BLUE ORIGIN / AFP

La verdadera carrera espacial de los multimillonarios es entre Bezos y Musk

Richard Branson no es el principal rival de Blue Origin porque SpaceX aún le lleva mucha ventaja

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29 de julio de 2021 a las 15:12

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Richard Waters

Si Jeff Bezos se ha sentido eclipsado por los empresarios espaciales rivales Elon Musk y Sir Richard Branson, definitivamente no lo demostró.

El fundador de Amazon se mostró eufórico tras una excursión al borde del espacio, que realizó a bordo del primer vuelo de su compañía espacial privada, Blue Origin, que transportó pasajeros.

Después de su misión de 10 minutos en el New Shepard, se celebró una ceremonia de autocomplacencia en la que él y otros tres astronautas lucieron unas "alas" de zafiro de astronauta en sus trajes de vuelo. Entonces, Bezos, con una gran sonrisa, les entregó cheques de US$100 millones a dos celebridades para que los repartieran entre las organizaciones benéficas de su elección, en una aparente respuesta a las críticas de lo que muchos han calificado como un extravagante viaje de placer.

La fiesta de presentación de Blue Origin puso de manifiesto cuán importante es para el fundador de Amazon recuperar el tiempo perdido.

En la carrera espacial, Bezos fue superado por Branson, quien la semana pasada sobrepasó la línea que EEUU considera el límite del espacio a bordo de su avión espacial de Virgin Galactic, el VSS Unity. Para Virgin Galactic, hábilmente comercializada, representó una importante ventaja publicitaria y provocó una agria respuesta de la compañía espacial de Bezos, que señaló que el resto del mundo establece un límite más alto — la línea Kármán — para el espacio.

SpaceX, de Musk, ha ido mucho más allá, llevando astronautas a la Estación Espacial Internacional el año pasado y preparando un viaje alrededor de la luna en 2023.

"Lo que Elon está haciendo es 50 veces más difícil" que el viaje de Blue Origin de esta semana, dijo Peter Diamandis, fundador del X Prize que ayudó a darle un impulso a la industria espacial comercial hace más de dos décadas mediante las competiciones públicas destinadas a fomentar el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, tras 21 años de esfuerzos, el vuelo del martes fue finalmente un momento que Bezos pudo saborear. Se produjo seis años después de que su Blue Origin pareciera tomarle la delantera a SpaceX en al menos un departamento, logrando el aterrizaje y la reutilización exitosa de un cohete. Desde entonces, su siguiente hito ha tardado en llegar. "Él ha sido lento, todo el mundo en la industria es consciente de ello", dijo Greg Autry, antiguo enlace de la Casa Blanca con la NASA.

Space X
SpaceX, la empresa de Elon Musk

La dilatada trayectoria de Blue Origin refleja un "enfoque mucho más planificado y cuidadoso" que el estilo experimental de SpaceX, algo que ha dado lugar a un programa espacial muy fiable, aunque a costa de perder años ante su principal rival. Añadió que su ritmo más lento también parece reflejar los antecedentes del liderazgo de la compañía en la industria aeroespacial tradicional, en contraste con el grupo más ecléctico reunido en SpaceX por el célebremente energético Musk.

A pesar de los retrasos, el vuelo de esta semana ha abierto por fin un camino hacia adelante para Blue Origin. Se convirtió en la primera compañía espacial puramente comercial en transportar a un pasajero de pago, con dos vuelos más previstos para este año. La venta de asientos en su cápsula para seis personas debería generar dinero adicional para la compañía, que hasta ahora ha dependido totalmente de la fortuna personal de Bezos.

La apertura del turismo espacial suborbital — que ofrece una breve visión de la curvatura de la Tierra desde el espacio, junto con unos preciosos minutos en gravedad cero — produce una competencia entre estilos muy divergentes. Virgin Galactic, dirigida por un antiguo ejecutivo de Disney, Michael Colglazier, ha pasado años tejiendo una cuidadosa narrativa en torno a sus breves misiones, presentando a sus futuros "astronautas" como participantes en una aventura espacial.

En una entrevista concedida al Financial Times la semana pasada, Colglazier expuso su plan para la compañía con toda la experiencia de un jefe de parques temáticos. "Al final del día vas a volver con un recuerdo, y ese recuerdo tiene que ser tan poderoso que lo vas a compartir diariamente durante el resto de tu vida", dijo.

En contraste con el mensaje de mercadotecnia cuidadosamente perfeccionado por la compañía de Branson, Bezos se mostró casi despectivo con el tipo de viajes que su compañía intenta venderles ahora a los ricos aspirantes a astronautas.

"El propósito de hacer esto es adquirir práctica", dijo sobre los viajes de Blue Origin al borde del espacio con pasajeros de pago a bordo. "El hecho es que la arquitectura y la tecnología que hemos elegido es totalmente exagerada para una misión de turismo suborbital".

Su mirada, en cambio, está puesta en un premio mayor: poner un cohete en órbita, igualando una hazaña que SpaceX logró por primera vez hace más de 11 años.

Blue Origin ha construido al menos una sólida base tecnológica para sus mayores ambiciones más allá de los vuelos suborbitales, dijo Autry. Entre ellas se encuentra el uso de hidrógeno y oxígeno líquidos para alimentar sus cohetes, combustibles difíciles de manejar que serán muy adecuados para lanzamientos más ambiciosos.

Mucho depende ahora de dos imponderables, según muchos expertos espaciales: cuánto de su tiempo y cuánto de su dinero Bezos está dispuesto a invertir en su compañía espacial.

Pocos otros tendrían la posibilidad de ponerse al día de SpaceX, pero la fortuna personal de Bezos convierte a Blue Origin en un fuerte competidor, dijo Diamandis. "Bezos no necesita superar a Elon; necesita vencer a Lockheed Martin y Boeing", dijo. "Que la primera y tercera personas más ricas del planeta utilicen su dinero para abrir espacios es extraordinario".

Bezos no ha revelado cuánto ha invertido en la empresa, aparte de un único comentario hace tres años en el que dijo que gastaba US$1 mil millones al año. Se calcula que SpaceX ha recaudado cerca de US$7 mil millones a lo largo de su vida, y genera un importante volumen de dinero gracias a su calendario lleno de lanzamientos orbitales.

El fundador de Amazon también envió mensajes contradictorios esta semana sobre el papel que desempeñará la exploración espacial en su futuro. Dos semanas después de dejar Amazon, dijo que Blue Origin sería una de las dos cosas que ocuparían ahora su tiempo, antes de añadir rápidamente que esperaba encontrar otras nuevas empresas que lo mantuvieran ocupado también.

"No me gusta hacer sólo una cosa", dijo. Ahora que Blue Origin enfrenta a un gran desafío mientras intenta alcanzar a SpaceX, esas palabras podrían atormentarlo en el futuro.

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