Acá hay un mandato de la fuerza política que gana el gobierno. En el programa hay líneas claras en términos generales de telecomunicaciones, en un segundo orden algunas apuestas vinculadas a las empresas públicas y luego referencias más explícitas a Antel. Es un lineamiento político. Creo que pueden haber influido un poco para venir la experiencia previa en materia de gestión en la Administración Central, haber sido director general del Ministerio de Educación y Cultura durante cinco años, y luego la experiencia en la OPP que te vincula a una cuestión más presupuestal y de seguimiento de empresas públicas. Estamos contentos en cómo se viene trabajando a nivel del Directorio. Hay complementariedad, hay claridad. Alejandro (Paz), el presidente, es una persona que conoce mucho a la empresa y al rubro. Así que también aprendo bastante.
¿Por dónde pasan los principales ejes estratégicos en este quinquenio?
Hay dos niveles. Uno el que uno se pondría a pensar, si estuviera solo en una empresa de telecomunicaciones en medio de la cuarta revolución industrial ¿qué me gustaría hacer? Y después como en el fútbol, armás el cuadro y te dicen: ‘pero el otro juega’. Hay modificaciones en el contexto que te llevan a reacomodar esa estrategia que uno pensaría solo. Antel tiene que evolucionar de una empresa de telecomunicaciones a una empresa de telecomunicación y tecnología. Hoy las telecomunicaciones, la infraestructura, los datos son casi un commodity. Se compite por precio, no hay una gran diferenciación en el producto.
Y no es lo mismo pensar una empresa privada que una pública. Una empresa pública tiene otros compromisos. Conectividad para todos los uruguayos en donde estén es como una obligación. Cuando se piensen los próximos planes de construcción de viviendas, deberían pensar también ya la disposición física de las casas. Tenemos desafíos en llegar con 5G a todo el país, hoy tenemos cobertura en los 19 departamentos. Nos quedan dos pueblos con más de 1.000 habitantes para llegar con esta tecnología, unos 9 pueblos con menos de 1.000 habitantes. Y queremos llegar a los 100 pueblos de entre 100 y 500 habitantes en este período. Una empresa privada no tiene por qué dedicarse a eso, porque no genera una rentabilidad ir a invertir ahí. Y ese es el desafío en un sistema que compite de una forma diferente entre una empresa pública y una privada. Eso implica generar nuevos servicios digitales, inteligencia artificial, internet de las cosas, mejor data center y modificar cuáles son los servicios que ponés a disposición. Entonces, ahí implica mayor vinculación de Antel con el sector productivo del país.
También ayudar a que el resto de la administración del Estado incorpore tecnología. Ya estamos convocando a mesas de trabajo con los ministerios, también a los gobiernos departamentales y municipales, y articular con sectores productivos diciéndoles: ‘estas son las cosas que Antel’, ¿qué se está necesitando? Pensemos en conjunto soluciones’. Porque la tecnología no es neutra.
Otro componente tiene que ver con el personal de Antel, que ha tenido un incremento de la productividad exprimiendo el talento. El talento es el de todos los trabajadores y trabajadoras. Hemos tenido una merma en la cantidad de trabajadores, unos 1.230 menos entre 2019 y 2024. Muchos de ellos tienen alto nivel de calificación en el componente más tecnológico de Antel. Ahí se habla como pérdida de talento. Yo creo que hay que retener talento, hay que atraerlo y permitir que se muestre.
¿Cómo definiría el marco regulatorio en el que está inmerso Antel para enfrentar esos desafíos que menciona?
Hoy el marco regulatorio transforma el contexto en que Antel trabajaba. Si uno compara en una evaluación política cómo ha sido el desempeño financiero en el periodo anterior, encuentra una empresa sana, sin deudas, con caja, una empresa que ha reducido más o menos un 32% su nivel de inversiones promedio entre el 2020-2024 comparado con el periodo anterior. Lo que pasó es que le pusieron un freno a la empresa, permitiste perder capacidades, no fuiste a la velocidad que entendemos que se tendría que haber ido en materia de inversiones y tenés un cambio regulatorio que genera competencia en un sector que no tenías al habilitar a los cableoperadores. Así que cualquier cliente que ellos ganen, casi que directamente vos lo perdés.
Es una decisión política que tomó la administración anterior y afecta a Antel poderosamente. Además, tenés el ingreso de un nuevo actor (por Tigo que compró Movistar) en un sector en el que ya estabas en competencia, y que lo estamos estudiando. Hemos visto que viene entrando con fuerza en la región, que ofrece más cosas que las que uno puede pensar exclusivamente la conectividad, que tiene productos que son exclusivos, que son propios. Probablemente nos va a servir como una buena excusa para darle ahora un impulso al freno que tuvimos en la etapa anterior.
Pablo Álvarez, vice presidente de Antel.
Foto: Leonardo Carreño
¿Lo ven como un competidor fuerte a Tigo?
Hoy Antel tiene el 50% del mercado de telefonía móvil, y el otro 50% se mueve. Es probable que la mayor competencia la pueda tener con la otra empresa (Claro), pero también va a competir con Antel. Entonces, Antel tiene que vender no solamente una buena calidad de servicio, sino que también tiene que competir desde el punto de vista del compromiso que tiene la ciudadanía, que si le va bien a la empresa pública, permite también invertir en otras cosas. Eso para mí es una marca también, los uruguayos en general quieren a sus empresas públicas, pero hay que transformarlo en un valor. Hay que ver cómo se posiciona (Tigo), creemos que será de alguna forma agresiva, porque lo ha demostrado. Invierten mucho en marketing y en segmentación de mercado. Cuando uno se planta en la cancha, en el vestuario hay que estudiar también cómo va a jugar el otro. Creo que Antel tiene condiciones para seguir sosteniendo su liderazgo en el mercado y tenemos que desafiarnos en el otro sector.
Ha trascendido que Tigo puede llegar a tener interés en transmitir el fútbol uruguayo. Antel ya ha dado algunas señales con la incorporación de fútbol femenino y handball en su contenido. ¿Está entre las prioridades de Antel tener ese contenido en las plataformas de Antel TV?
Uno de los desafíos que tenemos es potenciar los contenidos que Antel brinda a través de Antel TV. Y el fútbol en Uruguay es un contenido premium. Si querés competir en contenido, tenés que tenerlo. Así que Antel tiene muchísimo interés en seguir manteniendo la posibilidad de tener el fútbol. Hoy se tiene a través de otra plataforma (Disney), pero para nosotros es muy importante. Cuando eso termine, de la forma que termine (N. de R: la entrevista fue previa a conocerse que no hubo acuerdo entre AUF y Tenfield para renovar el contrato) veremos cómo Antel se pone a jugar. Nos interesa, primero porque es un contenido que la gente en general quiere ver en Uruguay. Y si me preguntas qué me gustaría sin saber qué otros actores hay, yo quisiera tenerlo con exclusividad en mi sector. Sin duda. No sé si voy a poder, no creo que pueda.
¿Van a empujar para eso?
Antel tiene que empujar para tener ese contenido, el fútbol femenino, handball y ver si podemos promover otros contenidos, deportes y producción propia. Tenemos que hacer que la gente sepa que existe Antel TV, volver a ponerlo en la sociedad. Tenemos que salir a promover el Antel Box, que facilita mucho el acceso a otras plataformas. Todo lo que vaya por arriba de internet es parte de los nuevos negocios, y los contenidos es uno de los sectores importantes.
Hace poco se decidió no renovar el contrato que había con los tres canales privados para transmitir sus señales en Antel TV por celulares. ¿Se van a renegociar los términos de ese acuerdo?
Cuando uno hace un negocio, hay varios resultados que debe ver. Uno: que dé ganancias. Pero a veces podés ir a pérdida porque pensás que te beneficia en otros términos. No parece que este negocio haya sido generador de mayores ingresos para Antel. ¿Cuál es la otra razón de ir más o menos a pérdida? Que le pregunten a los que lo hicieron. Y hay condiciones tecnológicas que para nosotros no están buenas, por ejemplo, que no se pueda castear y trasladar a pantallas grandes. La población que ve los informativos es en general la de mayor edad, que no tiende a ver en pantalla pequeña. Ahí tenés un choque entre personas interesadas y servicios dados. Sin resolver eso, Antel debería no darse el lujo de tener servicios que no puedan verse en múltiples pantallas.Otra razón puede ser de conveniencia comercial. Los contenidos de los informativos, que son seductores para parte importante de la población, me gustaría tenerlos, pero vamos a renegociar las condiciones de las partes. Si lo puedo tener, me parece bien. Así como estaba, se terminó.
¿Qué montos se pagaron en ese acuerdo?
Eran US$ 1.200.000 anuales por canal durante tres años en pagos cuatrimestrales. Ya se hizo el último pago, hasta agosto tenemos esos contenidos en Antel TV en las condiciones actuales.
Pablo Álvarez, vice presidente de Antel.
Foto: Leonardo Carreño
¿Qué evaluación hace hasta el momento de la portabilidad numérica en el mercado?
La portabilidad numérica generó una discusión fuerte, pero los resultados, por lo menos para Antel, no fueron de alto impacto. Perdimos 67.000 clientes y ganamos 62.000, un saldo neto de 5.000. Claro aumentó casi 30.000, 40.000. y Movistar perdió 30.000 y algo en saldo neto. Y Antel también ganó clientes, le permitió quizás transformar su portafolio entre clientes que tienen diferentes contratos.
En el período pasado hubo una campaña publicitaria fuerte de Antel ¿Van a continuar en esa línea para atraer más clientes?
Tenés que hacer campañas publicitarias, somos una empresa que está en competencia. Y una buena parte del partido se juega ahí. Hasta ahora no he descubierto casi ningún negocio en que te digan cuánto de lo que vos metés en eso luego termina repercutiendo en nuevos clientes o no. Lo que sí sé es que si no voy para ahí, probablemente pierda. No veo razones para ir a la baja y menos con un competidor que parece ser bastante agresivo en ese sector (por Tigo).
El instructivo que baja desde OPP para la elaboración del presupuesto está en sintonía con los desafíos que plantea?
Estamos en competencia y hay condiciones que nos diferencian de otras empresas públicas. Si pienso en los niveles de inversión, que estamos en el orden de los US$ 150 millones al año, y miro lo que quiero hacer, no veo elementos disruptivos, pero creo que tengo que potenciar mi inversión. Porque estoy en competencia. Lo mismo desde el punto de vista de la cantidad y la calidad de puestos de trabajo. Antel no puede seguir perdiendo personal, necesita como mínimo mantenerse y ganar, porque también si vas a hacer nuevas cosas probablemente necesites mayores capacidades. Entendemos que el instructivo es genérico, que se adecua a la situación económica del país, pero también sabemos que Antel, funcionando bien, aporta al país y no solo a Rentas Generales como forma directa.
Tenemos casi el 82% del mercado en lo que es internet de las cosas, muy concentrado en un sector. Eso capaz que necesita mayores niveles de inversión. Voy a tener una reunión con Colonización la semana que viene, que también es un lugar para experimentar, en esta idea de tener mesas de trabajo con actores para ayudar a vincular producción con tecnología y conectividad. El 5G ofrece alta velocidad, baja latencia, conectar más puntos, puedo meter tecnología en la producción, en la administración política, en la salud pública, tener medidores a nivel de calle que evalúen la calidad del aire, la temperatura, y después con analítica saber si eso no me está provocando necesidades en el primer nivel de atención porque va a tener un aumento en la gripe.
¿La inversión y la incorporación de recursos humanos son dos aspectos que van a pelear ahí?
Los términos no son pelear. Es convencer. Antel es la empresa que se posiciona mejor frente a los desafíos de la cuarta revolución industrial que el mundo nos impone.
La oposición y varios economistas, como el actual ministro Gabriel Oddone, cuestionaban que en los gobiernos del Frente Amplio las políticas tarifarias de las empresas públicas no siempre estaban al servicio de sus intereses sino a las necesidades de recaudación de la administración nacional.
Me leí el libro El Despegue y saqué apuntes sobre todas las interpretaciones que están planteadas allí sobre el rol entre el Ministerio de Economía y Finanzas y las empresas públicas. Parte de lo que dice ahí lo comparto plenamente y cuando vamos a dialogar me posiciono desde el lugar que indica el libro de mi ministro de Economía.
En ese libro Oddone considera al Antel Arena como un ejemplo de decisiones que “que parecen haber estado más atadas a circunstancias políticas coyunturales que a aspectos relacionados con el cometido y los objetivos” de Antel, con “fundamentos en el mejor de los casos cuestionables desde un punto de vista estrictamente del negocio en cuestión”. ¿Cómo lo ve?
Es un diferencial para Antel. Cualquier empresa del rubro quisiera tener una Antel Arena, porque mira el mundo y es más o menos lo que hacen. Las formas en que se procedió políticamente a discutir esto no tiene nada que ver con la utilidad. La sociedad ya se lo apropió, la cadena de espectáculos y los que hacen ferias también. Ahora estamos en esa etapa en que Antel se apodere del Antel Arena como un activo fundamental que tiene, y tenemos que potenciarlo para que rinda mejores beneficios a la empresa pública.
¿Qué quiere decir potenciar?
En el 2024 tuvo alrededor de unos 100 eventos y el resultado neto de ingresos fue de US$ 2.600.000. No he accedido a la información de cuánto tiempo inutilizado tengo el Antel Arena para montar y desmontar un espectáculo, entonces no sé si se puede aumentar esos 100 a 150, o no. Pero también falta terminar obras, hacer más cosas, que Antel tenga más días de uso a su libre disposición, que forme parte de nuestro servicio, que no se sienta como algo que solamente porta su nombre.
¿Se están planteando un cambio cuando venza el acuerdo con el gerenciador privado (ASM Global) que maneja el Antel Arena?
El contrato va hasta fines del 2025.Si la decisión del que está es quedarse, podés discutir una cosa, y si su decisión no es quedarse, tenés que discutir otra. Ahí hay que evaluar los números. Pero sin duda vamos a estudiar de qué forma el Antel Arena es mejor para los cometidos actuales.
Pablo Álvarez, vice presidente de Antel.
Foto: Leonardo Carreño
Hay una corriente en el Frente Amplio de discutir la soberanía digital y la propiedad de los datos. ¿Desde el gobierno están pensando en alguna iniciativa de ese tipo?
Con la cuarta revolución industrial, la soberanía digital es un tema que se puso arriba de la mesa de forma potente. Tradicionalmente con la geopolítica se pensaba en el control del mar, de la tierra y del aire. Hoy, las telecomunicaciones también son parte. Uruguay es un ejemplo en cómo organizó su infraestructura: no hay una dependencia exclusiva de Estados Unidos y China. Hay un tema de soberanía de infraestructura para darte conectividad, como los cables submarinos. Y además te generan mejores condiciones para competir con otros. Y luego están tus datos y el desafío de los data centers. La forma más primitiva de pensarlo es una caja de zapatos llena de pendrives, un disco duro gigante, pero uno tiene que ir creciendo sobre eso montando otros servicios: capacidad de guardado y seguridad, capacidad de cálculo, inteligencia artificial. Y si vas a desarrollar con inteligencia prestada, es parte de la soberanía que tus datos estén alojados en el país. Uruguay tiene muy buenas capacidades para esto y me animo a decir que hay que pensarlo en clave regional. Cuando ves los niveles de inversión en IA, países que multiplican por diez nuestro PBI, ahí no competís. Pero puede haber una tecnología disruptiva que por mucho menos que te permita niveles muy parecidos.
¿Están pensando en una ley?
Creo que el Parlamento tiene que asumir este tema y pensar una ley de soberanía digital. Se van a atravesar discusiones: la internet libre, internet justa, "embajadas de datos". Algunos países discuten sus centros como oficinas diplomáticas: un país le ofrece a otro para que aloje información crítica, le asegura infraestructura y estabilidad política, pero se maneja bajo la ley del país de origen. En medio de un conflicto, si soy víctima de un ataque masivo de ciberseguridad, si estoy alojado en otro país tengo capacidad de volver a mi información. El data center de Antel debería alojar toda la información del Estado, porque hoy es el más seguro. Y si va el Estado, va el privado. Tenemos una sala prácticamente vacía en el data center de Pando. Y aprovechar salas ociosas del cobre desmantelado, que tienen buena refrigeración, están cerca de zonas pobladas donde vas a tener consumo de datos y sirven para el cloud edge, mejorando servicio y seguridad de datos críticos.
¿Para los derechos del Mundial 2026 ya hay algo?
No. Pero si ponés otros deportes –las Olimpíadas– estamos sentados en la mesa. Ya se tuvieron antes. Potenciar nuestro Antel Box es mejorar contenidos. Y si sobre esos contenidos podés poner producción, mucho mejor.