El principio del fin en Vietnam

A 50 años del inicio del retiro de las tropas de Estados Unidos del sudeste asiático (I)

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20 de noviembre de 2019 a las 05:02

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En noviembre de 1969, hace 50 años, comenzó a quedar claro que Estados Unidos no saldría bien librado de los conflictos del sudeste asiático, o guerra de Vietnam. Contra todo pronóstico inicial, un humilde ejército de hombres y mujeres asiáticas, numeroso y aguerrido aunque primario, obtendría una asombrosa victoria final.

Entre el 13 y el 14 de noviembre de 1969 unas 250.000 personas protestaron en el centro de Washington, la capital de Estados Unidos, contra la intromisión del país en la guerra de Vietnam y exigieron un retiro. Muchos eran pacifistas, exponentes de la contracultura o viejos militantes de izquierda. Pero otros eran jóvenes recién llegados a las protestas, que no compartían la idea de ir a combatir a más de 12.000 kilómetros de casa, en un medio por completo extraño, por una causa difusa y harto discutible. 

Muchos de los manifestantes, de clases acomodadas, en realidad tenían pocas chances de terminar en los arrozales y selvas del sudeste asiático. Los tres millones de conscriptos y voluntarios que fueron allí solían ser blancos de clases bajas, o negros y latinos. Pero los universitarios de clase media ya estaban en rebelión contra la guerra al menos desde 1968, ensamblados con el gran movimiento de los derechos civiles de los negros, entre otras emersiones de descontento de esa época.

Aún sin saberlo del todo, Estados Unidos estaba en vísperas de una grave derrota: no militar, estrictamente, porque no fue vencido en el campo de batalla, sino una más grave: una derrota política, pues perdió la voluntad de lucha, y sus ricas fuerzas armadas debieron retirarse sin lograr sus objetivos, para evitar el incendio en casa.

La teoría del dominó

Desde los inicios en 1947 o 1948 de la “Guerra Fría”, una competencia global entre dos bloques antitéticos liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética, el presidente estadounidense Harry S. Truman resolvió respaldar a todas las naciones amenazadas por rebeliones comunistas. La “teoría del dominó”, expresada luego por el presidente Dwight Eisenhower para el sudeste de Asia, indicaba que la caída de una ficha, por pequeña que fuese, provocaría el desmoronamiento de las siguientes, por lo que habría que defender el conjunto.

Para mayor complejidad, la “Guerra Fría” se libraba en medio de un torrentoso proceso de descolonización, sobre todo en Asia y África. Territorios hasta entonces controlados por antiguos Estados imperiales europeos, como Gran Bretaña, Francia, Bélgica y otros, iniciaron su andadura independiente en medio de guerras de independencia mezcladas con guerras civiles.

El 20 de noviembre de 1969, pocos días después de aquella gran manifestación en Washington, la prensa estadounidense reveló que algunas unidades de la US Army habían cometido toda clase de abusos contra civiles. Así, por ejemplo, la prensa narró que en marzo de 1968 entre 200 y 300 pobladores de la aldea de My Lai fueron asesinados por un grupo de 26 soldados al mando del teniente William Calley, alterados por pérdidas sufridas en los días anteriores por las trampas en el terreno o por ataques de las guerrillas.

A lo largo de nueve años de combate, muchas unidades del ejército estadounidense fueron denunciadas por violaciones, saqueos, maltratos y asesinatos en masa de civiles.

De hecho, ambos bandos recurrieron a la tortura y a los asesinatos masivos.

El 23 de octubre de 1969, un mes antes de las grandes marchas de protesta de Washington, el presidente Richard Nixon anunció que, en cumplimiento de sus promesas, las tropas estadounidenses en el sudeste asiático ya no superaban los 500.000 efectivos por primera vez en años.

Relevando a los franceses tras Dien Bien Phu

El involucramiento de Estados Unidos en Indochina, una antigua colonia francesa, se inició de a poco a partir de la década de 1950.
Japón abandonó Indochina en 1945, tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, y entonces regresó la administración colonial francesa. Entre marzo y mayo de 1954 las milicias del Viet Minh, controladas por los comunistas, derrotaron a los franceses en Dien Bien Phu, un sitio inhóspito en el norte de Vietnam. Fue sorprendente: una fuerza de origen irregular, hasta entonces subestimada, rodeó a un fuerte contingente legionario francés y le causó cerca de 4.000 muertos y desaparecidos y tomó casi 12.000 prisioneros.

Significó el fin del dominio francés. Indochina se partió en tres países: Vietnam, Laos y Camboya. Vietnam, a su vez, quedó dividido en dos a lo largo del paralelo 17: la República de Vietnam en el sur, con un gobierno monárquico tradicional, con capital en Saigón; y la República Democrática de Vietnam, en el norte, con capital en Hanoi, liderada por el comunista Ho Chi Minh.

La mayoría del pueblo vietnamita debió afiliarse al régimen político que le tocó en suerte según la partición geográfica. Otros tomaron partido por convicción. Algunos temían a los comunistas, y pelearon contra ellos durante décadas. Otros detestaban a los británicos, franceses, japoneses y ahora a los estadounidenses, que habían imperado sobre Indochina desde el siglo XIX. La reacción nacionalista engrosó las filas de las milicias comunistas.

Tras el retiro de Francia, Estados Unidos sostuvo al gobierno de Vietnam del Sur, para impedir la unificación del país bajo control comunista. El norte, mientras tanto, era armado y entrenado por la Unión Soviética. 

El triunfo de los comunistas de Mao Tse Tung en China en 1949 incrementó enormemente la tensión en Asia oriental, desde la península de Corea hasta Indochina. Si bien los vietnamitas y los chinos son enemigos históricos, el régimen de Hanoi pudo contar con cierto respaldo de Pekín, entonces todavía alineado junto a los soviéticos.

El triunfo de 1968 se volvió derrota moral

Un guerrillero del Viet Cong asesinado y arrojado a la vía pública, como escarmiento para eventuales simpatizantes

Estados Unidos y aliados de la ONU ya habían defendido en combate a Corea del Sur tras la invasión de Corea del Norte en 1950. Después de tres años de guerra y unos dos millones de muertos, entre ellos unos 400.000 soldados chinos, un armisticio congeló hasta hoy, casi siete décadas más tarde, la frontera entre las dos Coreas: una comunista, al norte, y otra capitalista al sur.

A principios de los años ’60, durante la administración de John F. Kennedy, Estados Unidos comenzó a enviar asesores e instructores militares para ayudar a las fuerzas armadas de Vietnam del Sur. Este país no solo estaba bajo fuerte presión de las tropas regulares de Vietnam del Norte, sino que debía enfrentar en su territorio la creciente infiltración de las guerrillas comunistas del Viet Cong.

Así, un paso tras otro, en marzo de 1965 unos 27.000 soldados estadounidenses comenzaron a combatir directamente contra las tropas de Vietnam del Norte e hicieron de policías para contener al Viet Cong. Tres años más tarde Estados Unidos tenía medio millón de soldados en Vietnam y parecía tener todo bajo control.

Entonces en la noche del 30 de enero de 1968, durante el año nuevo lunar vietnamita o fiesta del Tet, cerca de 100.000 soldados del ejército regular de Vietnam del Norte, unidos a milicias del Viet Cong, lanzaron una ofensiva completa contra Vietnam del Sur. El ataque, largamente preparado bajo supervisión del propio Ho Chi Minh (un experimentadísimo revolucionario educado entre Francia, la URSS y China) y del general Vo Nguyen Giap (el leal creador de su ejército), perseguía el colapso del gobierno de Saigón.

Casi todas las ciudades del sur fueron atacadas por tropas del norte infiltradas por el flanco, a través de Camboya, que se centraron en un gran número de unidades militares y oficinas del gobierno. Incluso hubo seis horas de combate en el recinto de la embajada de Estados Unidos, que fue atacada por el Viet Cong. Los comunistas también realizaron una serie de asesinatos de jefes civiles y militares y sus familias, en procura de desmoralizar a la población de Vietnam del Sur.

De esa época data una de las fotografías más emblemáticas del conflicto, cuando el 1º de febrero el jefe de Policía de Vietnam del Sur mató de un tiro en la cabeza a un guerrillero del Viet Cong detenido, ante cámaras de televisión y el fotógrafo Eddie Adams, de la agencia Associated Press (AP).

La enorme base aérea estadounidense de Khe Sanh, cerca de la frontera entre ambos países, fue cercada por los comunistas, al estilo de lo que habían hecho con los franceses en Dien Bien Phu en 1954. Pero los estadounidenses apisonaron a los atacantes desde el aire y lograron romper el cerco después de 77 días de combates.

El Ejército de Vietnam del Sur y los estadounidenses reaccionaron con prontitud. Mediante grandes dosis de violencia, fueron desalojando a los comunistas de las ciudades en las semanas siguientes. 

Los estadounidenses tenían una gran superioridad material, sobre todo en el aire, y resistieron bien. El ejército de Vietnam del Sur no se derrumbó. Después de febrero, estaba claro que la ofensiva había fracasado, con enormes bajas entre los atacantes.

La ofensiva del Tet terminó con un completo triunfo militar del sur y los estadounidenses, como ocurrió en casi todos los enfrentamientos de esa guerra. 

Pero esa victoria militar se convertiría gradualmente en una grave derrota política. La opinión pública de Vietnam del Sur y de Estados Unidos comenzó a cuestionar la guerra. ¿No era que estábamos ganando? ¿No era que el Viet Cong había sido apaleado casi hasta la extinción, y que los comunistas no eran capaces de montar ataques a gran escala?

Lo peor eran las perspectivas. Las luchas del Tet señalaron que, inequívocamente, las tropas estadounidenses deberían permanecer por larguísimo tiempo en Indochina, como policías, si querían asegurar la supervivencia del gobierno de Saigón. No podían atacar a Vietnam del Norte, para acabar con el núcleo del problema, salvo mediante bombardeo aéreo, pues eso podría significar una guerra directa con chinos y soviéticos.

La gotera de muerte y el enorme gasto militar proseguirían. Eso era mucho más de lo que los estadounidenses esperaban.

Próxima y última nota: Una guerra en punto muerto, la “vietnamización” empujada por Nixon, el retiro estadounidense y el derrumbe de Vietnam del Sur en 1975.

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