rotación de cabeza". 

"Por lo tanto, sabíamos que rotaba la cabeza demasiado, elevaba el hombro y hacía algo con la mano izquierda que implicaba mucha fuerza en el dedo meñique", agregó la antropóloga años atrás. 

Los datos aportados por la familiar de Bleier ayudaron a resolver el misterio: Eduardo, que tenía 47 años cuando desapareció, tocaba el violín en su niñez y adolescencia. Las marcas en su clavícula eran las generadas por el instrumento.  

El trabajo del laboratorio argentino
Los antropólogos argentinos que trabajaron en la identificación de los restos y que elaboraron el informe preliminar divulgado este viernes, seguirán colaborando con los uruguayos y el grupo de trabajo que se formó. Se trata del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), especializado en la identificación de restos altamente degradados por el paso del tiempo u otros factores. 

Además, los profesionales que trabajan allí están capacitados para buscar coincidencias genéticas y de parentesco en muestras que provenien de personas desaparecidas fallecidas o de familiares. 
Respecto a las muestras que llegan desde Uruguay, en el laboratorio señalaron que se cruzan con las bases de datos de desaparecidos a causa del terrorismo de Estado de toda la región, incuyendo Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Esto también explica por qué podría suceder que los restos encontrados en el Batallón 14 correspondan a personas desaparecidas en el marco del Plan Cóndor. 
La comparación con las bases de datos se hace a través de un "software de comparación masiva", agregaron. En total, en el EAAF hay muestras de más de 11 mil familiares de los cuatro países, que representan a 6.100 personas desaparecidas. De Uruguay, en tanto, hay 350 muestras de familiares uruguayos, correspondientes a los cerca de 200 casos de desaparecidos. 

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