Isla paradisíaca brasileña sólo recibe turistas que hayan tenido coronavirus

En medio de la pandemia de coronavirus, decidió comenzar a recibir únicamente a turistas que ya hayan tenido covid-19 y se hayan recuperado. De este modo, el famoso archipiélago busca de a poco reactivar su principal actividad económica. "Para aterrizar en Noronha, el turista deberá presentar el resultado de una prueba de PCR positiva que tenga al menos 20 días de antigüedad, o el resultado de la prueba serológica que muestre la presencia de anticuerpos contra el covid", explicaron las autoridades una conferencia de prensa.

Mientras la primera muestra si alguien tiene el virus, la segunda exhibe si el cuerpo ya ha desarrollado anticuerpos contra el coronavirus.

Las 21 islas de Fernando de Noronha estuvieron cerradas al turismo desde mediados de marzo debido a la cuarentena. El pasado 31 de julio, el archipiélago reabrió sólo para residentes locales. Y desde el 1° de septiembre empieza a recibir a los primeros viajeros. "No ha habido transmisión comunitaria en la isla durante mucho tiempo. Tenemos que mantenerlo así", señaló André Longo, el secretario de Salud del estado de Pernambuco.

"Obviamente, este paso se va a hacer con la atención puesta en la seguridad y en la reactivación de la actividad económica del archipiélago", agregó en un comunicado.

Sin muertes

Fernando de Noronha ha registrado hasta el momento 93 casos confirmados de coronavirus y ninguna muerte. Brasil, en tanto, es uno de los países más afectadas por la pandemia, con más de 120.000 muertes y 3,8 millones de casos confirmados. El archipiélago es un Parque Nacional declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001 y una de las playas más visitadas de Brasil. En 2019 recibió 106.000 turistas, el 90% de ellos brasileños. En este marco, las playas de Brasil fueron noticia durante el fin de semana por la gran cantidad de gente que se vio en sus playas sin usar barbijo ni respetar la distancia social de metro y medio.

Es por ello que las autoridades de Río de Janeiro y San Pablo pidieron a la población evitar repetir esas escenas. "Habrá que aumentar la fiscalización y multar. Es algo difícil porque mandamos a los fiscales a controlar, pero cuando estos se van la gente vuelve a la playa. La playa es una cuestión de concientización", explicó el intendente de Río, Marcelo Crivella.

Las imágenes de las célebres playas de Copacabana e Ipanema llenas provocaron un gran debate sobre cómo los brasileños están respetando las medidas para evitar los contagios. En Río de Janeiro -un estado de 15 millones de habitantes donde ya murieron 16.027 personas- volvió a subir el promedio de casos en 11 días. El estado de San Pablo, que lidera la cantidad de muertes y casos confirmados en Brasil, tuvo el fin de semana embotellamientos de tres horas para cubrir el trecho de autopista que lleva a las playas de las ciudades de Santos, Guarujá, Sao Sebastiao, Caraguatatuba y Ubatuba. Con 46 millones de habitantes, alcanzó los 30.000 muertos y superó a España.

El Cronista