Diego Battiste

El diálogo que no fue (mientras la crisis sanitaria se agravó)

Desde el comienzo de la crisis sanitaria en marzo de 2020 no hubo un diálogo político de primer nivel entre el gobierno y la oposición

Tiempo de lectura: -'

12 de junio de 2021 a las 05:01

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Hace dos meses publiqué en este espacio una columna titulada “Diálogo político para blindar abril”.1 Como señales alentadoras en esa dirección, mencioné la conformación de una comisión parlamentaria de seguimiento de la pandemia, las negociaciones en la Cámara de Representantes para aprobar una declaración conjunta y la iniciativa del Partido Colorado de convocar a una reunión de líderes de todos los partidos para tejer acuerdos. El panorama hoy es menos esperanzador. La comisión especial trabajó, pero pende de un hilo. La declaración de los representantes no pudo ser aprobaba pese a los esfuerzos de Rodrigo Goñi y Alfredo Fratti. No hubo reunión de todos los líderes de los partidos. A cambio, hubo dos encuentros valiosos: por un lado, se reunieron los líderes de la coalición de gobierno. Por el otro, el presidente Luis Lacalle Pou recibió a los intendentes electos por el Frente Amplio. Lo más parecido al diálogo interpartidario fue la reunión del presidente con los senadores que integran la Comisión Especial Covid-19. El presidente informó decisiones importantes adoptadas por el gobierno, muchas de las cuales recogían reclamos de la oposición, pero no admitió adoptar nuevas medidas para reducir la movilidad.

En resumen, hubo algunas señales positivas. Pero no hubo, ni en abril de 2021, ni en el resto de la crisis sanitaria desde marzo de 2020 hasta ahora, un diálogo político de primer nivel entre gobierno y oposición propiamente dicho. Me refiero a un espacio de encuentro entre las dos mitades, con agenda abierta, con negociaciones genuinas y acuerdos sustantivos. Debemos preguntarnos por qué. Max Weber, el gran sociólogo alemán de comienzos del siglo pasado, elaboró cuatro “tipos ideales” para comprender la conducta humana. Según él, la acción social puede orientarse por creencias (“acción racional con arreglo a valores”), cálculos (“acción racional con arreglo a fines”), emociones (“afectos”) y costumbres (“tradicional”). Agregó que rara vez la acción social está exclusivamente orientada por solamente uno de estos “tipos ideales”. La acción social real, por tanto, también la acción política, suele ser una mezcla de creencias, cálculos, emociones y costumbres.

Siguiendo a ese marco analítico, podemos explicar la frustración del diálogo político a partir de la combinación de creencias, cálculos, pasiones y costumbres.

Creencias: está muy arraigado en nuestro sistema político que la corresponde al gobierno tomar las decisiones y a la oposición esperar su turno. Esto es básicamente compartible. Es necesario que la ciudadanía pueda establecer con claridad a quién responsabilizar por aciertos y errores.

Cálculos: son como la ley de la gravedad de la política. Los partidos que no elaboran estrategias para fidelizar su electorado y eventualmente incrementarlo, corren el riesgo de desaparecer. Supongo que el gobierno tuvo en cuenta que la opinión pública sigue aprobando su política sanitaria. Supongo, asimismo que, en el gobierno, hay quienes consideran que, pensando en el mediano plazo, es mejor que el FA no forme parte de la solución de ningún problema. Supongo que en el FA hay quienes hacen un cálculo simétrico y similar: lo más conveniente en términos estratégicos es, por un lado, reclamar diálogo, y por el otro, dificultarlo con dichos y hechos. 

Emociones: no hay partidos vibrantes sin pasión, sin fe, sin amor a la camiseta.

Costumbres: no hay una tradición potente de acuerdos entre gobierno y oposición en Uruguay. Los pactos se e hacen, en general, cuando la Constitución los impone al establecer, sabiamente, mayorías especiales para decisiones cruciales.

Todo parece muy lógico, hasta que se revisan los números de la evolución de la epidemia. Uruguay ha dejado hace tiempo de ser un ejemplo en el control del covid- 19. Durante mayo, estuvimos varias semanas en los primeros lugares del mundo en contagios y muertes por millón de habitantes. Hace meses que se perdió el hilo epidemiológico que cuidamos con tanto esmero el año pasado. No hubo diálogo político para blindar abril, ni mayo, ni junio. Deberíamos preguntarnos, como sistema político, como comunidad de práctica democrática para decirlo en los términos de Emanuel Adler, si no tendremos que repensar nuestras creencias, cálculos, emociones y costumbres. Al menos en las crisis deberíamos lograr construir acuerdos amplios, y distribuir costos y beneficios entre todos los partidos. Al menos en las crisis deberíamos poder bajarle un cambio a la pasión partidista, y cuestionar nuestras prácticas más habituales.

¿Nos conforma lo que pasó este año? Hicimos un esfuerzo enorme como sociedad por controlar la epidemia entre marzo de 2020 y febrero de 2021. A partir de marzo de 2021, la epidemia explotó y, de hecho, como sistema político nos hemos conformado con mucho menos de lo que pretendíamos el año pasado.

Si lo medimos en muertes por millón de habitantes, en marzo figurábamos entre los países que mejor habían controlado la crisis sanitaria, muy cerca, por ejemplo, de Finlandia. Hoy estamos a mitad de tabla, cerca de otros países serios, como Suecia o Francia, a los que tampoco les fue demasiado bien. Pese al ritmo intenso de la vacunación venimos subiendo rápidamente en el ranking de muertes por millón.

Si nada cambia, podemos terminar mal. ¿Sumaremos 3.000 muertes más en dos meses? ¿Superaremos, durante agosto, las 2.000 muertes por millón de habitantes?

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.