A medida que pasan las horas y bajan las tensiones, en el Frente Amplio empiezan a reconocer lo que es evidente: Luis Lacalle Pou es el nuevo presidente electo, algo que los números ya demostraban anoche antes de las 23 horas, como te adelantó El Observador en base a la proyección de Enia.
D. Battiste
El Partido Independiente tuvo una muy mala votación en octubre. Pablo Mieres no retuvo su banca del Senado y apenas logró una banca en Diputados. Sin embargo el tratamiento que Lacalle Pou le da a ese partido es preferencial: cedió a algunos de sus planteos programáticos y se prepara para nominar a Mieres como ministro de Trabajo.
La señal es clara. Su coalición necesita tener un equilibrio entre la derecha y la izquierda. Y necesita una figura que represente a ese espectro del sistema político para pulir una debilidad que tiene su futuro gobierno: una posible conflictividad impulsada por la izquierda, política y social.
Las transformaciones que quieren hacer Lacalle y sus socios es lógico que generarán conflicto. Y los conflictos se resuelven con cintura política y mucha negociación. No con técnicos. El próximo presidente demostró con la campaña que hizo que tiene un buen manejo político.
Pero flaco favor le hace que Manini Ríos, su puntero derecho, pueda incendiar la pradera con cualquier pequeño movimiento, intencional o no. Por eso es importante que el presidente electo marque la cancha.
Al ver los números de las encuestas que se hicieron en las horas pre y post veda se puede advertir que la tendencia de crecimiento del FA empezó mucho antes del polémico video de Manini Ríos, razón por la cual no se le puede adjudicar la caída y el crecimiento del FA. Seguramente ese fenómeno fue multicausal.
Pero lo que no quedan dudas es que esos movimientos de Manini en las últimas horas enardecieron a la izquierda. La unieron y la provocaron. Y siendo gobierno ese tipo de episodios pueden ser muy peligrosos.
Y lo que queda de este episodio es una duda: ¿Manini lo hizo por “inexperiencia política”, como creen los blancos? ¿O es una forma de marcar su perfil?
Durante las últimas horas, cada vez que se lo consultó a él o a su equipo, se ampararon en la veda para no criticar al líder de Cabildo Abierto. Lo único que dijo Lacalle fuera de eso fue ante la pregunta de un militante frenteamplista el domingo en Las Piedras, cuando consideró que Manini “no estuvo bien”.
No porque lo que dijo el general retirado implique un delito, sino porque es una actitud corporativista. De la misma manera que la oposición critica actitudes corporativistas en otros ámbitos, esto debería ser cuestionado.
Manini se defendió el domingo señalando que se hizo un “uso político electoral” de sus dichos. Y sí, ahora es un político y a la vez su mensaje fue buscando votos. ¿Cómo se lo va a tomar si no es así?
Un acuerdo multipartidario o un gesto de diálogo hacia el FA
Los balotajes se ganan o se pierden. Así sea por un voto de diferencia, gana el que tenga más adhesiones. Por tanto desde el punto de vista práctico poco incide la diferencia.
Desde lo político sí lo tiene. Y como veíamos la semana pasada, desde ese punto de vista, la cifra mágica era el 50%. Lacalle no solo no llegará a esa cifra, sino que logró el menor porcentaje que ha tenido un ganador en la historia de los balotajes. En 1999 Batlle ganó con 52,6%, en 2009 Mujica con 52,4%, y en 2014 Tabaré Vázquez con 53,5%.
Además, el Frente Amplio creció mucho en la última semana. En el Partido Nacional hay voces que demuestran que ese mensaje fue comprendido. El senador Álvaro Delgado dijo esta mañana en Del Sol que “hay que ser muy humilde en el mensaje de la gente” y que “el posfrentismo no es es sin el Frente Amplio”.
José Mujica, el senador más votado del partido más votado, por tanto quien estará a cargo de tomarle juramento a Lacalle Pou el 1° de marzo en la Asamblea General, ya le tendió la mano en los días previos cuando dijo que no va a estar con una piedra en cada mano.
EFE
“El futuro gobierno bombardea diciendo que no va a cortar la agenda de derechos y las cuestiones sociales, nosotros estaremos de ayuda memoria, seremos una oposición constructiva. Una grieta no conviene. Nunca nos fue bien cuando nos pasó eso”.
Si Lacalle Pou plantea un acuerdo multipartidario como el que impulsó Mujica en su mandato, sería una señal de reconocimiento a la nueva oposición muy fuerte. No necesita votos del FA en el Parlamento para gobernar, pero tenderle la mano es dar la oportunidad de construir acuerdos más amplios que legitimen socialmente sus medidas. Y en lo que no alcance acuerdos podría avanzar sólo con los votos de la coalición.
Es verdad que abrir la puerta a la negociación también es aceptar que las reformas que quieren impulsar no sean tan rápidas como pretende. Negociar implica tiempo, sobretodo en las áreas que más conflictos pueden generar, como la educación, la política laboral y los recortes en el Estado.
Una señal menos ambiciosa es que en las próximas horas Lacalle pida una reunión formal con el oficialismo para establecer una línea de diálogo que empiece a cerrar heridas de campaña.
La actitud de Martínez a la noche del domingo, una decisión personal que el FA respetó
DIEGO VILA
En la mañana de este lunes el intendente de Canelones y jefe de campaña de Daniel Martínez admitió lo obvio: "No me imagino que esto se dé vuelta de manera drástica", dijo en entrevista con el programa Doble Click. “Es claro el mensaje de Daniel, salió primero a hablar. En los comandos siempre se espera que el que hable último es el vencedor”, dijo.
Los números son contundentes. Destacar que la diferencia entre Lacalle y Martínez es de 28.666 votos y los observados son 35.229 es una verdad incontrastable. Pero también es una mentira no decir que para que se de vuelta el resultado el FA necesita que 91% de esos votos observados hayan sido para la fórmula oficialista. En octubre, donde votaron observado prácticamente las mismas personas, 27% de los votos fueron al FA.
En la izquierda las pocas personas que hablaron con los medios en la mañana de este lunes lo hicieron en el mismo tono: justificaron a Martínez por no reconocer la derrota, pero a la vez admitieron que el escenario no cambiará con los votos observados. “Creía que podíamos ganar. Terminamos un punto abajo. Esto es el resultado electoral que hay que asumir”, dijo Juan Castillo en En Perspectiva.
Aunque el intendente canario dejó abierta la puerta a que en las próximas horas pueda haber una llamada de Martínez a Lacalle Pou, es difícil pensar que luego de haber decidido no reconocer la derrota el domingo bajo el argumento que esperará a la Corte Electoral, ahora lo llame sin que termine el escrutinio definitivo.
Para justificar a Martínez los frenteamplistas dijeron que no podían admitir una derrota cuando la Corte aún no dio las cifras definitivas. Pero eso es lo que sucede siempre. Las cifras definitivas están a los 10 días e incluso en escenarios más parejos que el de este domingo, el que pierde siempre reconoce la derrota.
Entonces, ¿cómo se explica la decisión de la noche del domingo? Según contaron fuentes del FA, fue una decisión personal de Martínez. El resto del FA lo aceptó, pero no todos estuvieron de 100% acuerdo. Castillo dijo que “fue una decisión consensuada”.
Pero son significativas las foto del acto: faltaban figuras de peso político en el nuevo Parlamento como José Mujica y Lucía Topolansky.
Luego que bajen las emociones y la euforia de un resultado no tan malo como el que esperaban pero malo al fin porque implica una derrota, la izquierda deberá procesar un reacomodamiento de sus liderazgos en el que Martínez ya no está tan muerto como parecía. Habrá que ver cómo son los próximos movimientos y el expresidente José Mujica es mano, por ser el líder del sector más fuerte.