Leonardo Carreño

Corredora De Baeremaecker y Perera: empleada acusada de estafa por US$ 3 millones apuntó contra los dueños

Admitió que hizo maniobras ilícitas pero justificó que era por orden de los dueños de la corredora

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15 de septiembre de 2022 a las 05:03

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A casi un año de las primeras denuncias y con los perjuicios de su enfermedad a cuestas, la empleada señalada por haber estafado por cerca de US$ 3 millones a clientes de la corredora de bolsa De Baeremaecker y Perera declaró casi tres horas en fiscalía de Delitos Complejos. Según reconstruyó El Observador, en la audiencia admitió haber hecho maniobras ilícitas, pero aseguró que esto era ordenado por los directores de la empresa y apuntó al departamento contable de la firma. 

Según la empleada, los problemas comenzaron hace más de 10 años cuando en el mercado financiero se desplomó el índice Standard & Poors y a raíz de eso muchos clientes perdieron gran parte de su dinero. Eso, de acuerdo a su relato, nunca se les comunicó por orden de los directores. "Vos no digas nada, esto lo vamos a recuperar", expresó que le habían dicho en ese entonces. 

A partir de eso, ella comenzó a mentir en los estados de cuenta y hacía una "calesita" con el dinero. Es decir, cuando tenía que reportar a cada cliente el estado de cuenta, pasaba dinero de una cuenta a la otra para que no se notara el faltante. Lo mismo sucedía con los reportes a la Dirección General Impositiva (DGI). La mujer se manifestó arrepentida y declaró que consideró suicidarse. Su declaración se había visto demorada porque viene cumpliendo con quimioterapia para tratar un cáncer. 

Desde la corredora de bolsa afirmaron que no tuvieron ningún rol en la estafa y no tenían idea de las maniobras de la empleada, pero ella los señaló como los principales culpables. Advirtió que no tenía firma de cheques –razón por la que se le hubiera dificultado armar la calesita sin la ayuda de alguien que sí la tuviera– y que el cambio que utilizaban como cuenta corriente mandaba las facturas electrónicas con los movimientos directo a la corredora. De esa manera, declaró la mujer, tanto los directores como la parte contable de la empresa tenían que saber que ella tenía ese tipo de manejos. 

La declaración fue en presencia del fiscal Gilberto Rodríguez, las adscriptas Gabriela Gómez y Silvia Monzón y contadores del equipo multidisciplinario que analiza el caso. Fue Gómez quien, ante la declaración de la empleada, preguntó el nombre del responsable contable de la empresa. 

Aún así, la fiscalía hasta ahora no citó a declarar a las autoridades de la corredora de bolsa –que en muchas de las denuncias de los ahorristas son los únicos señalados–. Ahora, el grupo interdisciplinario que trabaja en el caso analizará las declaraciones de la empleada y determinará los pasos a seguir. 

Según consta en varias de las denuncias, algunos ahorristas manifestaron haber ido a la empresa por su respetada reputación y sus años de desarrollo en el mercado. Jorge Barrera, defensor de un grupo de ahorristas, dijo a El Observador que esta declaración "significó un avance importante en la causa". "Lo valoro mucho. Esperemos que continúen con el resto de los denunciados, porque no se puede cortar por el hilo más fino en daños que afectaron gravemente a víctimas que represento", aseguró. 

El fiscal deberá analizar, en base a las evidencias, si formaliza solo a la "empleada infiel" por estafa y/o lavado de activos, o si también incluye en su acusación a los responsables de la empresa. Según supo El Observador, la corredora de bolsa llegó a acuerdos económicos con algunos de los ahorristas (razón por la que desistieron de hacer una denuncia penal) y tuvo conversaciones con varios otros. 

Para que en estos casos se constituya un delito penal, tiene que poder probarse que existió dolo en el proceder del imputado. 

¿Cómo ocurrió la estafa y cómo eludió los controles?

Si bien la "empleada infiel" trabajaba en De Baeremaecker y Perera desde hacía 16 años, los corredores de bolsa manifestaron en un comunicado que ella no era empleada sino que oficiaba de introducing broker. En el mundo de las finanzas, esa figura describe al intermediario que deriva clientes a una empresa de corredores de bolsa, con las que firma un contrato. Si bien la compañía es quien opera la cuenta, las ganancias se dividen. 

El abogado Carlos Balbi, que defiende a la acusada, dijo a El Observador a principios de este año que ella era empleada de la empresa, al punto que cobraba sueldo, salario vacacional y marcaba horario. 

De acuerdo a la denuncia que presentaron los abogados Jorge Díaz y Leonardo Costa, en representación de la firma, la empleada se quedaba con el dinero de inversionistas de diferentes formas.

Por ejemplo, señalaron que retiraba dinero (en efectivo o cheques) sin una orden de los ahorristas ni comprobantes firmados. También que había armado una suerte de "calesita" en la que, por ejemplo, cuando debía depositar un cheque de la empresa para pagar a algún cliente en otro país, ella retiraba el dinero y saldaba deudas con clientes uruguayos que esperaban los intereses producto de la inversión que habían hecho.

Por otro lado, sostuvieron que hubo clientes que realizaron depósitos en la cuenta de un cambio —que funcionaba como intermediario entre De Baeremaecker y Perera y sus clientes— pero eso nunca llegó a la cuenta de los corredores de bolsa. En algunas oportunidades, según la denuncia, la involucrada recibió cheques y letras de cambio de clientes pero, en lugar de ingresarlos a las arcas de la empresa, los cobró para ella en el cambio. Este martes la empleada dijo en audiencia que la corredora recibía la factura electrónica de todas las transacciones.

A su vez, —según Díaz y Costa— la mujer retiró dinero de transferencias que se hicieron desde el Banco Central a la cuenta en el cambio, pero a nombre de clientes de la corredora. 

Balbi dijo a principios de año a El Observador que su defendida era empleada dependiente de la empresa y no una bróker externa (agente que acerca clientes a los corredores de bolsa) como expusieron en su demanda. "Cobraba sueldo, salario vacacional, marcaba horario, todos los días iba a trabajar a la oficina. Estaba sometida a órdenes y directivas (...) Como ella era jubilada bancaria, estaba en negro", señaló. 

 

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