El clásico que Nacional y Peñarol jugaron el sábado en el Estadio Centenario por un cuadrangular amistoso no registró incidentes a pesar de que el clima en los días previos estuvo muy tenso a causa de un par de asesinatos perpetrados a un hincha de cada uno de los clubes, algo que llevó a la Comisión de Seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) a recomendar que tanto ese clásico como el que está previsto para el miércoles en el Campus de Maldonado no se jueguen.
Sin embargo, los cánticos violentos volvieron a aparecer sin que ninguna autoridad lo impidiera.
Desde el minuto 10 al 20 del primer tiempo, la hinchada de Peñarol cantó largo y tendido la canción con la que celebra desde 1994 el crimen de Diego Posadas, hincha de Nacional asesinado en la previa a un clásico del Campeonato Uruguayo.
Desde los altoparlantes del estadio no se hizo ningún llamado de atención. Tampoco desde los guardias de seguridad y ni siquiera el arbitraje detuvo el partido.
Leodán González, juez del clásico, explicó a Punto Penal por qué la terna arbitral nada hizo al respecto: "En ese caso particular los árbitros usamos un intercomunicador, estamos metidos en el partido y se dificulta. Para el resto de las personas puede ser mucho más fácil detectar lo que se está cantando, en palabras, dentro del campo, con la vorágine no tomé conciencia si en algún momento se usó una palabra no debida, pero hay un protocolo que todos lo conocen. En la vorágine del juego, conversando con los jugadores y con los compañeros se dificulta escuchar lo que se está cantando, pero siempre nuestra disposición va a ser que se cumplan los protocolos en ese aspecto. Si percatamos de forma fehaciente que no se están cumpliendo los protocolos, en ese sentido tomaremos las medidas que nos permite la reglamentación".
Los protocolos a los que refirió González están vigentes desde 2017 y fueron aplicados por primera vez en el fútbol uruguayo por Javier Bentancor en el partido entre Peñarol y Sud América por el Torneo Clausura de esa temporada y por Andrés Cunha en un Nacional-Boston River.
Esas situaciones después fueron sometidas a la Comisión Disciplinaria de la AUF para amonestar, advertir o sancionar a los clubes en virtud de la responsabilidad objetiva que consagra el Código Disciplinario.
Sin embargo, en este clásico la AUF se deslindó de la organización, en virtud de los hechos de violencia público cometidos en los días previos, y por esa razón, la Comisión Disciplinaria de la AUF quedó impedida de actuar para poder adoptar cualquier tipo de sanción.
Sobre el final, cuando se desató la tormenta que determinó la suspensión del partido, la hinchada de Peñarol fue retenida en la Ámsterdam para que antes se liberaran los sectores ocupados por parciales de Nacional.
En la semana, la hinchada de Nacional había entonado, pero brevemente, canciones en las que celebraban las muertes de los hinchas de Peñarol Rodrigo Aguirre (en 2011) y Hernán Fiorito (en 2016) e incluso en el encuentro del lunes contra Ñublense exhibieron una bandera en homenaje a Washington Omar Simón, hincha de Nacional condenado en primera instancia en noviembre de 2021 por la muerte de Fiorito, junto a otros 15 hinchas de Nacional, y que el 5 de enero fue baleado en la vía blanca perdiendo la vida el 10 de enero.
La dirigencia de Nacional hizo lo propio antes del clásico y durante el mismo, se pudieron apreciar a la distancia algunos disturbios en la tribuna Colombes donde solo había hinchas de los tricolores.
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