Eduardo Rocca Couture y su esposa Susana en la visita al papa Juan Pablo II

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Conoció a Pelé, Maradona, el papa Juan Pablo II y recibió al presidente de FIFA en su casa: la vida de Rocca Couture

Eduardo Rocca Couture murió el 1° de diciembre y fue intachable dirigente de AUF, Conmebol y vice de la FIFA; recibió en su casa al presidente de FIFA, y conoció a Pelé, Maradona y el papa Juan Pablo II
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12 de junio de 2021 a las 05:01

El apartamento de Villa Biarritz invita a sentarse a leer. Hay una biblioteca gigante con libros de todo tipo, menos novelas. Desde arte, pasando por tomos y tomos de la Segunda Guerra Mundial, derecho, filosofía y todos los tópicos que se quieran buscar. El hombre tenía un amor eterno por la lectura. “Y eso que cuando falleció hace seis meses, sacamos prácticamente la mitad de los libros que había”, le cuenta a Referí su hija mayor, Susana.

Eduardo Rocca Couture fue un hombre al que definen como intachable, querido por todos y que lograba llegarle al corazón de los demás. Tanto es así que en su casa hubo cientos de reuniones que en el fútbol o la esfera bancaria -en la que se manejó toda su vida siendo procurador-, nadie se enteraba.

Era el mayor de cinco hermanos y todos nacieron a dos cuadras del Parque Franzini, en la calle Cololó que hoy se llama José Figueira, y la tradición familiar que lleva años es que a todos los varones, el día que nacen, los hacen socios de Defensor.

El triciclo era uno de los grandes divertimentos de entonces para Rocca

Vio decenas de futbolistas con mucha clase en su club y entre los primeros más reconocidos estaban, obviamente, el Loncha García, Héctor Demarco y el Pepe Sasía. Con el correr del tiempo también le gustó mucho Daniel Bartolotta.

Desde siempre ligado al fútbol, fue delegado y dirigente violeta, neutral de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), tesorero de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y el segundo vicepresidente uruguayo de la FIFA -entre 1984 y 1988-, solo precedido por Enrique Buero en 1928.

Le gustaba andar a caballo y en el kilómetro 13,5 de Camino Maldonado, su familia tenía una quinta llamada El Relente. Allí pasó mucho tiempo en su juventud.

Más que el fútbol, de joven le gustaba practicar remo.

Eduardo Rocca Couture en su niñez

Su padrino y tío fue Eduardo J. Couture, prestigioso procesalista no solo en Uruguay, sino en Latinoamérica.

Miguel, su padre, era catedrático en derecho comercial. En su estudio jurídico, “Eduardo comenzó a trabajar con 13 años como cadete”, cuenta Susana, su hija mayor que lleva el nombre de su madre. Con el correr del tiempo, fue procurador y no se recibió de abogado porque no quiso dar el examen de filosofía del derecho.

La única vez que se sacó el bigote en su vida, Susana tenía dos años y se puso a llorar porque estaba acostumbrada a verlo de bigote. “Se lo dejó crecer de nuevo y nunca más se lo sacó”, dijo.

Rocca Couture era un hombre de ir a misa diaria en la iglesia de María Auxiliadora, uno de esos católicos que por nada del mundo se perdía una homilía. Con el paso de los años, junto a su esposa, tuvieron un encuentro con el papa Juan Pablo II en el Vaticano.

Uno de los pasatiempos de Rocca Couture era andar a caballo

Tenía su propio “ramadán” como tienen los musulmanes. Gran amante del café, tomaba litros por día, un mes por año dejaba el café y también el alcohol. “Era una especie de ejercicio de su voluntad”, explica su hija Susana.

Entonces interviene su hijo Eduardo, quien también lleva el nombre de su padre. “A ver al Defensor histórico de 1976 íbamos con mis primos, pero él no vibraba tanto en la cancha, la procesión iba por dentro. Ya después en la intimidad de casa, era otra cosa”, recuerda.

Y agrega: “Mi mamá nos llevó a una caravana de festejo hasta la sede de Jaime Zudáñez”.

Rocca con sus amigos en la juventud haciendo un poco de deporte

Cuando era niño, este mismo Eduardo era llevado por su padre al Estadio Centenario y allí, él sacaba la bolilla para elegir a los jueces que dirigirían minutos después el partido por Copa Libertadores, como sucedía en los años de 1970.

Enfrente a Referí están tres de sus cuatro hijos recordándolo. Además de Susana y Eduardo, está Florencia, quien llegó a este mundo muchos años después que sus hermanos y obviamente fue la más consentida.

Todos tienen el mismo recuerdo de perfil bajo y hasta discreto de Teddy cuando iba a la cancha. Pero, ¿de dónde salió ese sobrenombre con el que lo llamaron durante sus 89 años todos sus amigos e incluso su hijo Eduardo? Se trata del apodo que en Inglaterra le dicen a quienes se llaman “Edward”.

Florencia no llegó sola a la reunión. Lo hizo con Iñaki, su hijo mayor que, pese al amor que le inculcaron por Defensor, es un gran hincha de Nacional.

Eduardo junto a Susana, los hijos mayores de Rocca, Iñaki y Francisco, dos de los nietos, y su hija menor, Florencia, viendo fotos de varios pasajes de la vida del exdirigente

“Cuando íbamos con papá a la cancha, no se podía gritar, menos insultar. Solo se podía aplaudir, porque íbamos al Palco Oficial y él nos decía que allí había que ser neutral”, explica Florencia.

Con su nieto Iñaki, jugaba al fútbol en el apartamento, en el que los marcos de las arcadas entre una sala y otra hacían las veces de arcos. Tenía 89 años y seguía disfrutando en familia. Justamente en las fotos de familia, se lo puede ver a él con la camiseta infaltable de Defensor, pero a Iñaki con la tricolor.

Cuando fue neutral de la AUF, la Conmebol de entonces con Teófilo Salinas a la cabeza, le tenía tanta confianza, que, desde las propias oficinas de la Asociación, se manejaba todo el dinero que recaudaba el máximo organismo del continente. La AUF funcionaba como la tesorería de la Conmebol. ¡Qué tiempos y qué confianza tenían en él!

La lectura es algo que siempre lo apasionó

Aurelia, la hermana de Rocca Couture, tuvo a un hijo quien, por supuesto, también fue violeta, y con el paso de los años, se transformó en presidente: Dante Prato.

No le gustaba usar celular y a los 89 años, su familia le regaló uno. Francisco, el nieto menor de cinco años, fue el que le enseñó a usarlo, aunque nunca se hizo amigo del aparato.

Hablando de nietos, el primero que llegó vino luego de un tiempo bastante prolongado. Llevaba 49 años de casado con su esposa Susana y nació Iñaki.

Con él, como se indicó, jugaba al fútbol en el apartamento, y tenía pequeñas discusiones porque el niño es hincha de Nacional. Pero la discusión más seria fue cuando su nieto le dijo que Maradona era el más grande.

Uno de los tantos amigos que hizo en el fútbol: Dante Iocco, expresidente de Nacional y neutral de la AUF

“No me hables de Maradona. Yo los traté a él y a Pelé y al lado de Pelé, Maradona está lejos”, le decía el abuelo.

Y se trenzaban en los picados del apartamento. “Un día yo jugaba que era Maradona y él Pelé. Lo talé y cayó seco para atrás y no sabía cómo levantarlo. Pero se levantó y siguió jugando”, recuerda Iñaki.

Su perfil era tan bajo que nunca le mostró a sus hijos las decenas de condecoraciones que había tenido a lo largo de su vida. Cuando falleció, las encontraron e Iñaki hizo un pequeño museo.

Sus amigos, los libros, nunca faltaron en su vida

En la final de la Copa América de Uruguay 1995, fueron juntos Rocca Couture con su hijo Eduardo a la Tribuna América. Este usaba barba y prometió que si los celestes eran campeones contra Brasil, se iba a afeitar en pleno Centenario. Y con el triunfo celeste, lo hizo. “Papá, que era muy serio, en ese momento recuerdo que lo disfrutó”, comentó Eduardo.

Una de sus tantas características como dirigente fue que apoyó siempre a la Organización del Fútbol del Interior (OFI) como lo hicieron muy pocos directivos de AUF a lo largo de toda la historia.

El presidente de FIFA en su casa

Una vez, el presidente de FIFA de entonces, Stanley Rous, llegó a Uruguay y él lo fue a recibir al aeropuerto de Carrasco.

Rous se demoró para ir al Hotel Victoria Plaza y entonces lo llevaron a la casa de Rocca Couture. Su esposa, preparó de apuro algo para que el presidente de FIFA anterior a Joao Havelange, pudiera comer y tomar algo. Al ágape del Victoria Plaza no había podido llegar.

Sepp Blatter, Rocca Couture y el dirigente brasileño de la Conmebol, Abilio D'Almeida

De regreso, lo llevó en el auto la propia esposa de Eduardo, Susana a tomar el avión: “Ñata, ¿lo podés llevar vos?”, le preguntó el dirigente uruguayo. Recibió el sí y mientras ella lo llevaba, el inglés, fiel a su estilo le dijo “¡mire para adelante!”, según contó entre risas la propia Susana a Referí.

Pero hubo varios que pasaron por su casa por temas importantes y nadie se enteró. Por ejemplo, Luis Cubilla y varios jugadores de la selección, cuando existió una mediación, tal cual lo recuerda con gran memoria Susana.

Justamente su esposa cuenta una anécdota que sucedió en 1964. Había un partido amistoso de la selección uruguaya en la Unión Soviética y Rocca quería conocer ese país. Pero justo le pusieron un examen de la facultad por esos días y le avisó a su amigo Wilson Ferreira Aldunate que no iría. Wilson trató de convencerlo, pero no pudo. Rocca se quedó y salvó el examen.

“Wilson me llamó y me preguntó por qué no lo dejaba ir. Y yo le dije que no tenía nada que ver, que en realidad se quedaba para dar un examen. No lo podía creer”, cuenta Susana.

En la tranquilidad de su living, el cual, años después, con el nacimiento de Iñaki, su nieto mayor, se transformaria en cancha de fútbol improvisada

Como vicepresidente de FIFA estuvo en el Mundial de México 1986 y en el de Italia 1990.

Su esposa lo acompañó y recuerda que en Italia se encontraron con Julio María Sanguinetti y su mujer, Marta Canessa. A Susana le gusta mucho cantar y con Julio María -quien tres meses antes le había entregado el poder a Luis Lacalle de Herrera-, en plena Arena de Verona, en la ciudad de Romeo y Julieta, cantaron a dúo El día que me quieras.

También se encontró con Plácido Domingo, a quien idolatra, y se dio el gusto de cantar parte de la zarzuela La del manojo de rosas. Rocca la miraba de lejos y se reía. Se sentía feliz porque para ella era algo muy especial.

La AUF significó mucho en su vida, como algún día dijo “era como un cirio que iluminaba”.

Cuando estuvo en FIFA no quiso que los dirigentes fueran remunerados y votó en contra.

Joao Havelange también tuvo relación con Rocca Couture

Cuando hubo una huelga de jugadores en 1971, él integraba la Junta Dirigente y a partir de allí, comenzó el Consejo Ejecutivo que hoy es el Comité Ejecutivo de la AUF. Luis Cubilla era el presidente de la Mutual de entonces. Se fueron zanjando los problemas, hasta que un día se trancó. El ministro Fleitas llamó a los cuatro neutrales de entonces, entre los que estaba Rocca, para decirles que el gobierno había resuelto por vía del Ministerio de Cultura, intervenir a la AUF.

Pretendían que los cuatro fueran interventores de la AUF, pero Rocca fue el que sacó la cara “y no aceptó la intervención”, recuerda su familia. Se redactó todo un estatuto nuevo y la Junta Dirigente pasó a ser el Consejo Ejecutivo como ya se lo conoce hoy, sumando un neutral, y todo se solucionó.

Una de las fotos preferidas de Rocca Couture en los últimos tiempos: con su nieto Iñaki

Pero esa no fue la única intervención que vivió a lo largo de su carrera dirigencial. Rocca quedó con un cargo en el Tribunal de Ética, hasta que la AUF, muchos años después, fue intervenida. Sucedió el 28 de agosto de 2018 luego de un pedido de FIFA, y allí, Rocca Couture renunció a su cargo. Pese a que el presidente de la Comisión Normalizadora, Pedro Bordaberry, lo llamó para que volviera, él se negó.

En el fútbol era muy amigo, entre otros, de Dante Iocco y de Washington Cataldi.

Trabajó en varios bancos uruguayos y el día que cumplía 15 años de casado con Susana, el 27 de junio de 1973, se dio el golpe de Estado y la ocupación bancaria. “Él se quedó con quienes trabajaban en el banco y no vino a casa. Estaba todo preparado para el festejo, pero llamó para decir que no podía venir”, recuerda su hija mayor.

Fue amigo de algunos presidentes de la República como Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle.

Julio María Sanguinetti y Rocca Couture

Sus hijos cuentan que ambos le ofrecieron incursionar en política y que incluso quisieron que se postulara para ser intendente de Montevideo, pero él declinó el ofrecimiento.

Era un apasionado por los chistes y cuentos del humorista argentino Landriscina a quien escuchaba horas y horas.

El recuerdo del título de Maracaná

Nacido el 12 de setiembre de 1931, tenía 18 años cuando Uruguay ganó el título de campeón del mundo en Brasil, en el mítico Maracaná.

Rocca fue con sus padres y hermanos de paseo a El Pinar. Allí, mientras paseaban, escuchaban el partido por la radio. El resultado llevó a una algarabía total, aunque al regreso a Montevideo, fue con su novia -quien luego fue su esposa- al teatro. Un festejo diferente.

El presidente de la República, Jorge Batlle y Rocca Couture

El centro de la ciudad era una locura con miles de personas en las calles y cuenta la familia que decía que era imposible poder concentrarse en la obra de teatro.

Fue un día diferente y una celebración distinta del título celeste de 1950.

El día que evitó una tragedia en Maracaná

Rocca Couture fue el veedor de la FIFA el día del partido que en Maracaná jugaban Brasil y Chile por las Eliminatorias para el Mundial de Italia 1990. Si los brasileños ganaban, los chilenos quedaban eliminados. Luego de que Careca pusiera el 1-0 al inicio del segundo tiempo, pasaron unos minutos y los hinchas locales tiraron una bengala al campo de juego. El arquero chileno Roberto Rojas, inventó que le había cortado una ceja.

“Rocca se dio cuenta enseguida que Rojas estaba simulando”, dicen sus hijos, no obstante, los trasandinos abandonaron la cancha con el argumento de que no existían garantías y con la intención de que se suspendiera el partido.

Chile se quedó durante tres horas en el vestuario y el dirigente uruguayo trató de convencer al presidente de la Asociación Nacional de Fútbol de Chile, Sergio Stoppel, para que volvieran a la cancha. No lo logró. Entonces el propio Rocca fue hasta la media cancha y habló con el árbitro argentino Juan Carlos Loustau.

Rocca junto a otro presidente como José Mujica

Le pidió que diera por terminado el partido y él diría por los altoparlantes que el partido lo ganaba Brasil, solo para que la gente se fuera tranquila y no hubiera problemas, ya que no era posible determinarlo hasta que se hiciera un informe exhaustivo del tema.

Tres meses después, la FIFA resolvió marginar “por perpetuidad de las canchas” a Rojas por haber fingido la acción y que Chile no pudiera participar de las Eliminatorias para el siguiente Mundial, el de Estados Unidos 1994.

Con su esposa Susana, conocida como Ñata, estuvieron 70 años juntos y los celebraron en plena pandemia.

Eduardo Rocca Couture jugando con su nieto Iñaki con la camiseta de Nacional

La carrera de Rocca Couture lo llevó por distintos lugares y fue presidente del Panathlon de Montevideo y también del Rotary Club.

Fue nombrado en vida como uno de los tres presidentes de honor de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo (AHIFU), junto a Juan Ángel Miraglia, y Raúl Barbero, post mortem.

Hoy, a poco más de siete meses de su fallecimiento producido el 1° de diciembre, el Torneo Apertura lleva su nombre en reconocimiento a uno de los dirigentes más prolíficos que tuvo el fútbol de este país.

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