Diego Battiste

Fernando Pereira: Cabildo y el Partido Nacional "tienen estrategias de más cercanía y es lo que el FA tiene que recuperar"

En su primera entrevista como presidente electo del FA, cuenta que su "prioridad uno" será la campaña hacia el referéndum, marca distancia de liderazgos verticales y sentencia que en marzo habrá un plebiscito contra la "ideología" del gobierno

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23 de diciembre de 2021 a las 10:05

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Una bandera descosida del Frente Amplio (FA) da la bienvenida a la casa de Fernando Pereira en el barrio Cordón. Cree que tendría que haberla bajado después de las elecciones de 2019, pero la dejó. "La bandera se baja menos cuando se pierde", recuerda que dicen los hinchas de Goes, el cuadro que sigue desde hace años. Ahora, con las elecciones terminadas, se compromete a cambiarla. 

En su primera entrevista como presidente electo del FA, Fernando Pereira cuenta a El Observador que su "prioridad uno" será la campaña hacia el referéndum, marca distancia de liderazgos más verticales en la fuerza política, como los de Tabaré Vázquez o Líber Seregni, afirma que no se puede conducir sin el apoyo de los sectores pesados, y sentencia que el 27 de marzo habrá un plebiscito contra la "ideología" del gobierno. 

Va a asumir el 5 de febrero, ¿cuáles serán sus primeros pasos?
Prioridad 1: la LUC. Van a quedar menos de dos meses para derogar 135 artículos más negativos, los que afectan a la educación pública, a la seguridad, la inclusión financiera y empresas públicas. Esta es la defensa del Estado protector en relación a la visión neoliberal, con un Estado mínimo donde el mercado regula. El sincericidio de Gustavo Zubía, que dice: "Se terminó la sociedad de la solidaridad, del amor, de la condescendencia". Para una parte de la derecha se terminó, pero para otra no. Con esa hay que dialogar. 

Diego Battiste
Presidente electo del Frente Amplio en entrevista con El Observador

¿Qué va a pasar con la vicepresidencia del FA? Había dicho que quería a una mujer de unos 40 años.
Eso se tomó mal, pero el FA necesita paridad y renovación generacional. Los pocos nombres que puedo proponer para mi equipo van a ser hombres y mujeres jóvenes. Quiero personas con experiencia, pero con juventud, que sintonicen con un sector de la sociedad con el que el FA dejó de sintonizar. 

Hubo por encima de los 130 mil votos. ¿Cumple con su afirmación de que el FA empezó a volver?
Sin duda. El FA empezó a volver desde el día que revirtió un proceso de caída libre. Es una elección compleja que los frenteamplistas nos tenemos que animar a revisar. Hay seis elecciones en una. En la medida que es entreverado, tiende a caer la participación. 

¿Revisarlo en qué sentido? ¿Dejaría de votar en simultáneo?
Probablemente. Mezclar la elección del Codicen con las ATD generó votos anulados o en blanco porque equivocaban el sobre de urna. Si queremos que el Estado revise, ¿cómo no vamos a revisar nosotros? Tiene que ser más ágil y de fácil comprensión. 

Los únicos departamentos donde el FA cayó fue en Cerro Largo, Artigas y Rivera. Son territorios fronterizos donde el FA viene en caída desde 2019. ¿Qué pasa ahí?
Hay que estudiarlo, y no a partir de lo que alguien opine desde Montevideo. Si tenemos un problema de comunicación entre la dirección del FA y esos habitantes, no le echemos la culpa a la zona fronteriza que siempre estuvo. La izquierda uruguaya se coloca muy distante de las circunstancias que vive un hombre o mujer de frontera. Tienen culturas diferentes, manejan más de un idioma, miran más Globo que Canal 12. 

Ahí pierde la izquierda pero ganan terreno Cabildo Abierto y el Partido Nacional...
Porque tienen estrategias de más cercanía, y es lo que el FA tiene que recuperar. La gente cree finalmente en la justicia social, pero puede estar encarnada en palabras de (Guido) Manini o de algún blanco. Traducir que la izquierda es el garante de la justicia social requiere trabajo de cercanía. Tiene que haber una política sistemática de estar en territorio. 

¿Cómo se hace esa política local sabiendo que la enorme mayoría de los municipios son blancos, y también las intendencias?
En un momento no teníamos ninguna. La acumulación es una política sistemática que lleva tiempo, y no hay nada más sin apuro que un pueblo haciendo su historia. El pueblo a pueblo es fundamental, juntarse con los productores, comerciantes, entidades agropecuarias. No importa si son votantes del FA. En la medida que entendemos los procesos sociales de cada departamento, empezamos a volver. Nos tenemos que proponer ir a la conquista de cada alcaldía e intendencia, y no cinco meses antes de las elecciones. 

¿Fue una fragilidad de la gestión de Javier Miranda?
Parto de la base que todos las tenemos. No hay nadie tan perfecto como para no tener fisuras. El gobierno a veces es hipnotizador. En el 2014 ya se nos había prendido una alarma y no la quisimos escuchar porque se conquistó la mayoría parlamentaria. 

Hubo críticas de Gonzalo Civila y Carolina Cosse a las "negociaciones cupulares". Su figura surgió de un acuerdo entre distintos pesos pesados del FA. ¿Cómo le asegura al militante de a pie que no va a ser un gobierno de sectores poderosos?
A nadie se le ocurriría gobernar al FA sin el MPP, el Partido Comunista (PCU), el Partido Socialista, la Vertiente Artiguista, el espacio seregnista. Pero también los apoyos son múltiples. Cuando son más de 20 grupos, las bases de Montevideo, las de Canelones y las del interior, el argumento se cae por su propio peso. Lo entiendo en el medio de una campaña interna, pero no es posible consensuar políticas importantes sin los sectores.

Va a haber sectores chicos que queden por fuera. 
Hay una elección determinada por la cantidad de votos. Si fue una decisión acertada o no, tengo muchas dudas por los sectores fundacionales. Pero se tomó. Una cosa es no tener voto, pero todos van a tener voz. Parto de la base de que la mayoría de las reuniones en las que voy a participar no se va a precisar votar. Partir de la base de que todo se resuelve votando o con filtraciones a la prensa son praxis que hay que desterrar del FA. Si no encontrás organismos de dirección en que se pueda hablar con confianza, las direcciones se empiezan a encontrar por el costado de las institucionalidades. Hay que construir una especie de palabra de honor de que no se van a filtrar discusiones de la Mesa Política o el Secretariado, porque si no nadie lleva un tema importante. 

¿Se va a mantener el grupo de acompañamiento? Fue muy criticado por sectores chicos y la 711 de Sendic. 
Hay que ir al Secretariado Ejecutivo, y que tenga un tamaño razonable para funcionar como tal. No tendría sentido que siga (el grupo de acompañamiento). Hay que tener organismos y comisiones claras. 

Diego Battiste
Fernando Pereira, expresidente del PIT-CNT

Entre los nuevos liderazgos del FA, ¿se siente más identificado con Yamandú Orsi?
La prensa tiende a ubicarlos en Yamandú y Carolina, pero están Óscar Andrade, Mario Bergara... Si seguís profundizando encontrás liderazgos de mucho tipo. Naturalmente que yo recibí el apoyo de Orsi, pero no debo ser presidente del FA solo para quienes me votaron. 

Su sector, la Vertiente, destaca muchas similitudes entre ambos.
Yo voy a intentar que haya una pista en la que todos puedan despegar en la misma condición, sin favorecer a nadie. La izquierda se consolida como la mejor opción, y hay que demostrarlo. Esa renovación no se desata de sus liderazgos históricos. Pero los liderazgos del '71 –Líber Seregni, Juan José Crottogini, Hugo Villar– no son los mismos que están terminando ahora. Si mirás el Senado de la República, los diputados, los tres intendentes, decís: pucha, qué interesante. En todas las áreas hay una potencialidad brutal. Mucho más que las que ha generado el ala conservadora, que tiene que gritar pero no ha dado pie en bola.

¿Puede asegurar que no va a ser candidato en 2024?
Sí. Tiene que haber un nexo –ahí es donde el FA perdió su cuarto gobierno– entre el gobierno, el partido y la sociedad. No puede haber un nexo directo entre gobierno y sociedad sin mediación de la política, porque si no nadie sabe quién hizo qué. La Plaza de Toros que se reinauguró en Colonia, ¿es una obra exclusivamente municipal? No. Pero los uruguayos piensan que es de (Carlos) Moreira. Es la forma de comunicar que ellos tienen y la falta de inteligencia comunicacional nuestra. 

Sería un cambio del estilo de conducción de Tabaré Vázquez, quien planteó una disociación muy marcada entre gobierno y partido. 
Sí, sobre todo en el último período. Si esa disociación se profundiza, perdés diálogo con la sociedad. Hay muchos momentos en que el presidente habla directo, pero en muchos otros la intermediación de la política es fundamental. 

¿Presidente y ministros deberían acatar decisiones de la Mesa Política del FA?
No, pero un ministro no puede estar en Salto y que no lo sepa la Mesa. O que no lo sepan los comités. 

Para ganar en 2024, ¿el FA está en condiciones de correrse al centro y captar votos que se le fueron?
Correrse al centro es buscar electorado sin decisión tomada, pero no necesariamente es centro. Pero cree en la justicia social, en una mejor distribución de los ingresos, que los pobres deben tener derechos. Yo a ellos les llamo progresistas. Si son eso, su lugar es el FA. ¿Hay que correrse para desdibujarse? No, el que se desdibuja, pierde. Esos otros progresismos votaron a Cabildo Abierto, al Partido Nacional, al Colorado e independiente. Pero no lo hicieron sintiéndose de derecha, sino progresistas. 

¿Cómo ve al ala progresista de la coalición?
Nunca descarto que se acerquen. Pero la cercanía que un frenteamplista puede tener con Pablo Mieres es muy distinta a la que puede tener con Manini. No digo con Cabildo Abierto, porque ahí hay mucha gente, y más cercana en su forma de pensar con el FA que con Manini. ¿Qué puede tener (Alberto) Methol Ferré con Manini? ¿Puede estar de acuerdo con la impunidad, con que los veteranos de 65 años estén en su casa tras cometer actos de terrorismo de Estado?

¿Se siente en condiciones de dar el carpetazo cuando corresponda, como podían hacerlo Vázquez o Seregni?
Mi estilo nunca fue el del carpetazo, pero sí el de tener mil conversaciones para llegar a acuerdos. Te diría que en 30 años de militancia en el PIT-CNT fuimos acordando la mayoría de las cosas. En un momento Articulación y el PCU parecían enfrentados indisolublemente, y construimos un acuerdo político sindical que nos permitió conducir el PIT-CNT durante 15 años. 

¿En qué situación económica encontró al FA? Va a ser uno de los aportantes más importantes de la campaña hacia el referéndum. 
Mal, pero hay que construir una campaña financiera que posibilite conseguir los recursos para tener la misma intensidad que la campaña que haga el No. Vamos a tener que jugar contra el aparato de Estado, los ministros, el presidente, los expresidentes y los aparatos municipales que juegan como verdaderos jefes de comarca.

¿Cuánto va a tener que poner el FA?
Va a tener que ser de US$ 1 millón entre todos. Pero no me pongo en 50-50, cuanto más pueda el FA mejor. También necesita recursos para tener esta política hacia el interior, y para tener la inteligencia comunicacional que coloque su propia agenda en el debate público. Nos han tenido diez días discutiendo sobre los aeropuertos del interior, que es importante pero para un público muy reducido de uruguayos. 

Va a tener que discutir sobre 135 artículos sobre los que hay un importante desconocimiento. ¿Cómo harían para no terminar contraponiéndolos contra la gestión de gobierno?
Hay que elegir. Que se contraponga no me preocupa, pero no evalúa la gestión del gobierno. Habrá quienes votarán molestos con el gobierno, y quienes lo harán contentos. Pero el 20% del electorado que no está decidido es el que analiza y busca la explicación. Cuando lo haga y encuentre un régimen de alquileres con que a los poquitos días te pueden desalojar; si el gobierno te dice que no hay que mentir pero también que si se deroga es volver a la Unión Soviética, o liberar miles de presos o que las adopciones demoran menos tiempo cuando ese artículo no está incluido entre los impugnados, son cosas que hay que esclarecer en el mano a mano. 

Está diciendo que el grueso de la sociedad va a votar por afinidad política: el 80%.
Sí, pero el grueso va a estar parejo. Si no, no estaría el presidente en campaña, porque nunca en un referéndum lo estuvo. Está por un solo motivo: es la única persona del gobierno con el prestigio alto.

¿Y Daniel Salinas? Empezó a salir...
Sí, pero no sabés hasta qué punto su prestigio está referido solo a lo sanitario o no. 

¿Qué piensa de que Lacalle haga campaña? Hubo constitucionalistas que se expresaron a favor. 
No me preocupa. Veo el nerviosismo, porque el presidente no juega todas sus cartas en el segundo año de gobierno. Tiene cinco años por delante. Ojalá incluso acepte debates. 

¿Cómo le van a hablar al votante que no sabe qué hacer? Puede estar de acuerdo con algunas cosas y discrepar con otras. 
Hay una matriz: el uruguayo que defiende al Estado protector, distribuidor de la riqueza, garantista de servicios públicos de calidad, y la sociedad que propone Zubía, contrapuesta. 

Pero termina siendo ideológico. 
Es ideológico. No es un plebiscito contra el gobierno, pero sí contra su ideología. Es ni más ni menos entre el Estado protector y el Estado mínimo. 

¿Esos serían el FA y los movimientos sociales versus los partidos de la coalición?
No, dentro del Partido Nacional hay quienes defienden al Estado potente. El wilsonismo, particularmente. Dentro del Partido Colorado, ¿vos decís que los batllistas defienden un Estado débil?

¿Y Sanguinetti?  
Sanguinetti no es batllismo. El batllismo bien representado en el Partido Colorado no se siente, como no se sintió en 1992.

Diego Battiste
Fernando Pereira, expresidente del PIT-CNT
 

¿De verdad cree que el color celeste puede llegar a definir votos?
No, pero es una jugada innecesaria para dividir uruguayos.

¿Por qué poner el foco en eso? Reduce el debate. 
¿Por qué (Sebastián) Bauzá pone que la celeste no deroga? ¿Vos le das la selección de todos a una de las opciones? Dicen que en el 2003 se utilizó, pero también fue criticado. 

¿Qué pasa con el FA si no triunfa el referéndum?
No tengo esa hipótesis. Va a ganar, pero si se llega a perder, no hay una última batalla.

¿No es un tropezón? Venía levantando y caería. 
Si llega a perder el gobierno, ¿caería?

Sanguinetti dijo que si la coalición pierde el referéndum vería puesta en duda su capacidad de gobernar.
La LUC ya logró un montón de cosas. Se postergó la ley de seguridad social; en el PIT-CNT yo había pedido dos meses de prórroga y me dieron uno, porque no podía demorar más tiempo. Ahora lo hacen varios meses sin ninguna explicación. Ni que hablar con los combustibles. Avanzaron solo con lo que consideran que es simpático: la portabilidad numérica. Lo es a medias, porque ¿quién invierte plata para perderla? Solo Antel lo puede hacer. 

¿Le parece entonces que el gobierno quedaría sin posibilidad de gobernar?
No. El gobierno en 1992 perdió 72%, no es que fue apenas. Y en la elección subsiguiente (Alberto) Volonté perdió por 15 mil votos con Sanguineti, que serían 7.500 que le sacaron. ¿Qué pudo haber tenido que ver con el resultado electoral? Probablemente no podría apretar el acelerador en otras reformas profundas, porque las va a pagar. Si vas a hacer una reforma de la seguridad social porque va a apretar el ingreso y la edad de los que se están por jubilar, la va a pagar ganando o perdiendo la LUC. 

Se va a discutir esa reforma, y el FA ya tomó distancia. En caso de votarse...
¿Se va a discutir?

Aunque sea después del referéndum. 2022 es un año clave. Si se discute, ¿buscarían refrendarla?
Siempre hay que analizarlo. Vamos a ver el producto final, porque ya el Poder Ejecutivo se encargó de todas las maneras posibles de decir que el proyecto de la comisión de expertos no es vinculante. Con este proyecto no tienen ninguna chance de disputar 2024. 

Usted hablaba de manija antisindical, pero se paró la refinería de La Teja por primera vez desde la huelga del 1973 contra el golpe de Estado. ¿No se podría haber cuidado ese símbolo, siendo que se está en un gobierno democrático?
Es un resorte del movimiento sindical. Hay que pensar muy bien las medidas que no te aíslen, pero tampoco se le puede mentir a la gente. Fancap propuso estirar 15 días el convenio para mantener la refinería. ¿Qué le podía costar a Ancap 15 días de convenio? Nada. 

Cuando uno vaya a repasar la historia, va a leer: huelga en 1973 contra el golpe de Estado, y paro contra...
Los paros más duros en Ancap no son que se apague la llama, sino el desabastecimiento. ¿Hubo una medida salvaje en Ancap? Yo digo que no. ¿Hubo una medida que la utilizan para aislar? Sí, por lo simbólico. Pero lo duro es desabastecer. En 1995 había tres veces más conflictividad que en el 2021, pero si mirás el resto de los años, estos son los de más bajos niveles. 

¿No se le quita credibilidad al paro sindical? Fue muy criticado que el 1° de mayo se usara el paro para un envión fuerte en la recolección de firmas. 
¿Quién dijo que la actividad sindical solo tiene que ver con reivindicaciones? Lacalle. ¿Qué tuvo que ver el paro contra el golpe de Estado con los puestos de trabajo? Tiene que ver con la defensa democrática. Los movimientos sindicales son sociopolíticos. Lo otro es de un sindicalismo prehistórico que nada tiene que ver con el uruguayo, que siempre fue de clase. Primero construyó su base programática en el Congreso del Pueblo, que no tenía solo que ver con reivindicaciones salariales, sino con un proyecto de país. Quieren instalar la lógica de que el movimiento sindical solo puede pelear por trabajo y salarios, y es la peor mentira que puede haber. 

Se la hace muy difícil a un gobierno de derecha...
Por algo no hay sindicalismo ni murgas de derecha. ¿Cómo cantaría una murga que la Tarjeta Uruguay Social se dé solo para alimentos? No digo que no haya artistas que voten al PN –claro que los hay–; digo que les cuesta ser parte de una fiesta popular. Que la política se decida solo por los partidos políticos es limitar la democracia a las decisiones de los parlamentos, pero se mueve en muchos más lugares. 

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