Las palabras, y las proclamadas intenciones, valen tanto o más que los hechos cuando llega el tiempo de las promesas en la campaña electoral. Y puestos a jugar, el nacionalista Álvaro Delgado le acaba de ganar una partida importante al frenteamplista Yamandú Orsi en una de sus tantas escaramuzas verbales.
"Obviamente, tengo muy claro que el próximo gobierno, si Álvaro Delgado es presidente, con la coalición de gobierno, no va a subir los impuestos. En eso tengo que ser claro", afirmó el candidato blanco hablando de sí mismo en tercera persona durante una entrevista con el programa 12 PM de Azul FM.
"No estoy diciendo no descarto ni afirmo. No voy a subir los impuestos. Cualquier corrección va por el lado del gasto público, no por la suba de impuestos”, dijo en alusión a las palabras de Orsi.
“A la gente lo que le sirve son las certezas. No el 'a lo mejor' o 'tal vez'", insistió.
Gabriel Oddone, quien se perfila como futuro ministro de Economía de un eventual gobierno de Orsi, ya había manifestado que la próxima administración tendrá que hacer “correcciones fiscales”. Pero una cosa es que un economista dé a entender, con un lenguaje técnico, que es partidario de un ajuste impositivo, y otra muy distinta que un candidato presidencial diga abiertamente que no descarta subir los impuestos.
Es probable que lo dicho por Orsi se acerque más a la verdad que lo afirmado por Delgado. Porque nadie puede descartar ajustar impuestos y son incontables las promesas de campaña incumplidas en este y en otros tantos asuntos.
Fuentes blancas dijeron a El Observador que lo dicho por Orsi será recordado todas las veces que sea necesario para difundir la idea de que si el Frente Amplio vuelve al poder, los trabajadores corren el riesgo de que le rasquen un poco más sus bolsillos.
En tanto, un operador político de la oposición reconoció que en conversaciones informales, dirigentes frenteamplistas valoraron que al precandidato izquierdista le faltó cierta cintura para salir del brete sin mentir pero también sin dejarle a los adversarios un flanco tan obvio.
Otro dirigente frenteamplista recordó que el balotaje de 1999 que Tabaré Vázquez perdió ante Jorge Batlle se hizo cuesta arriba cuando el líder izquierdista tuvo que explicar cómo sería la aplicación del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que la entonces coalición propuso como novedad.
En algunas presentaciones públicas Vázquez se enredó al tratar de explicar el contenido de la reforma –que sería aplicada por la izquierda apenas llegó al gobierno y que se mantiene en pie hasta hoy– dándole lugar a Batlle para que advirtiera que el FA se disponía a aplicar un impuestazo sobre los trabajadores.
Tras los dichos de Delgado, desde el MPP salieron a cuestionar al candidato blanco. "¿Otro candidato lleno de mentiras? Lacalle en 2019: 'Se terminó el aumento de impuestos. El aumento de las tarifas es recesivo'. Delgado en 2023: 'Si Alvaro Delgado es presidente no va a haber aumento de impuestos”. Dos políticos cortados con la misma tijera”, tuiteó desde su cuenta el sector liderado por José Mujica y lo mismo dijeron otros integrantes del grupo.
Sin embargo, lo dicho por Orsi ya no tenía marcha atrás y está por verse si comparar a Delgado con Lacalle Pou –“están cortados con la misma tijera”- no resulta contraproducente dado los índices de popularidad que aún tiene el presidente.
Otro dirigente frenteamplista recordó que el balotaje de 1999 que Tabaré Vázquez perdió ante Jorge Batlle se hizo cuesta arriba cuando el líder izquierdista tuvo que explicar cómo sería la aplicación del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF)
Este miércoles, el intendente de Canelones intentó contragolpear: "(Si digo que no voy a subir impuestos) o soy un adivino o soy un irresponsable, porque la economía tiene sus vaivenes. Nadie quiere subir impuestos, el tema es a quién se los subís y a quién se los bajás. (Lo que dijo Delgado) es artillería populista peligrosa”.
Es probable que lo dicho por Orsi se acerque más a la verdad que lo afirmado por Delgado. Porque nadie puede descartar ajustar impuestos y son incontables las promesas de campaña incumplidas en este y en otros tantos asuntos.
Pero, como fue dicho al principio, las palabras a veces tienen un peso mayor que los hechos, y la memoria muchas veces es corta. Lo seguro es que hasta el final de la campaña hacia las elecciones de 2024, a Orsi le recordarán ese “no descarto ni afirmo” que se le escapó cuando ya se terminaba el 2023.