Enrique Rubio, senador de la Vertiente Artiguista y exdirector de la OPP

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"El último de la vieja guardia" del Frente Amplio que se despide del Parlamento

El senador de la Vertiente Artiguista es uno de los nueve dirigentes que quedan de los que estuvieron en la fundación del FA en 1971 y pretende sellar su retiro del Parlamento
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26 de noviembre de 2023 a las 05:04

En primera fila, en el centro de una colmada antesala del Senado, se sientan los titulares de la flamante Mesa Ejecutiva. A la cabeza está Zelmar Michelini y acompañan nombres como los de Francisco Rodríguez Camusso, Rodney Arismendi, Juan Pablo Terra, José Pedro Cardoso y Héctor Rodríguez

Varias decenas, algunos de ellos jóvenes, se sientan a la misma mesa en las filas de atrás. También ellos serán fundadores del Frente Amplio en esa tarde del 5 de febrero de 1971. Más de medio siglo después solo quedan nueve: Carlos Baraibar, Federico Martínez, Jorge Molinari, José Luis Sancho, Carlos Fasano, Fernando Manta, José Díaz, Alberto Della Gatta y Enrique Rubio

"Soy el único de los que está en el Parlamento que estaba", recuerda el senador de la Vertiente Artiguista. El próximo 5 de diciembre va a presentar su renuncia a la banca, según confirma a El Observador, y espera que esta vez la salida sea definitiva. 

"Es un problema de decimales. Cuando cumplí los 70, dije: 'Me voy'. Renuncié al mismo tiempo a la presidencia de la Vertiente y a la candidatura del Senado", cuenta ahora a sus 80 años.

La lista 77 del exintendente Mariano Arana sufrió en 2014 un duro revés cuando en su alianza con el sector del entonces prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, quedó fuera del Parlamento por primera vez desde su fundación en 1989. 

Enrique Rubio, senador de la Vertiente Artiguista y exdirector de la OPP

Rubio volvió del retiro en 2019 tras la renuncia de José Bayardi a la presidencia de la Vertiente para asumir como ministro de Defensa, y un acuerdo de ingeniería electoral con listas espejo con el Baluarte Progresista de Humberto Castro le otorgó dos senadores en lo nacional, aunque ningún diputado en los departamentos. 

En un período en que por distintas razones fueron dejando sus bancas los históricos José Mujica, Danilo Astori, Eduardo Bonomi y Lucía Topolansky –con quien supo hacer dupla en otra legislatura para negociar con blancos y colorados los cargos que requerían venia–, Enrique Rubio pasaría a ser, al decir de la propia Topolansky, "el último de la vieja guardia". 

El veterano

"Lo  he dicho siempre y lo repito. Aprendo de los más veteranos no solo porque me interese sino porque entiendo es una obligación intelectual. Me enriquece hacerlo. Y en el caso del 'Pelado' Rubio, formado en la escuela de los GAU con gente como Héctor Rodríguez... ¡por favor!", dice el precandidato Yamandú Orsi a El Observador

Mientras pavimenta su rumbo a las elecciones de 2024, el intendente de Canelones suele mencionar al senador de la Vertiente entre sus consultas frecuentes. "A veces uno simplifica y asocia veterano con viejo. Nada más alejado en este caso. Enrique es de esos compañeros actualizados, que tratan de aprender de las nuevas tendencias de la sociedad, la economía, la ciencia. Enrique, Marcos (Carámbula), Pepe (Mujica) claro…. compañeros que hay que escuchar siempre", plantea Orsi. 

Nacido en 1943, Rubio hizo escuela rural y se crio en la ciudad de Florida. "El mundo rural no me es ajeno en nada. Mujica lo ha entendido... pero a muchos compañeros les ha costado. La izquierda es muy metropolitana. Aunque después del cimbronazo último no hubo mejor idea que la de Fernando Pereira del FA te escucha. Sacar a toda la barra de Colonia y Ejido y recorrer el país", dice.

Enrique Rubio, senador de la Vertiente Artiguista y exdirector de la OPP

Docente de historia, se instaló en Montevideo en el Complejo Bulevar, para cuya construcción frente a la Escuela Militar hace 50 años fue fundamental el obispo Carlos Partelli. "En esto de ser fundador de tanta cosa...", bromea Rubio mientras muestra las instalaciones en que todavía reside.

Estuvo en la fundación de los Grupos de Acción Unificadora (GAU) a fines de los 60', con el dirigente textil Héctor Rodríguez a la cabeza, un histórico para la izquierda a quien reconoce haber trasladado "la idea de la unificación sindical al campo político". "Cuando había una multitud de centrales, distinguieron lo programático de lo ideológico. Diversidad en lo ideológico, pero unidad en el programa", resume.

En un operativo policial por liceos durante la Huelga General contra el golpe de Estado de junio de 1973, Rubio cayó preso por primera vez. "Marché. Y a las 24 horas, cosa insólita, me largaron con tres o cuatro más. Porque (el exinspector Víctor) Castiglioni tenía el fichero anterior y no me tenía identificado. Zafé en julio, pero en setiembre se actualizó el fichero", relata.

Cumplió los 30 en la cárcel de Punta Carretas. 

Ya en libertad, volvió en 1977 al pago para desempeñarse en la actividad agropecuaria con su padre. A la salida de la dictadura sería parte de la formación de la Izquierda Democrática Independiente (IDI), en la que confluyeron sectores varios, entre ellos los GAU, para evitar la dispersión en el retorno a las urnas. Rubio fue en esa fecha parte de una delegación formada por Héctor Rodríguez, José Colombo, Daoiz Uriarte y Martín Ponce que visitó al recién liberado Líber Seregni. 

Visita de una delegación de los GAU al recién liberado Líber Seregni. Captura del video de José Luis Díaz, cuando Enrique Rubio saluda al general

No fue hasta 1989, en unos comicios signados por el alejamiento de Hugo Batalla y del Partido Demócrata Cristiano de la coalición de izquierda, que se formaría la Vertiente Artiguista, con la lista 77 que al siguiente período postularía a Mariano Arana a la Intendencia de Montevideo. 

Su carrera política en esas filas lo llevó a ser electo diputado en 1994, senador en las dos elecciones consecutivas y una vez más en 2019. Tabaré Vázquez lo designó a la mitad de su primer mandato al frente de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), y el politólogo Óscar Botinelli vaticinó entonces que sería "una tercera línea del medio", sin una orientación "tan propia y tan autónoma" como las encarnadas por Danilo Astori en el Ministerio de Economía y el socialista Reinaldo Gargano en la cancillería.

La Vertiente nunca logró la tracción electoral ni el peso decisivo de varios de sus socios, y nunca pasó de las dos bancas en el Senado en las siete contiendas a las que se presentó y un máximo de cuatro diputados electos en 1999 y 2004.

Rubio se bajó en 2009 de competir en las internas pese a que su nombre, junto al de Mujica, Astori, Carámbula y Daniel Martínez, había sido votado en el Congreso, y tres años más tarde quedó tercero en las elecciones para presidir el Frente Amplio en las que compitió con la ganadora Mónica Xavier, Ernesto Agazzi y Juan Castillo. 

Precandidatos autorizados por el Plenario del FA en 2009

En pleno proceso de recambio, la 77 se abrió de las negociaciones que desembocarían en la Convocatoria Seregnista Progresistas –que juntó a astoristas con Mario Bergara y varias agrupaciones socialdemócratas– y cerró una alianza para llevar al emepepista Orsi a la presidencia de la República, y así lo valora hoy el intendente de Canelones: "No me olvido que a comienzos de año, aún con Mariano presente, la Vertiente fue el primer sector en hacer explícito el apoyo a mi candidatura. Y me consta que Enrique fue un compañero clave en eso".

Rubio encabezó en este período dos interpelaciones y pidió varias renuncias, como la de Luis Alberto Heber tanto al Ministerio de Transporte como a Interior, la de Álvaro Garcé a la Secretaría de Inteligencia y la de los jerarcas de OSE Raúl Montero y Susana Montaner por la crisis hídrica. 

"Intelectual de izquierda"

"Puedo decir con orgullo que fue uno de mis profesores. Un intelectual de izquierda en el Parlamento es un privilegio que deberíamos reconocer", declara a El Observador el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira. El exsindicalista desembarcó hace 27 años en la Vertiente Artiguista de la mano de Juan José Bentancor y tuvo sus primeros acercamientos con Rubio, Arana, Eduardo Brenta y Edgardo Ortuño. 

Oriundo de Jacinto Vera, Pereira recuerda en su historia haber sido invitado al Complejo Bulevar "más de una vez" para "conversar cosas de una profundidad alarmante", desde autores internacionales hasta la unidad de la izquierda y la pobreza.

Autor de varios libros, la estantería de Rubio está repleta de títulos en francés, idioma casi excluyente en su época para hacer carrera de profesor. 

Enrique Rubio, senador de la Vertiente Artiguista

–Tiene como referentes a intelectuales. ¿Cómo ve eso dentro del FA? Siempre se dice que ha perdido a esos viejos cuadros, el dirigente formado, en detrimento del puntero que junta votos y hace el trabajo de hormiga en el territorio. 
–El FA ha tenido varias renovaciones programáticas. La clave es la del '84, con Danilo a la cabeza. Y después hubo otras, con el ejercicio del gobierno como la gran renovación y choque con la realidad en el gobierno. Desde el punto de vista de los cuadros el problema es que el gobierno absorbió al partido. Es una experiencia universal. No hubo capacidad para formar cuadros nuevos durante mucho tiempo. El período en que se ha formado más gente es este, el tiempo de la oposición. Nunca hicimos mejor un mejor programa que este, porque ahora conocemos mucho más y antes teníamos una enorme ignorancia del funcionamiento complejísimo del Estado. Y a pesar de que se ha hablado de un divorcio entre la academia y la elite política, hay una enorme cantidad de gente formada –y en las ciencias duras, no solo en política– que está trabajando en programa.

–¿No teme a la fragmentación dentro del FA?
–No, porque la diversidad ideológica bajó. El espectro se angostó. Primero había una discrepancia estratégica entre la línea de la guerrilla y la de llegar por la vía electoral, y una de las dos terminó integrada en la otra. Segundo, porque la caída del Muro de Berlín y la implosión del socialismo real llevaron a suavizar los extremos. Y al mismo tiempo el ejercicio del gobierno introdujo una dosis de realismo muy importante. Y mucho de lo que aparece como que eclosiona son juegos de artificio más vinculados a pujas electorales que a diferencias ideológicas.

Rubio reivindica que "en Uruguay hay izquierda y derecha", aunque los extremos de cada una son "marginales". "No es Argentina ni Brasil, tiene una gradación que no debe perder, que permite conjugar oposición y articulación".

El senador remarca sus diferencias con el gobierno de Lacalle Pou, pero aclara: "Esta es una derecha gradualista. Discrepamos fuertemente con las decisiones que van más allá del gradualismo, como (el contrato en) el puerto de Montevideo. Pero no hay políticas de shock. Es lo que entendió Lacalle hijo versus Lacalle padre"

A casi 53 años de la unidad de la izquierda, teme por los cambios de paradigma: por "la temporalidad del instante y no la idea del proceso", para una izquierda "que se ha fundado en la idea del proceso"; "el mundo que se encogió" y tiene en la "demanda algo vinculado a cómo viven los que viven mejor"; y "la precariedad de los vínculos, tanto de los personales como los de adhesión partidaria". 

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