La coherencia de Lacalle en riesgo ante el peligroso doble juego de Cabildo Abierto con el desafuero de Manini

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19 de junio de 2020 a las 10:10

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En la anterior entrega de EnClave analizamos los problemas de uno de los principales socios de la coalición: Ernesto Talvi. Hoy el foco está puesto en otro socio, Cabildo Abierto, que en el corto plazo también generará un problema grande para la coalición si Guido Manini Ríos no desactiva rápido la movida de sus senadores. Te comparto un análisis sobre los desafíos que plantea el doble juego que hace por estas horas este nuevo partido con el desafuero de su líder.

Diego Battiste

¿De quién son estas tres frases?
 

“Muchas veces el legislador se ampara en sus fueros para evadir a la Justicia en casos de presuntas conductas delictivas o delitos comunes (...) el legislador además de ampararse en sus fueros, se ampara de las mayorías parlamentarias”.

“Los fueros de hoy frente a la realidad no pueden ser un escudo. Tenemos que responder como cualquier ciudadano porque no tenemos coronita”.

“Los fueros no pueden estar abarcando delitos comunes. ¿Por qué si a cualquier hijo de vecino lo alcanza la justicia penal no lo hace con un legislador? Resulta que nosotros hacemos las leyes y tenemos coronita. No nos llega la Justicia si tenemos determinadas mayorías en el Parlamento”.

 

Esta semana el Parlamento empezó a discutir formalmente el desafuero pedido por la Justicia del senador de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos. El fiscal Rodrigo Morosoli pretende imputarlo por no haber denunciado ante sus superiores, en abril de 2018 cuando era comandante del Ejército, la admisión del represor José Nino Gavazzo ante un Tribunal de Honor de la fuerza de tierra que en 1973 había tirado al río Negro el cuerpo de Roberto Gomensoro. Pero para someter a Manini a la Justicia, el Senado debe votar su desafuero.

Uno podría pensar que esas tres frases del comienzo podrían ser de algún legislador de la oposición durante esta semana. Pero no. Son del presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

No son de ahora. Tienen casi nueve, tres y poco más de dos años, respectivamente.

En diciembre de 2011, el entonces diputado nacionalista presentó un proyecto de ley constitucional para reformar la Carta Magna y eliminar los fueros parlamentarios en los casos de delitos comunes. Aquí tenés el texto del proyecto, que nunca fue tratado en esa legislatura donde el Frente Amplio tenía mayorías parlamentarias.

Como sucede cada vez que un período legislativo termina, esa iniciativa fue archivada. Por eso Lacalle Pou lo volvió a presentar en febrero de 2016 en el Senado. Tampoco se trató, pero durante esa legislatura el asunto volvió al debate varias veces.

En 2017, cuando el Frente Amplio propuso derogar el delito de abuso de funciones, Lacalle insistió en la necesidad de eliminar los fueros. “En este mundo moderno, donde por suerte hemos evolucionado en muchos ámbitos –sobre todo, y cada vez más, en la ausencia del abuso de un poder sobre otro–, no estoy dispuesto a tener un artículo 114, por el cual un legislador no puede ser incriminado libremente, sin pasar por este filtro, aun por delitos comunes como violación, homicidio o rapiña. Ni siquiera por delitos comunes se puede incriminar a un legislador si cuenta con la mayoría parlamentaria necesaria”, dijo durante la sesión.

Luego, ante los periodistas, fue más allá y dijo la frase del “escudo” y la “coronita”. Algunos legisladores del FA se manifestaron a favor de su proyecto en esa sesión, pero luego la comisión de Constitución del Senado tampoco lo trató.

El asunto volvió al debate público en 2018 porque el fiscal de Corte, Jorge Díaz, opinó que los fueros parlamentarios deberían ser eliminados. El expresidente José Mujica se subió a esas declaraciones y dijo que estaba de acuerdo. Lacalle Pou no la dejó pasar, le recordó al líder del MPP que había un proyecto de ley presentado por él y lo intimó a que el Frente Amplio lo considerara.

Diego Vila

Como quien va subiendo el tono de su planteo, Lacalle fue aún más duro en sus declaraciones contra los fueros y dijo el 22 de abril de ese año en radio Montecarlo todo esto que podés escuchar aquí.

En todas estas expresiones públicas, en el Parlamento y en los medios, Lacalle Pou marcó su postura. El ahora presidente entiende que los fueros deben ser para proteger a los legisladores de los ataques que impidan cumplir con sus funciones legislativas o parlamentarias, pero no de los delitos comunes.

Por ello su propuesta era para que la Constitución diferenciara eso. Lacalle proponía que “los fueros o inmunidades parlamentarias se extiendan, naturalmente, a los votos y opiniones”. También pretendía mantener la prohibición “de arresto o privación de libertad” salvo en caso de delito flagrante. “Se justifica la existencia de fueros que otorguen al legislador la inmunidad de arresto pero no la inmunidad de procesamiento penal. La finalidad última del proyecto es evitar que un senador o representante, en el caso de delinquir, se ampare en sus fueros para no ser acusado y juzgado”, escribió Lacalle en la fundamentación de su primer proyecto en 2011.
 

Qué votó en casos de desafueros

Sin embargo, hay un antecedente parlamentario en el que Lacalle Pou actuó en sentido contrario. Fue cuatro años antes de presentar esa iniciativa. La Justicia pidió en 2007 el desafuero del diputado herrerista Alberto Casas por presuntos delitos de abuso de funciones cometidos durante su gestión como director de OSE en el período anterior.

Por esa misma causa resultaron procesados otros directores del ente, pero Casas no podía ser juzgado si la Cámara de Representantes no le quitaba los fueros. Lacalle Pou integraba la comisión de Constitución y Códigos que debía analizar el tema. El asunto fue discutido en dos sesiones de esa comisión en 2007: el 16 de mayo y el 20 de junio. Lacalle no opinó nada del asunto, como se puede leer en las versiones taquigráficas. En la primera de las sesiones pidió que se leyera el artículo 114 de la Constitución y luego abrió la boca solo para hacer tres preguntas, la primera para el penalista Gustavo Bordes y las otras dos para Casas:

 

-  ¿Puede repetir?
- ¿Me permite, señor Diputado? ¿Puede repetir esa frase?
- No es común, pero, ¿se exige?

 

En la segunda sesión lo único que hizo fue proponer que el diputado herrerista Gustavo Borsari fuera el miembro informante por la minoría. Sin embargo, ese informe que recomendaba que no se votara el desafuero de Casas, lleva la firma de Lacalle además de la de Borsari.

En la sesión que trató el desafuero Lacalle no habló. Las únicas palabras que emitió en esas siete horas y media fue para decir “negativo” cuando tocó el momento de la votación nominal, según consta en el diario de sesión.

¿Cuál es el argumento de Lacalle para esta diferencia de opiniones? ¿Por qué en 2007 recomendó al Plenario que no se habilitara a la Justicia el levantamiento de fueros de un legislador y por qué después insistió tanto –hasta proponiendo reformar la Constitución– para que los legisladores no tengan más fueros?

Según allegados al presidente no se trata de un cambio de opinión. Lacalle siempre pensó que los legisladores no deben tener fueros. Pero lo que entiende es que si la Constitución le exige al representante que actúe cumpliendo funciones de la Justicia, no tiene más remedio que hacerlo.

El matiz es muy, pero muy fino. Lacalle entiende que, por más que no esté de acuerdo con la figura de los fueros, esta existe. Y que cuando la Justicia pide analizar el levantamiento, debe entrar en el fondo del asunto y estudiar el caso, más allá de si comparte o no el instrumento. Y luego votar en función de los elementos que aporte la fiscalía.

Hay otro antecedente de desafuero en el que Lacalle se expresó. La Justicia pidió en 2019 quitarle la inmunidad al senador Daniel Bianchi (electo por el Partido Colorado, pero en ese momento integrante del Partido de la Gente) luego de protagonizar un accidente de tránsito por manejar alcoholizado.

En la sesión que analizó el tema Lacalle sí habló. No del caso concreto, sino de la figura de los fueros. “Siempre me hizo ruido el artículo 114, donde se habla de los delitos comunes, porque me parece que es un privilegio exagerado para los gobernantes”, dijo. “Desde mi punto de vista, el artículo 114 de la Constitución es de otra época, de un momento en el que había otras amenazas, otros desequilibrios. Este artículo es de una época en la que no había tanta información y en la que podía procederse arbitrariamente sin que la opinión pública lo conociera”, dijo. Ese desafuero se votó por los 30 senadores presentes en sala, incluido el acusado.

 

El peligroso doble juego de Cabildo Abierto

Con toda la argumentación pública y muy conocida del presidente en contra de que los legisladores tengan fueros por delitos comunes, el doble juego que está haciendo Cabildo Abierto respecto a la situación de Manini Ríos es muy peligroso para el gobierno y la coalición.

¿Qué pasó? El excomandante del Ejército ha sido enfático decenas de veces públicamente en que quiere que le saquen los fueros, para así defenderse ante la Justicia de una causa que considera injusta.

Sin embargo, tal como informó El Observador esta semana, otros legisladores de Cabildo Abierto tuvieron varias reuniones y contactos informales con senadores blancos y colorados para pedirles que no voten el desafuero.

Pese a que Manini dijera que esa información es “falsa” y que “Cabildo Abierto va a votar el desafuero”, el senador de Cabildo Abierto Raúl Lozano reconoció que tanto él como Guillermo Domenech están en contra de votarlo. “Creo que los otros legisladores lo verán y lo estudiarán. Y creo que aquellos que lo estudien con honestidad intelectual, van a llegar a la misma conclusión que llegué yo, pero bueno”, dijo.

Para que el desafuero se apruebe se necesitan 21 de los 31 votos del Senado. El Frente Amplio (13 senadores) va a votar a favor del desafuero. Se necesitan por tanto ocho votos más. Suponiendo que Manini dice la verdad, con los tres votos de Cabildo Abierto se llegaría a 16. Faltarían cinco.

Los dos senadores de Batllistas votarán en contra. Julio María Sanguinetti ha tenido una postura histórica contra los desafueros. Cuando en 2018 Lacalle Pou insistió con su propuesta, el semanario Correo de los Viernes dirigido por el expresidente argumentó en contra y estableció que “los fueros parlamentarios tienen una finalidad superior que no debe desconocerse por los excesos que últimamente han personificado algunos dirigentes frenteamplistas”.

Si Ciudadanos de Ernesto Talvi (dos senadores) se vuelca a favor del desafuero no alcanza. Llegarían a 18 de los 21 necesarios para aprobarlo. Por tanto, sí o sí, el que define es el Partido Nacional (11 senadores). Suponiendo que el partido deje en libertad de acción, si tan solo la bancada propia de Lacalle (tres senadores de Aire Fresco, uno del Espacio 40 y tres del herrerismo), votara a favor ya alcanzaría.

Cabildo Abierto pone al presidente y a su bancada en una posición muy incómoda. Está claro el liderazgo de Lacalle. Es difícil creer que sus parlamentarios no apoyen lo que piensa el presidente en un tema en el que manifestó convicciones tan fuertes.

Pero también es cierto todo lo delicado que ha sido Lacalle al llevar adelante las conversaciones con sus socios de la coalición. A Talvi, con todos sus conflictos de estas últimas semanas, lo viene tratando entre algodones. A Manini también. Por eso, este asunto es absolutamente sensible.

Diego Battiste

La senadora de Aire Fresco, Graciela Bianchi, que integra la comisión que analiza el desafuero, visitó esta semana a Torre Ejecutiva y se reunió con el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y el presidente Lacalle. Al salir dijo que la decisión del Parlamento será “jurídica” y no “política”. Es decir, entiende que el Parlamento debe meterse en el fondo de la causa y funcionar como si fuese un segundo fiscal del caso.

“El presidente presentó un proyecto para que no tuviéramos fueros. Pero obviamente que cuando la solicitud viene de la Justicia y tenemos que levantar los fueros, tenemos que analizar que esté ajustado a derecho”, dijo Bianchi.

El oficialismo puede argumentar –como en el caso del desafuero de Casas– que una cosa es estar en contra de la figura de los fueros parlamentarios y otra es tener que cumplir con lo que dice la Constitución vigente y por tanto ser un operador más del sistema judicial en ese caso. Pero será muy difícil de explicar para buena parte de la ciudadanía lo que aparece como una fuerte contradicción. Si Manini va en serio con la coalición, no debería dejar que esto pase.

Y si Lacalle y su bancada entienden que los fueros no deberían existir, ¿no deberían votar siempre por levantarlos?

Soy Gonzalo Ferreira, editor jefe de El Observador. Podés escribirme a este mail por sugerencias y comentarios. Muchas gracias por llegar hasta acá
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