El príncipe Felipe murió el pasado 9 de abril a los 99 años, lo que para buena parte de los británicos significó el fallecimiento de una figura que había estado presente a lo largo de toda su vida. Sin embargo, para la juventud de ese país, que tiene una postura más crítica con respecto a la monarquía que sus mayores, la muerte del duque de Edimburgo marca la desaparición de una figura central dentro de una institución obsoleta.
"Me sentí muy triste cuando me enteré de la noticia", contó Megan Stevens. Para esta estudiante de 22 años ha fallecido una figura "histórica" con la que "creció", a la que "respetaba" y sobre la que había "estudiado en la escuela".
El duque de Edimburgo, que habría cumplido 100 años en junio, estaba ya junto a Isabel II cuando fue coronada en 1952. Durante casi siete décadas, los británicos sólo han conocido a esta pareja real.
"Era una figura familiar para los jóvenes, es una verdadera referencia que desaparece", dice Isabelle Rivière, especialista en la familia real.
Felipe se interesó especialmente en ayudar a los jóvenes, motivado "por su difícil infancia", durante la cual fue llevado de un lado a otro de Europa sin sus padres tras exiliarse de Grecia.
"Habiéndolo seguido mucho en sus viajes, me sorprendió mucho la atención que prestaba a los jóvenes, el tiempo que pasaba con ellos", afirma esta experta.
Este interés se plasmó en el premio Duque de Edimburgo, un programa internacional que acompaña desde 1956 a adolescentes y jóvenes adultos en sus proyectos.
Pero no todos los jóvenes comparten esta adoración.
Las televisiones británicas sufrieron caídas de audiencia durante las ediciones especiales sobre la muerte de Felipe, al que "algunos adoraban y otros no querían en absoluto", según James Casey, de 22 años.
La BBC recibió decenas de miles de quejas por su excesiva cobertura del acontecimiento.
Según Eir Nolsoe, analista del instituto demoscópico YouGov, los jóvenes tienen una opinión más negativa (37%) que positiva (31%) del príncipe Felipe" y los de entre 18 y 24 años son la categoría en la que "es menos popular".
¿La razón? "Felipe era un hombre muy mayor, que para algunos jóvenes podía parecer desconectado de su mundo", reconoce Rivière.
Otros apuntan a su temperamento y a sus bromas con tintes racistas o sexistas como motivo de esta antipatía.
"Para algunas personas, simbolizaba la unidad, pero para otras simbolizaba cosas horribles de nuestro pasado, como la colonización", afirma Matt Wood, de 23 años.
Este último considera que la monarquía es una "institución extraña". "No creo necesariamente que deba abolirse", dice, "pero si ocurriera no me quitaría el sueño".
Mientras que el 63% de los británicos sigue respaldando el sistema monárquico, sólo el 37% de los jóvenes de 18 a 25 años lo hace, y el 42% prefiere una república, según un sondeo de Yougov realizado en marzo que ilustra los retos a los que se enfrenta la familia real.
"Aunque la monarquía se ha modernizado mucho, la reina es una mujer de 95 años que no está dispuesta a cambiar su forma de hacer las cosas", dice Penny Junor, especialista en la familia real, "y los jóvenes pueden encontrar este sistema anticuado".
En opinión de Rivière, son la "pompa, el boato y las tradiciones" vinculadas a la "pertenencia a la monarquía" lo que "puede parecer un poco anticuado a las nuevas generaciones".
La institución también ha sufrido recientemente explosivas acusaciones de racismo por parte del príncipe Harry, de 36 años, sexto en la línea de sucesión al trono, y su esposa Meghan, de 39.
"Los jóvenes tienden a ponerse de parte de Harry", segunda figura real más popular en el grupo de edad 18-25 años tras la propia reina, dice Nolsoe. "Y se oponen cada vez más a la monarquía", agrega.
Con la próxima llegada de una generación más joven encarnada por Harry y Meghan, pero también por el príncipe William, segundo en la línea sucesoria, y su esposa Kate, la familia real podría encontrar el favor de los jóvenes, aunque sea simplemente para algunos como folclore británico.
"Simplemente me parecen divertidos, es un poco como un reality show", confiesa Adams Yours, de 20 años, que ve, de forma bastante pragmática, otra utilidad para la familia real: "¡También es una gran atracción turística!"
Fuente: AFP
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