Cuando el "caudillo" local es más importante que el precandidato

Pero hay un nombre —y su imagen— que sí se repite una y otra vez en el panorama salteño: Germán Coutinho. En todas las listas aparece su cara. En los locales ocurre lo mismo y no precisamente por falta de espacio. A Coutinho lo conocen todos, fue intendente, recorre los barrios, escribe en la prensa. Tiene el peso de ser el caudillo local.

Todas las encuestas, que dan al precandidato muy por debajo de sus competidores Julio María Sanguinetti y Ernesto Talvi, suelen aclarar que el precandidato tendrá una votación mayor de la que pronostican por su “estructura” en interior del país. Y el efecto Coutinho lo explica.

“Amorín tiene una red de apoyos locales muy fuertes en Salto (con el exintendente Coutinho a la cabeza) y otras adhesiones importantes en departamentos como Artigas, Colonia, Florida y Rivera”, confirma la ficha técnica de la última encuesta de Opción Consultores.

“Tiene una estructura de dirigentes de fuerte peso en algunos departamentos del interior del país, que podrían impulsar su votación (como ha ocurrido en las elecciones anteriores) por encima de los registros de las encuestas”, agrega, por otro lado, Equipos Consultores.

El senador y exintendente tiene alrededor de 4.000 personas anotadas en sus listas departamentales y compite por volver a gobernar la comuna a pesar de que cuando lo hizo (2010-2015) entregó el cargo con números en rojo. Al finalizar su período dejó un déficit de $700 millones y sin recursos para pagar el salario de los funcionarios de mayo del 2015, además de deudas con sus proveedores, como fue el caso de Ancap, que dejó de venderle combustible porque la deuda superaba US$ 1.000.000.

La frase “Germán intendente” se repite en banderas y en las listas. Y se destaca el nombre de la agrupación local “Vamos Salto” que se desprende de elecciones anteriores por su apoyo a Pedro Bordaberry y la agrupación nacional “Vamos Uruguay”.

En solo una de las quince listas que tiene Amorín Batlle en el departamento no aparece la foto de Coutinho. Es en la de Pablo Perna, el candidato a diputado que ha tomado protagonismo por su eslogan de “mano dura y plomo”. Sólo en su lista —que tiene una marca de agua con la polémica frase— hay más de quinientas personas.

En Artigas ocurre algo similar. Allí el “caudillo” es el exintendente Carlos Signorelli, quien fue procesado con prisión por estafa en 2009 por armar una contabilidad paralela en la administración departamental.

En el acto de cierre del precandidato en la capital departamental, que contó con la presencia de Amorín Batlle, el protagonista fue Signorelli que ahora busca volver al Parlamento —fue diputado desde 2005 hasta que le quitaron los fueros— y también a la intendencia con su lista 1530.

El cartel central decía “¡Para continuar en obras! Signorelli intendente”. Desde arriba de la plataforma donde hablaron el precandidato y el referente local colgaban unas tiras coloradas que decían en blanco el apellido del líder local. Muchos de los militantes llevaban una vincha en su frente con el su nombre. Las banderas que levantaban llevaban el número de la lista. Pero en todo el acto no había ni una sola referencia a Amorín Batlle.

Cuando el director de Opción, Rafael Porzecanski, describió este caso en una entrevista en el programa radial Así Nos Va, lo explicó: “Esa gente en la elección va votando pensando en Signorelli no tanto en Amorín”.

A la manera de Cerro Largo

Lo mismo que ocurre en el Partido Colorado ocurre en el Partido Nacional. El precandidato del sector Mejor País (conocido como el grupo de intendentes) e intendente de Maldonado, Enrique Antía, (él es el jerarca de esa comuna), tiene fuerte presencia en el interior, donde tienen peso otras figuras: en Colonia el exintendente coloniense Walter Zimmer, en Cerro Largo el intendente Sergio Botana y en Tacuarembó el senador y exintentende Eber Da Rosa.

Al igual que ocurre con los colorados, los intendentes son caudillos en sus respectivos departamentos más allá de la figura de Antía. “Sergio Botana, a la manera de Cerro Largo”, termina diciendo el jingle propio del ahora candidato a senador que resonó más de una vez en Melo en uno de los tres actos simultáneos de cierre (los otros dos fueron en Colonia y Montevideo) que llevó a cabo ese sector nacionalista este domingo.

A una semana exacta de las elecciones internas y mientras la opinión pública se pregunta quien será definitivamente el candidato a la presidencia por el Partido Nacional, en Cerro Largo la figura central era Botana, el intendente que busca una banca en el Senado -ya fue intendente dos veces-. El que estaba ahí marcando presencia, provocando aplausos, arengando a sus militantes con su discurso.

Los militantes arachanes que participaron del acto levantaban banderas y arengaban a los diferentes candidatos a la intendencia por el sector de Botana: Pablo Duarte, por la lista 3003; Pablo Collazo con la 555; Carmen Ort en la 3000; y Graciela Echenique con la 2003.

Si no fuera porque Botana lo mencionó en su discurso, nada hacía referencia a Antía. Ni el cartel central, ni las banderas, ni el discurso de los candidatos a la intendencia. “Sergio me ha dado las mayores alegrías políticas que alguna vez pude soñar” y “denle una oportunidad a Sergio para hacerle llegar al senado de la República”, dijo Echenique en su breve discurso. ¿Cómo lo terminó? “¡Viva el Partido Nacional! ¡Viva Sergio Botana!”.

Incentivos

Porzecanski, que además de director de Opción es sociólogo, explicó a El Observador que este fenómeno se debe a los “incentivos” que tienen los dirigentes del interior en estas elecciones internas.

La clave es entender que este 30 de junio no se decide solamente quiénes serán los candidatos a presidente de cada partido. Las urnas también determinarán el ordenamiento de las listas de diputados (en el caso de los partidos tradicionales) e indicarán quienes competirán por la intendencia.

“En la elección interna se elige el órgano deliberativo departamental y ahí se juegan las candidaturas a intendente, entonces, los dirigentes locales que quieren ser intendentes, necesitan votos al órgano deliberativo departamental para que los nominen. Se pueden nominar hasta tres intendentes por partido. Y eso también influye mucho en los incentivos de los dirigentes para movilizar a su gente, por eso es que decimos que con esos incentivos en juego, puede estar afectado la estimación del voto por el factor de la estructura”, explicó Porzecanski.

El voto de estructura es aquel “que está donde hay una mediación entre el elector y el candidato a presidente: el dirigente local”.  

Ese voto es difícil de medir para las consultoras y es por eso que, desde ya, advierten que precandidatos como Amorín y Antía pueden votar mejor de lo que estipulan en sus gráficos.

“La estructura es una ventaja. Es una ventaja que a veces no se refleja directamente en las encuestas, pero es una ventaja al fin que puede afectar en los resultados”, concluyó el sociólogo.