Ex fiscal de Manhattan afirma que el imperio empresarial de Trump “fue construido sobre mentiras”

Pomerantz fue asistente especial del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, investigando los negocios de Trump. Durante un año tuvo acceso a la documentación que le permitió llegar a las conclusiones que publica en el libro aparecido el pasado 7 de febrero. Uno de los mecanismos utilizados por el exmandatario en su vida empresarial era inflar el valor de sus activos y, en base a eso, obtener créditos bancarios muy por encima de lo que realmente podía obtener como préstamos en el sistema financiero.

La investigación de Pomerantz avanzaba en la fiscalía. Sin embargo, según dice, se encontró con interferencias por parte del fiscal Bragg y decidió apartarse para poder escribir y publicar su propia versión. Eso sucedió en marzo de 2022 cuando escribió una carta de renuncia que publicada en ese momento. En ella, escribió que en la fiscalía había pruebas suficientes de que Trump había cometido «numerosos» delitos graves, entre ellos el de la falsificación de los estados financieros de sus empresas.

En la carta de renuncia, Pomerantz dijo que el fiscal que precedió a Bragg, Cyrus Vance Jr., se retiró en 2021 instando a que avanzara una acusación contra Trump “tan pronto como sea razonablemente posible” debido a la evidencia contra el expresidente. A partir de su renuncia, Pomerantz se puso a trabajar en el libro que acaba de salir a las librerías.

El domingo 12, a pocos días de la aparición de su libro, Pomerantz asistió al programa Sesenta minutos de la cadena CBS. Se trata de una de las emisiones que acapara más audiencia en la televisión de aire y lleva más de medio siglo de existencia. Allí realizó varias acusaciones contra Trump, considerándolo “culpable de numerosos” delitos graves y que “no había dudas” de su responsabilidad en conductas delictivas. Afirmó que “cualquier otra persona en la misma situación que Trump habría sido acusada en un segundo”.

“Si otra persona toma exactamente la misma conducta y no se tratara de Donald Trump o de otro un expresidente de los Estados Unidos, ¿cómo se hubiera procesado el caso?” se preguntó Pomerantz en el programa televisivo. Y contestó él mismo: “Habría sido acusada de inmediato”.

"En mi carrera como abogado, solo me había encontrado con otra persona que tocó todas estas bases: John Gotti, el jefe de la familia del crimen organizado Gambino", subraya el exfiscal, reconocido por haber investigado casos de crimen organizado.

Pomerantz dijo que discrepa con el fiscal Bragg ya que la documentación le permite afirmar que existen “muchas evidencias” que podrían haberse usado para presentar un caso contra Trump.

Por su parte, Trump salió al cruce de las acusaciones de quien fuera investigador en la fiscalía de Manhattan, afirmando que no hubo conductas inapropiadas en la “Organización Trump”. Dijo que se trata solo de “una cacería de brujas”.

La salida del libro no solo provocó el enojo de Trump. El fiscal Bragg planteó que el libro no se publicara “por temor a que pudiera obstaculizar las investigaciones en curso” de la su fiscalía en el distrito de Manhattan.

La Asociación de Abogados Fiscales (APA, por sus siglas en inglés) escribió una carta a Bragg indicando que Pomerantz podría enfrentar la inhabilitación y un cargo penal por delito grave si se publica el libro. Sin embargo, el autor envió un comunicado a la Revista de derecho de Nueva York en el que sostiene que su libro es “legal, ético y de interés público”.

Trump también compartió una cita de David LaBahn, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Abogados Fiscales, en su publicación Truth Social. Allí dijo: “La implicación más probable para cualquier abogado que divulgue cualquier material derivado de un procedimiento del Gran Jurado sin una orden judicial por escrito, incluido el testimonio de un testigo, es un cargo penal formal por violación del secreto del Gran Jurado”.

El expresidente también compartió otra cita de J. Anthony Jordan, presidente de la Asociación de Fiscales de Distrito del Estado de Nueva York, acusando a Pomerantz de «trastornar las normas y la ética de la conducta de los fiscales». Estaba violando potencialmente la ley penal de Nueva York al escribir su libro.

Al publicar nuevamente en Truth Social, Trump acusó a Pomerantz, quien anteriormente trabajó para la candidata presidencial de 2016, Hillary Clinton, de querer «ganar dinero con un libro, pero se ha puesto en un gran peligro legal. ¡No he hecho nada malo!»

La investigación de la fiscalía de Bragg, conducida por el Gran Jurado, comenzó a presentar pruebas ante un Gran Jurado sobre el papel de Trump en un tema que tuvo gran repercusión durante la campaña electoral que le permitió acceder a la Casa Blanca. Se trató del manejo de dinero en negro para pagar los servicios de una estrella porno.

Pero, luego, las ramificaciones de las empresas de Trump le permitieron a Pomerantz acceder a otras actividades, menos espectaculares, pero reñidas con la ley. Según el autor del libro, “el expresidente está un paso más cerca de enfrentar cargos penales”.

No son pocos los asuntos que llegaron a distintos tribunales, incluidos los documentos clasificados encontrados en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida, así como una causa iniciada por sus intentos de anular las elecciones presidenciales de 2020 que perdió ante Joe Biden.