Con el 2022 atrás, las acciones mundiales esperan una vuelta a su senda alcista que se vio claramente perjudicada en el último tiempo. Al comienzo de las negociaciones de este martes, los papeles desafiaban al repunte del dólar y mostraban incrementos por las apuestas de inversores que se volcaron a los activos de mayor riesgo como la renta variable y las materias primas.
Analistas del mercado como los de NatWest Markets esperan que las tasas de interés alcances un máximo del 5% en Estados Unidos, del 2,25% en la UE y del 4,5% en Reino Unido, y que se mantengan así durante todo el año; una dinámica marcadamente diferente a la registrada el año anterior.
Sin embargo, en la plaza de renta variable continúan los temores por una recesión que afecte aún más a los desempeños de las acciones, dado el retroceso de 19,4% que mantuvo durante el 2022, el peor desempeño desde la crisis financiera de 2008.
El jefe de estrategia de Interactive Brokers, Steve Sosnick, remarcó a través de una nota en Business Insider que no busca predecir a dónde irán las acciones o recomendado dónde invertir. En cambio, busca orientarse acerca del pulso de los mercados estudiando las tendencias que podrían pasar desapercibidas.
Con la premisa de que la economía mundial no está experimentando un "aterrizaje suave", Sosnick cree que hay siete tendencias clave que determinarán a los mercados durante el corriente año. En una entrevista reciente con Insider, compartió dónde cree que sus compañeros tienen razón o no.
Sosnick remarcó que el desempeño de las acciones estará atado a las políticas que decida implementar la Reserva Federal. Recordó que durante la pandemia se incentivó una "adicción a la liquidez" y que fue compensada con un ajuste fenomenal posterior.
El analista se prepara para un año de volatilidad, ya que la Fed se contenta con arriesgarse a una recesión para aplastar la inflación, y agregó: "Si pueden diseñar el aterrizaje suave proverbial, estaremos bien. Pero ¿lo veo como el caso base, como el escenario base? No, eso es algo difícil de diseñar. No me malinterpreten". La esperanza no es necesariamente una gran tesis de inversión".
"La economía de EE. UU. se hundirá o nadará en función del gasto de los consumidores, que impulsa alrededor del 70% de la actividad económica de la nación", marcó, a la vez que espera que el gasto de los consumidores se deteriore modestamente a medida que las personas reduzcan las compras importantes, como automóviles y viviendas.
Sosnick se sorprendió por la robustez que tuvo el año pasado el mercado laboral. Sin embargo, cree que esta dinámica podría cambiar próximamente, consolidándose una reversión a medida que la Fed siga aumentando las tasas de interés.
Enfatizó que este clivaje puede seguir afectando en mayor medida al sector tecnológico, que tuvo sus primeros embates durante el último trimestre con despidos masivos en empresas como Twitter o Meta (Facebook).
Sosnick cree que el mayor comodín para los mercados globales en 2022 es cómo reabre China después de sus bloqueos producto de la política de "COVID-19 cero".
"En el caso alcista, China supera sus restricciones pandémicas como lo hizo el resto del mundo y mantiene el virus bajo control mientras su economía se dispara una vez más, lo que permitiría que las acciones golpeadas de la nación se disparen más. La otra cara de la moneda es si otro resurgimiento en los casos de COVID-19, posiblemente debido a una nueva variante, lleva al gobierno a revertir su reapertura por completo", enfatiza.
Las acciones de energía han tenido un período inolvidable de dos años, siendo uno de los sectores con mayor rendimiento a nivel mundial. Mientras que en 2021 hubo un resurgimiento de la demanda y en 2022 se destacó la escasez de oferta, Sosnick indicó que en 2023 la demanda determinará los precios del petróleo y la dinámica del sector energético.
"Los problemas del lado de la oferta parecen estar resueltos", afirma. Así, augura que una expansión económica continua provocaría un auge en los precios del petróleo, pero que la caída del 30% de la materia prima en los últimos seis meses podría producir una recesión que acabe con la demanda.
"Al igual que las acciones, los bonos han sido aplastados este año cuando la Reserva Federal aumentó las tasas de interés", recuerda.
"La curva de rendimiento del último tiempo sugiere que las tasas de interés caerán después de que la Fed finalmente controle la inflación, o que las tasas se desplomarán cuando Estados Unidos caiga en una recesión grave. Si entramos en una recesión realmente desagradable, realmente se pueden ver caer las tasas", dijo Sosnick. "Pero en este momento, el mercado de bonos le dice que vamos a tener un trineo difícil en los próximos dos años".
Fuente: El Cronista
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