Afuera la gente bramaba. La majestuosidad del Giuseppe Meazza, el estadio en el que juega Milan, daba la sensación de un coliseo que esperaba el ingreso de los gladiadores. En un rincón del vestuario visitante un uruguayo. A su alrededor verdaderos pesos pesados: Alessandro Del Piero, Gianluggi Buffon, Fabio Cannavaro, Mauro Camoranesi. Las camisetas colgadas en los percheros. Los jugadores se calzaban los zapatos cuando el técnico iniciaba la última charla. Juventus, la Vecchia Signora, se disponía a salir a la cancha.
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