Hay gente que pasa por esta vida con la misma importancia de una mosca tse-tsé. O de esos escarabajos negros y rastreros que uno ve en días de verano cruzando la calle. La vida en eso es implacable: no mueve un dedo por quienes no hacen algo por ella. A fin de cuentas, es un asunto de mera reciprocidad. Por tanto, pasar inadvertido por los días de la vida es fácil: no se necesita título nobiliario o universitario, tampoco la ayuda del dinero, caballero poderoso para algunas cosas, pero no para todas, afortunadamente. Hay quienes pasan como si nada, aun más, como nada completa, una nada que por años tiene derecho a un nombre y apellido, a una identidad y un domicilio.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá