Mientras continúan los desacuerdos entre la sociedad y las medidas tomadas por la presidenta Dina Boluarte, el Ejecutivo peruano dio a conocer este miércoles el permiso para ingresar a más de un millar de militares de los Estados Unidos, así como medios aéreos y náuticos, con la finalidad de entrenar a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
La autorización girada por el Ejecutivo peruano se hizo oficial mediante dos resoluciones publicadas en el diario El Peruano, en su Boletín de Normas Legales. Allí se indica que los militares norteamericanos realizarán operaciones especiales con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjunta (Cioec).
Las tropas estadounidenses llegarán en diversos grupos, entre este 1° de junio y el 31 de diciembre de 2023. El grupo más numeroso será de 970 efectivos de la Fuerza Aérea, la Fuerza Espacial y las Fuerzas Especiales. Tomarán parte en la maniobra “Resolute Sentinel 2023”, para lo cual contarán con sus armas reglamentarias, aviones, camiones y botes de respuesta rápida.
A pesar de lo que significa históricamente para la región la presencia de militares de los Estados Unidos, las tropas autorizadas llevarán a cabo actividades con las Fuerzas Especiales Conjuntas (FEC), las de Operaciones Especiales (FOE) de la Marina de Guerra, el Grupo de Fuerzas Especiales (Grufe) de la Fuerza Aérea del Perú, la Dirección Antidrogas (Dirandro) y la Dirección de Fuerzas Especiales (Diroes) de la Policía Nacional.
Está programado que los entrenamientos se lleven a cabo en Lima, Ayacucho, Callao, Junín, Huánuco, Loreto, Pasco, San Martín, Santa Lucía, Ucayali, Huancavelica, Cusco, Iquitos, Pucusana y Apurímac.
El ingreso de las tropas norteamericanas fue aprobado por el Congreso peruano el pasado 19 de mayo pasado y contó con el voto favorable de los legisladores de extrema derecha y el centro, siendo la bancada de izquierda la única que se opuso, indicando que la medida pone en riesgo la soberanía nacional y no garantizará la seguridad del país.
El excanciller Héctor Bejar condenó la decisión: “En Perú hay un Gobierno espurio, resultado de un golpe de Estado y autor de 70 muertes, ocurridas durante las protestas contra la mandataria designada Dina Boluarte”. Y agregó que la presencia de los militares “es parte de una política de atemorizamiento del pueblo peruano que anunció nuevas protestas para julio próximo”.
El permiso para el ingreso de las tropas fue cuestionado también por el secretario general de la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP) Gerónimo López, quien señaló que se trata de una injerencia extranjera inadmisible y aseguró que encubrirá la presencia en la región de bases militares de Washington. Lo mismo opinó la exministra de la Mujer Anahí Durand: “La decisión de Boluarte socava la soberanía nacional y sigue a la entrega al capital extranjero del litio y otros recursos”.
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