El emprendedor estadounidense que se enamoró de Uruguay durante la pandemia

En marzo, cuando los vuelos se cancelaron, no pudo volver a Nueva York. Hoy trabaja desde Montevideo para el mundo, dice que se enamoró de la rambla y no se arrepiente de haberse quedado. “Por primera vez en ocho años tuve tiempo para ir al fondo de mi alma y ver lo que amo y odio de mí. La relación que tengo conmigo mismo hoy es lo que me tiene más orgulloso. Sin viajes, conferencias ni clientes, esta fue la primera vez que me puse pensar en cuál es la nueva normalidad que quiero crear”, manifestó.

En su rutina diaria no puede faltar algo creativo –pensar en contenido– , algo físico –hacer deporte–, algo espiritual –meditar como mínimo 20 minutos– y algo mental –escribir 10 ideas–. Es triatleta y vegano, hace poco tiempo se unió a NAF un grupo de nadadores montevideanos en aguas frías con quienes entrena diariamente en la playa de Pocitos. “Tener un balance emocional, mental, físico y espiritual es fundamental para mí. Mi palabra del 2020 fue trust y estoy confiando y recreando cómo quiero vivir” explicó.

“Si puedes convertirte en una máquina de ideas las opciones son infinitas”

Estudió Derecho en Nueva York porque quería ser el alcalde se esa ciudad. En la universidad jugó fútbol americano, tuvo algunas lesiones y debió retirarse. Ese fue uno de los momentos más duros de su vida pero el que lo transformó por completo. A los 23 fue por un verano a República Dominicana para ayudar en un orfanato en el que había problemas de salud por un basural. Recuerda que su última noche allí prometió: “Voy a dedicar mi vida a servir a la comunidad latina en cualquier forma que pueda”. 

Al volver a su país, trabajó tres años para Mike Bloomberg, candidato y luego alcalde neoyorquino. Reclutó voluntarios para la campaña y escribió discursos. Y descubrió que realmente no quería ser alcalde. “Amé mi trabajo, pero me di cuenta de que tenía un regalo: contar historias, escuchar o ver 100 páginas y resumirlas en un minuto. Ese me parece un skill bastante importante” dijo. Se mudó a San Francisco y fundó Brian Rashid Global, para ayudar a las empresas a contar historias. Los primeros cuatro años trabajó solo; hoy tiene equipos de trabajo en Nueva York, California, Colombia, República Dominicana y Guatemala.

Uniendo las Américas

Después de recorrer varios países como conferencista, Rashid se dio cuenta de que los emprendedores tenían las mismas necesidades: conectar con clientes e inversores. Así, en febrero de 2017, en su oficina de Manhattan, nació la idea de Uniendo las Américas (ULA), un concurso para emprendimientos latinoamericanos con impacto social. Durante el concurso, Rashid ayuda a los emprendedores a contar historias para obtener fondos de inversión. 

En las primeras dos ediciones de ULA, los ganadores obtuvieron US$ 5.000 de fondos semilla de su compañía, tuvieron acceso a una red de inversores y visitaron las sedes estadounidenses de Google, Netflix, Facebook y Uber, entre otras empresas. Según contó el emprendedor, varios proyectos uruguayos participaron en las primeras ediciones del concurso. El concurso es financiado por Brian Rashid Global, y ahora el emprendedor busca patrocinadores.

La promoción de ULA fue lo que lo trajo a Uruguay en febrero pasado, en lo que tenía planificado que fuera el inicio de una gira por Latinoamérica. El covid-19 afectó a algunos de los clientes de Brian Rashid Global, cambió los planes de la empresa y también la edición 2020 de ULA. Este año el premio no es un viaje a Estados Unidos, pero los contenidos y los contactos siguen en pie.

Actualmente, Rashid trabaja en contenidos para Etosha, una empresa que crea los productos típicos de la parrilla uruguaya a partir de plantas, y Biofuego, un emprendimiento en el que privados de libertad en Florida construyen bloques de madera con desechos de poda.

En Montevideo el emprendedor trabaja con un equipo de jóvenes realizadores audiovisuales. “Quiero dar oportunidades,veo mucho talento en Uruguay en diseño, creatividad, edición y web, cosas fundamentales para esta economía. Estoy impresionado con el talento que hay acá, gente que quiere trabajar y que se mueve” comentó.

Opinó que los uruguayos deben superar el miedo que tienen al robo de ideas: “es algo mental, nadie va a robar tu idea, y si lo hace siéntete bien. La idea es solo el inicio, cómo la desarrollas es lo importante. La gente me dice ‘¿cómo puedes compartir en internet tu contenido gratis?’, si tu contenido no llama la atención la gente no te comprará. Mi empresa se creó literalmente por esta filosofía” dijo.

Para Rashid, los emprendedores deben enfocarse en el nuevo concepto de negocio que hoy no pasa solo por el dinero, sino también por contar historias, conectar y ayudar. Deben organizar su vida de manera que los fracasos no puedan ser grandes y que no falten el aprendizaje, la autoevaluación y la defensa de su equipo

“Conéctate contigo, tus habilidades y tus deseos, busca maneras no convencionales para hacerlo, atrévete a hacer algo diferente. Soy un gringo de Illinois de papá libanés, mamá irlandesa, aprendí español siendo adulto, vivo a 15 horas de vuelo de mi ciudad, en un país donde no hablo mi idioma natal, ayudando emprendedores. Y estoy feliz, viviendo una vida diferente”, resumió.

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