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18 de febrero 2013 - 11:18hs

Marcelo Mastrogiovanni (39) y Analía Ciganda (29)se propusieron innovar en la producción de derivados de la leche de cabra.

Con el emprendimiento Valle del Fauno, instalado en el balneario Buenos Aires, en Maldonado, los socios se han enfrentado a obstáculos que dificultaron su crecimiento, pero apuestan a continuar consolidando la empresa, trabajando en conjunto con la incubadora de la ciudad de San Carlos, Idear.

Para Mastrogiovanni, consumir productos caprinos es parte de una cultura de muchos cientos de años. “Ahora, por suerte, a Maldonado llegan muchos europeos que lo están exigiendo, y sin ir tan lejos, los brasileños que consumen leche de cabra y sus derivados. Existe la demanda y faltan los productos”, dijo.

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Mastrogiovanni no abandonó aún la construcción, su profesión inicial y la que lo llevó a trabajar en Maldonado. Además de dedicarse a hacer trabajos ajenos con los que se sustenta está abocado a montar la planta donde se procesará la leche de cabra.
Según explicó, el emprendimiento nació como una búsqueda de nuevos horizontes para encontrar estabilidad. “En el trabajo de la construcción podés tener meses de mucha abundancia como de mucha pobreza”.

Desde hace un año y medio cría cabras en un predio de una hectárea. Actualmente tiene 50 ejemplares.

Ciganda, que estudió bioquímica y luego biología, se sumó al emprendimiento para aportar la variante innovadora y además para encargarse de los vínculos y la búsqueda de apoyos para el proyecto.

El primer producto que desarrollaron fue Caprioli, una emulsión aderezada con ajo y hojas verdes de mostaza. La escasa producción láctea que tenían al comienzo los llevó a pensar que el producto, que no lleva tanta leche en su elaboración, podía ser atractivo incluso porque podían desarrollarlo desde sus hogares.

Este era el producto que pretendían comenzar a comercializar para sustentar el resto de las actividades de Valle del Fauno; sin embargo, los tiempos de las habilitaciones del Ministerio de Ganadería y la Intendencia para su planta han retrasado el lanzamiento. “Ahora todas las pilas están puestas en construir y habilitar nuestro lugar”, dijo Ciganda.

Otro producto que pretenden elaborar es yogur enriquecido con probióticos, que sería el primer alimento funcional entre otros que en el futuro proyectan desarrollar, como la leche de cabra enriquecida con ácido fólico.

“Esta leche tiene menos ácido fólico que la leche de vaca, pero es adecuada para la alimentación infantil y de las embarazadas, porque es más rica en otras propiedades”, indicó Ciganda, quien agregó que intentan trabajar generando un nexo entre los conocimientos académicos científicos y los de marketing y finanzas.

El proyecto de la leche de cabra fue pensado para ser presentado a un programa de financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), pero nuevamente un obstáculo bloqueó el proceso: no contar con una pasteurizadora para comenzar. La ANII no brinda financiamiento para la compra de estos implementos y por eso dejaron la iniciativa para una etapa posterioro.

Ahora, los socios están abocados al yogur, que requiere un proceso de pasteurización distinto y que pueden elaborar adaptando una máquina de su propiedad. El proyecto del yogur con probióticos sí fue presentado a la ANII y está en proceso de aprobación.

Además,están en vías de importar una pasteurizadora italiana de 500 litros, ya que en Uruguay solo encontraron maquinaria para grandes productores.

Planificando

El emprendimiento se encuentra incubado en Idear, en San Carlos. “Nos ayudaron a hacer el plan de negocios inicial y allí nos surgieron varias de las inquietudes que ahora estamos resolviendo y que antes no habíamos visualizado”, explicó Ciganda. Ese trabajo agregó, les sirvió para “abrir un poco la cancha” y elegir el camino para poder crecer.

Por el momento los socios trabajan solos, con el apoyo de la directora de la incubadora, Elena Pérez, a quien consideran “la capitana del barco”, pero saben que pronto van a necesitar personal para el campo y en la planta.

Mastrogiovanni explicó que aunque a las instituciones que los apoyan les costó entender el proyecto, el proceso también aportó aprendizaje para ellos.

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