En la mañana del viernes 26 de junio, el Parlamento uruguayo descubrió una placa en homenaje a la generación del 83. Ninguna de las coordenadas es casual: ni la fecha (un día antes de la conmemoración del Golpe de Estado de 1973) ni el lugar (el Pasaje de la Democracia, que une los dos edificios del Poder Legislativo). En el acto, representando algunas de las vertientes partidarias de la época (faltó alguien de la juventud comunista), hablaron varios referentes de esta generación política. La realización del homenaje es un claro testimonio del ascenso, tan postergado, de esta camada de militantes (de su “empoderamiento”, como decimos de un tiempo a esta parte). Pero nos obliga a preguntarnos si, cuando se escriba la historia de estos tiempos, la generación del 83 le habrá dado al país todo lo que tenía para aportar. Me explico.
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