El empuje de la humildad

Su padre nació en Sauce Buricayupí y su madre en Araújo, dos pueblitos perdidos en el mapa de Paysandú. Pero los mellizos Jorge y Mario Collares se criaron en el barrio Artigas sanducero. Del seno de una familia humilde a las luces de Barcelona, sin escalas, Jorge (16 años) será el único representante uruguayo en el Mundial junior (sub 20) de atletismo que comenzará el próximo martes.

“A mi padre lo veo cada 15 días porque es peón de campo, por lo que mi madre es madre y padre a la vez. Hace limpiezas afuera y también es ama de casa”, cuenta El Observador Collares, quien correrá el viernes 13 en 800 metros.

El corredor lleva apenas un año y dos meses en el mundo del atletismo. Lo descubrió su entrenador Julio Acosta, quien tiene una escuela de atletismo en Paysandú creada en el año 2000, que trabajó en forma honoraria tres temporadas y que ahora está bajo la órbita de la plaza de deportes del departamento.

“En 2009 se realizó un encuentro del programa Pintó Deporte, Jorge tuvo un buen desempeño y llegó a las finales de Montevideo pero no lo pudimos enganchar”, expresa Acosta.

Por entonces, los Collares –quienes tienen dos hermanas mayores– jugaban al fútbol.

Defendían a Sud América, “la IASA, creo que en Montevideo hay uno igual”, dice Jorge. “Mi hermano era delantero y yo defensa o volante de marca; nos complementamos”, agrega.

Pero el año pasado con los cambios de horario en el liceo tuvo que dejar el fútbol. “Un deporte tenía que hacer y como el atletismo acá se practica de mañana, volví”.

Su hermano también dejó el fútbol y Jorge lo quiere llevar a la pista. “Somos muy unidos, siempre vamos juntos a todos lados, pero él no quiere saber nada con correr; se ve que no se halla”, explica.

En diciembre del año pasado, Acosta le diagramó su primer macro ciclo de entrenamiento con miras al Sudamericano de menores (sub 18) que se llevará a cabo en octubre en Mendoza.

“Pero en marzo vimos que había posibilidad de ir como mejor marca técnica al mundial junior. Probamos, Jorge hizo 1’56’’ y se dio”, explica el DT.

La lanzadora de jabalina María Mello, de la Federación de Río Negro, no alcanzó las marcas clasificatorias y en el guarismo de los registros técnicos, Collares la superó.

“Lo voy a tomar como una gran experiencia porque solo tengo 16 años: el objetivo es mejorar mi marca personal de cara al Sudamericano”, dice Collares. La comunicación es telefónica, pero la emoción se palpita.

Se jugó la ropa
Collares empezó a entrenar con ropa y calzado de casa. “Usaba las zapatillas que mi madre me podía comprar”, confiesa.

Hace dos meses recibió sus primeras prendas deportivas. “En la Intendencia de Paysandú funciona un programa llamado Convivencia Ciudadana que se implementaba en Pernambuco y por el cual le llegó su primer calzado para correr”, explica Acosta.

“Fue para el Nacional sub 16. Además, la CAU (Confederación Atlética del Uruguay) me dio unos zapatos con clavos que solo puedo usar en la pista de Montevideo porque si los uso acá donde la pista es de tosca se rompen”, dice el atleta.

Ahora el programa le prepara una muda completa de indumentaria para ir al Mundial y la CAU también le brindará ropa.

En octubre irá a Mendoza a pelear una medalla, entre los muchachos de su edad. “Por eso le digo a mi hermano que se meta en el atletismo, porque de repente te da la oportunidad de conocer otros países o gurises de otros lados”, dice.

Su voz suena a sueños por alcanzar y disposición al sacrificio. Así volará el viernes Jorge Collares. Del barrio Artigas al tartán azul del Estadio de Montjuic.