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10 de diciembre 2022 - 5:04hs

Los errores en el quirófano comienzan cuando el cirujano se fatiga; y lo que permite la robotización de procesos quirúrgicos es acotar esos errores, explica el médico Juan Manuel Sanguinetti, durante una pausa en el Primer Curso de Cirugía Robótica del Uruguay que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Punta del Este.

Una necesidad que nació en tiempos de guerra, se transformó en un amplio abanico de posibilidades para la medicina civil de hoy, detalla Sanguinetti, quien estima que si se sigue trabajando con este impulso, en unos 10 o 15 años la cirugía robótica será una “técnica de todos los días”.

En el marco del 72 Congreso Uruguayo de Cirugía, se impartió el primer curso de cirugía robótica que contó con la presencia de expertos estadounidenses de la empresa Intuitive, pionera en cirugía asistida por el robot Da Vinci. A juicio del especialista, esa tecnología que está presente en Uruguay podrá utilizarse más en la medida en que se vayan abaratando los costos de este tipo de intervenciones.

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¿Qué conclusiones preliminares pueden tomarse tras la realización de este Primer Curso de Cirugía Robótica?

Fue el primer curso de Cirugía Robótica en Uruguay pero también en la región del Río de la Plata, por lo cual fue una actividad abierta para médicos cirujanos uruguayos de diferentes especialidades quirúrgicas. Y fue un curso que llamó mucho la atención dado el interés y la presencia de profesionales de varios países de la región. Fue la primera vez que los médicos tuvieron la oportunidad de formarse con la empresa del robot Da Vinci. El Da Vinci es el famoso robot cirujano, y la empresa que lo creó vino a Uruguay a formar a los médicos. Estuvieron presentes profesionales de la talla del doctor Edgar Figueredo, que es un cirujano experto en cirugía robótica en Estados Unidos, con una extraordinaria experiencia docente en la Universidad de Washington, en Seattle, reconocida como una de las universidades públicas más grandes de ese país. Figueredo, precisamente, hizo de “proctor”, de instructor en este curso.

Los participantes coincidieron en que una de las principales virtudes del curso es que fue teórico y práctico. Y sobre esto último, con un equipo “in situ”. ¿Ese fue el principal diferencial?

Al principio, cuando pensamos en esta actividad, la veíamos como algo lejano que no íbamos a poder lograr, pero al final se pudo y la gente quedó muy contenta. Con ese aspecto resaltable, además, de que pudimos formarnos, aprender y ensayar con un aparato que sale cerca de dos millones de dólares. Y eso se logró mediante la modalidad “hands on”, o sea que no solo se trataba de conocer y trabajar información teórica, sino también práctica, con la empresa que diseñó este robot.

El Da Vinci está en Uruguay hace unos diez años. ¿Qué es lo novedoso en este caso y cuál es el campo que se abre para un mayor desarrollo de la cirugía robótica en nuestro país?

Efectivamente el robot está hace diez años, pero está subutilizado. Nosotros tenemos que agradecer al Hospital Británico (HB) que abrió las puertas para la formación de los médicos, en particular al doctor Patrick Lyford-Pike que es el coordinador del block quirúrgico del hospital, a la Sociedad de Cirugía del Uruguay que respaldó esta actividad, al comité organizador del 72 Congreso Uruguayo de Cirugía que es un puntapié inicial para el tema que estamos tratando. Porque los médicos no tenían ni siquiera el acceso al robot. Y hoy no solo tenemos el acceso sino la primera formación que va a estimular a que los médicos cirujanos jóvenes sigan adelante con este tipo de cursos y este nivel de formación; y que no se tenga que viajar a Estados Unidos, a Asia o a Brasil, a formarse en cirugía robótica. Hay que decir que nosotros tenemos un robot acá, trajimos a la empresa, generamos el contacto con Intuitive, que desde 1995 viene avanzando en la atención mínimamente invasiva a través de sistemas robóticos. Hay que recordar que esta empresa es pionera en la cirugía asistida por  el robot Da Vinci, y es la que certifica a los médicos. Ahora depende de nosotros fortalecer este vínculo con instituciones privadas y con sociedades académicas, para que este tipo de formación continúe.
¿Y qué expectativas tiene respecto a eso?

Bueno, ya tenemos la tecnología en Uruguay, los médicos nos tenemos que seguir formando, y se tienen que alinear todas estas instituciones públicas y privadas, tanto médicas como académicas, para que esto salga adelante.

¿Qué rol jugó el Laboratorio de Innovación y Simulación de Easylap, que usted coordina en Maldonado? ¿Cuál ha sido el desarrollo de esa iniciativa del Colegio Médico allí?

Con el Colegio Médico del Uruguay, la Unión Médica de Maldonado y con el gremio médico local, hicimos algo diferente que es un laboratorio de innovación. Esta actividad nos permitió profundizar en conocimientos y además que participaran nuestros becarios. Recordamos que, en el caso de los becarios, se trata de médicos residentes de especialidades quirúrgicas, cuyo objetivo es hacer cosas diferentes. Ese es el propósito del proyecto que tenemos acá en Maldonado, que es apoyado por el Colegio Médico, por la Federación Médica del Interior (FEMI), y gracias a este apoyo que tenemos, pudimos lograr los contactos para traer este curso a Uruguay.
 

¿Qué tipo de especialidades tienen más posibilidades de desarrollo apelando a la cirugía robótica?

Uno piensa que la cirugía robótica es para la cirugía del abdomen o del tórax. Pero en este curso se resaltó que la cirugía robótica sirve para hacer microcirugías del ojo, de la boca, de la médula espinal, de la pelvis, de patologías urológicas, ginecológicas. O sea que es una tecnología que no tiene límites y que cuenta con muchas ventajas para el paciente. Fíjese que esta técnica le quita el temblor natural que tiene el ser humano cuando opera y, sobre todo, cuando realiza intervenciones muy pequeñas que necesitan un alto grado de precisión. Y además, para el cirujano, se obtiene un enorme avance en la ergonomía. Con esta rama de la cirugía, nosotros estamos sentados sin tocar al paciente, realizando un procedimiento.

¿Esto puede facilitar la operación a distancia? Porque se habla mucho de esta posibilidad, pero también se menciona la necesidad de ajustar mucho más la latencia, o sea ese milisegundo que separa la maniobra del médico con la terminal robótica

Mire, en este congreso estuvo como invitado internacional el profesor Jacques Marescaux, el médico francés que operó de la vesícula a una paciente en Estados Unidos, estando él en Francia. Eso es lo que permite este tipo de tecnologías. Si bien nos aleja físicamente del paciente, nos da una garantía de seguridad, de manejo fino…

O sea que hoy, así como están dadas las condiciones de comunicación, ¿es posible una intervención a distancia?

Nosotros tenemos la tecnología no de ahora, sino de hace más de diez años para hacerlo. Tenemos una tecnología en la que la latencia es despreciable prácticamente. Porque hay que aclarar que se hace por cable. No es una intervención por internet, sino que se trata de una conexión por cable, más allá de que lo ideal seguirá siendo tener al cirujano cerca del paciente. Vale recordar que esto fue inventado para las guerras, de modo que los cirujanos expertos no estén expuestos al campo de batalla y puedan solucionar pacientes graves a distancia. Luego esto se trasladó a lo que es la medicina civil…

¿Pero cuán desarrollado está en Uruguay?

Falta difusión y por eso es fundamental este tipo de cursos, este tipo de comunicaciones con ustedes, con los medios. Porque la difusión hace que la gente se entere, que los médicos se enteren, que la comunidad científica se entere, lo que llevará a una mayor formación y un progreso de esto. Si nosotros no conocemos y no difundimos lo que hacemos, es lo mismo que no hacer nada.
Volviendo sobre el laboratorio de innovación y simulación de Easylap ¿qué grado de avance ha tenido y cuál es el desarrollo posible?
Nosotros en Uruguay estamos en la etapa de la cirugía mínimamente invasiva laparoscópica y percutanea, que ya está bien establecida en nuestro medio. Los cirujanos y los médicos acá están muy bien formados en esto e incluso en punta en algunas técnicas. Lo que nosotros tenemos que hacer ahora es dar el paso a la cirugía robótica, el paso a la cirugía laparoscópica robotizada. Más allá del Da Vinci que ya lo tenemos en Montevideo, contar con instrumental robotizado, articulado, que pueda mejorar las destrezas del cirujano. Nuestra mano tiene una pronación o un giro limitado; en cambio con el robot es posible girar 360°. Por ejemplo, podemos coser mirando hacia el techo, hacer suturas minúsculas sin temblor. Todo esto se está trasladando primero al instrumental de cirugía laparoscópica. Y luego debe considerarse la experiencia que se va acumulando, porque al contar con el instrumental y utilizarlo con mayor frecuencia, se va sumando conocimiento y práctica.

Se menciona que la cirugía robótica se resuelve con menos complicaciones que las que conlleva la cirugía tradicional, con menos cuadros de infección, menos dolor para el paciente, con procesos de recuperación más rápidos que los que demanda una cirugía convencional. ¿Es tan así?

La cirugía robótica frente a la laparoscópica tiene para el paciente algunas ventajas aunque no demasiadas. Entonces ¿cuál es el beneficio? ¿Por qué invertir millones de dólares en un robot si me puedo operar por laparoscopía que es prácticamente lo mismo? La fatiga del cirujano.

Que aumenta la posibilidad de error

Exacto. El cirujano en cirugía laparoscópica está horas operándote, y ya sabemos que el error humano empieza cuando el cirujano se fatiga, en cirugías muy largas que a veces llegan a cinco o más horas. Con el robot esta fatiga se reduce, por lo cual se reducen las complicaciones y mejora la seguridad del paciente. De hecho, la base de este congreso y de estos cursos tiene que ver con la humanización de la cirugía, que se resuelvan cirugías humanizadas y seguras. Entonces, el robot lo que nos trae es mejor ergonomía, menor fatiga para el cirujano y, por ende, menores complicaciones para el paciente sobre todo en cirugías altamente demandantes y altamente complejas que pueden durar muchas horas.
¿Cómo asume el paciente cuando se le plantea que lo van a operar con estas técnicas? ¿Existen más dudas? ¿Se plantean más preguntas o, por el contrario, se confía más en este tipo de procedimientos?

Lo primero que hay que decir es que el que opera no es el robot, el que opera es el cirujano. Lo que hace el médico es utilizar una herramienta o una plataforma robótica. Nosotros ahora mismo estamos operando con pinzas de laparoscopía, o sea que ni siquiera operamos con nuestras propias manos, y el paso siguiente será operar con la plataforma robótica. O sea que lo que insistimos en dejar claro es que nuestras manos siguen moviendo al robot. Esto no es un robot que opera solo, que hace las cosas solo. Eso es un mito, porque atrás de esto tiene que haber un ser humano, un médico, un cirujano. Si bien hay robots que pueden realizar con éxito procedimientos como anastomosis, o sea coser el intestino en forma perfecta, la toma de decisiones y las variables son tantas por las características de cada uno de los pacientes, por la anatomía que cambia, que todavía no se ha creado un robot que pueda sustituir la formación médica y la experticia del cirujano.

Se ha dicho que la Inteligencia Artificial está llamada a cobrar un rol protagónico en la cirugía robótica. ¿Cuánto de esto es así?

Precisamente se le está agregando IA al robot, para evitar o acotar al mínimo la chance de errores humanos, que puedan lesionar un órgano o cortar una arteria por ejemplo. El avance de la Inteligencia Artificial también está ayudando a esto, a mejorar la seguridad en la cirugía y en la medicina en general.

¿Han encontrado casos de resistencia de profesionales que prefieren seguir con su metodología tradicional, o todos se suman a estas innovaciones? Porque además estos procedimientos requieren recursos muy bien formados, muy actualizados…

Para responder a esto me permito volver sobre el éxito de este curso, que tenía lugares limitados por una cuestión de espacios y lo que implicaba el manejo de una plataforma robótica de costo millonario, y hubo un número importante de médicos que no pudieron participar a pesar del interés en inscribirse. Por eso esto es apenas un primer paso y esperamos que las instituciones sigan apoyando para que sus profesionales se sigan formando, seguir dando pasos en esta dirección y progresar en lo que es esta tecnología que está en Uruguay, que se utiliza poco en algunas cirugías prostáticas, urológicas, y que podrá trasladarse a otras especialidades cuando los costos se abaraten. No es novedad para nadie que la medicina y la tecnología es cara. Este tipo de intervenciones como las que hemos venido mencionando, sale miles de dólares y no está contemplado en el PIAS* que pueden ofrecer las mutualistas, los sanatorios o los hospitales. Ahora, como las patentes se han caído, se está abaratando la tecnología y va a terminar sucediendo lo que pasó con la cirugía de la vesícula, que antes se hacía una incisión y ahora se hace todo por laparoscopía.

¿En cuánto tiempo estima que podría darse este giro?

Si nosotros continuamos con este impulso, en 10 o 15 años la cirugía será robótica casi en su totalidad, las hernias se resolverán por cirugía robótica, y esta conversación, como algo innovador, va a quedar en el pasado. Esta técnica será algo de todos los días si seguimos con este empuje.

*Plan Integral de Atención a la Salud (PIAS) - Es un catálogo de las prestaciones y programas que deberán brindar a los usuarios los prestadores que integran el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS)

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Daniel Castro juan manuel sanguinetti

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