“El fútbol es para los vivos”, se ha dicho más de una vez y este fin de semana en Inglaterra la frase volvió a confirmarse en un partido por la League One, la tercera categoría de ese país.
El hecho ocurrió en el minuto 90 del encuentro que Sheffield Wednesday le ganaba por 1-0, de visitante, a Ipswich Town.
El arquero de Sheffield, Bailey Peacock-Farrell, tenía la pelota en sus manos y se preparaba para sacar desde su área, mientras sus compañeros se adelantaban en el campo de juego.
No se percató, como tampoco ninguno de sus defensores, que un jugador local estaba detrás de él, a la espera de que soltara el balón.
Cuando puso la pelota en el césped, el delantero Macauley Bonne se la sacó, lo que hizo que el público local estallara, y comenzó una rápida jugada que terminó con gol de Conor Chaplin, tanto con el que el partido terminó con empate 1-1, un gol festejado por los jugadores e hinchas de Ipswich y lamentado por los de Sheffield, que no podían creer cómo se les escaparon los tres puntos.
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