Es hora de que te tomes una hora para acompañarme a caminar por el paisaje que se nos abre con este Pícnic!, un intento por disfrutar de tanta cosa linda, interesante, sorprendente e inspiradora que hay en la vuelta. Muchas veces me encuentro con lectores que me preguntan cómo me da el tiempo para ver y recomendar tantas cosas. Y la respuesta es que me hago tiempo -o lo intento- igual que todo el mundo, que muchas veces sumo piques que aspiro a ver y disfrutar pronto, y que otras tantas me quedan en el tintero, con pena. Como hoy, cuando descubrí que todos los sábados hay clases de tango en el Solís, y quiero correr a anotarme porque está entre mis pendientes vitales. Vaya a saber cuándo me haré tiempo para bailar tango, pero ciertamente siempre soñaré con hacerlo, por lo cual se merece un lugar en mis ilusiones que, de alguna manera, se reflejan en Pícnic!
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